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viernes, 23 de febrero de 2018

¿A QUÉ EDAD PUEDEN EMPEZAR LOS NIÑOS A ESQUIAR?

Una clásica duda de todo comienzo de temporada es la de los nuevos papás que quieren saber cuántos años faltan para que su recién nacido pueda iniciarse en el mundo del esquí. Evidentemente, tratándose de edades tan tempranas lo primero que debe quedar claro es que todo depende del crío en cuestión. Y es que, uno de cuatro años puede estar menos desarrollado que uno de tres, por poner un ejemplo. Además, la coordinación psicomotriz juega un papel clave en el aprendizaje de los deportes de nieve y la aquisición de ésta no tiene por qué ser mayor en un niño de cinco años que en uno de cuatro.



En la más estricta de las teorías, la capacidad psicomotriz necesaria para poder mantenerse sobre los esquís se desarrolla entre los cinco y los seis años, por lo que esa sería la edad mínima a la que debería un niño comenzar su iniciación en el mundo de los deportes de nieve. Si bien, también es cierto que todos hemos visto en las estaciones algún que otro niño más pequeño de cinco años defendiéndose muy bien sobre los esquís. Al final es un tema que trata de las ganas que tengan los padres de que su hijo empiece a esquiar, pero siempre teniendo en cuenta que el esquí puede resultar muy peligroso y más aún cuánto más joven sea la persona por el asunto de la formación de los huesos.

Por lo tanto, siempre partiendo de la base de que la edad mínima recomendada son 5 ó 6 años, los padres deben tener en cuenta que cuanto más pequeño sea su hijo menos capacidad para retener los conceptos tendrá, así como una menor coordinación psicomotriz. Además, siempre es recomendable que el primer contacto del niño con la nieve sea a través de la escuela de esquí de la estación, ya que en ella conocen las técnicas idóneas para que los niños aprendan jugando.
En caso de que los padres no estén seguros de si ha llegado la edad de iniciarse a esquiar, lo que pueden hacer es una acción intermedia como llevarle a una estación y dedicarse a jugar con los trineos, hacer muñecos de nieve o, siemplemente, pasear. Esta medida les ayudará a conocer el medio y a habituarse a él usando unas botas de apreski, ya que a una edad tan temprana no es recomendable calzar a los niños unas botas tan duras como son las del esquí.



Otra cosa que se debe tener en cuenta cuando se enfrenta a un niño a un medio hostil como es el de la nieve es el de la equipación: Es básico que lleven gafas de sol, botas de apreski, orejeras, guantes, un casco y una identificación para que se le pueda localizar con facilidad en caso de que se extravíe. Además, se le debe poner crema solar con un alto nivel de protección, pues su piel no está aún hecha como la de los adultos y pueden aparecer quemaduras o la piel puede resecárseles.

¿Esquís o tabla?
La siguiente duda que surge es cuál de las dos actividades más populares (esquí y snowboard) es la más apropiada para el estreno de los peques. Lo cierto es que el equí es más sencillo de aprender para ellos. ¿por qué? Por varios motivos. El principal es que para los niños, que aún no conocen su cuerpo como los adultos, es más fácil desplazarse de frente -como lo harían con los esquís- que de lado -como harían con la tabla-. Además, con los esquís tienen una pierna para cada tabla, mientras que en el snow tienen que ir con las dos en la misma tabla, algo a lo que no están acostumbrados.

¿POR QUÉ LOS NIÑOS DEBEN EMPEZAR A NADAR DESDE PEQUEÑOS?



Niño en la piscina. Existen muchos materiales que pueden ayudar a los niños a aprender a nadar, un apoyo para las primeras fases del aprendizaje.
La natación es uno de los deportes más completos que existen, ya que el medio acuático contribuye al desarrollo de aptitudes físicas, psíquicas y neurológicas. Además, favorece la reducción de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. “Nadar mejora la coordinación, el equilibrio, la resistencia, la confianza y la independencia del niño. También, contribuye al desarrollo psicomotor, beneficiando el progreso de habilidades motrices en el agua”, tal y como explica Moisés Gosálvez García, director de la Escuela Nacional de Entrenadores de la Real Federación Española de Natación (RFEN).
Asimismo, nadar ayuda a tener conocimiento sobre salvamento y esto es de vital importancia, puesto que según el Informe mundial sobre los ahogamientos, la edad y la mala supervisión de los niños son los principales factores de riesgo de accidentes en el agua. De hecho, los pequeños de entre uno y cuatro años, seguidos de los de cinco a nueve, son los que tienen el índice de ahogamiento más alto. Por ello, es fundamental que los pequeños aprendan a defenderse en el agua.
Pero, ¿a qué edad se recomienda comenzar? La natación o más bien, el contacto con el agua se debe comenzar desde los primeros meses de vida para que los más pequeños consigan la adaptación al medio acuático. No obstante, “la autonomía completa se suele conseguir alrededor de los tres años, después de un proceso básico de aprendizaje, culminando así el objetivo utilitario de “saber nadar”, subraya Gosálvez.

¿Cómo hay que enseñarles a nadar?

Uno de los principales problemas que tiene el niño a la hora de aprender a nadar es el miedo al agua, la inseguridad hacia algo desconocido. Gosálvez señala que muchas veces ese recelo se produce por alguna mala experiencia con este medio. Por lo tanto, el pequeño debe aprender poco a poco mediante actividades lúdicas, como tirar objetos al fondo y que vayan a buscarlos, o que asimilen como ponerse boca arriba y boca abajo, en definitiva, experimentar y explorar el nuevo medio que se le presenta, siempre de forma divertida y progresiva.
Por otro lado, para enseñarles a respirar mejor, se puede utilizar el mítico juego de burbujas, explicándole al niño que coja aire tanto por la nariz como por la boca y que intente hacer burbujas en el agua expulsando el aire por la boca y por la nariz, sin necesidad de que introduzca la cabeza en un principio, para, progresivamente, conducirle a las inmersiones completas dentro del agua.

Materiales en la piscina

Existen muchos materiales que pueden ayudar a los niños a aprender a nadar. Gosálvez explica que son un apoyo para las primeras fases del aprendizaje, como el churro, un cilindro largo y flexible con el que el pequeño se siente más seguro y le permite utilizarlo de divertidas formas.

¿Son recomendables los manguitos?

El experto subraya que los flotadores o manguitos son desaconsejables, ya que limitan los movimientos de los brazos y dan una falsa seguridad impidiéndoles por otra parte la percepción de las sensaciones de su cuerpo en el agua. Por ello, no son recomendables de forma habitual o permanente.

¿Cuándo dejamos que lo intenten solos?

Siempre y cuando tenga confianza en sí mismo. “Es importante que el niño aprenda a ser autónomo en el agua, ya que solo cuando el pequeño sea consciente de lo que hace se podrá decir que hay cierta seguridad. No obstante, la vigilancia por parte de los padres o cuidadores debe de ser permanente”, añade.

¿Qué papel juegan los padres?

Los padres son muy importantes a la hora de enseñar al niño el agua. De hecho, “los baños de los padres con los bebés pueden ayudar a que los pequeños pierdan ese miedo con juegos y ejercicios juntos, así los niños verán el agua con naturalidad y normalidad”.

Matronatación

La matronatación es una actividad que busca la estimulación del bebé (0 a 4 años) por medio de una serie de actividades con la intervención de los padres. Además, esto provoca la interacción entre niños y padres, aprovechando el vínculo afectivo con la dirección y tutorización del profesor.
Priscila Fuentes

10 EJERCICIOS PARA REHABILITAR UNA TENDINITIS EN EL HOMBRO


Rehabilitación tendinitis Los ejercicios para rehabilitar una tendinitis en el hombro incluyen estiramientos.
El tratamiento de la tendinitis en el hombro consiste, como en el resto de tendinitis, en la aplicación de medidas antiinflamatorias (hielo y medicamentos, entre otros), reposo relativo, y tratamiento físico, como masaje o electroterapia. “También ejercicios de fortalecimiento de los músculos del hombro que compone el manguito rotador”, añade Joaquim Chaler, miembro de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física. Los objetivos de estos ejercicios son una mayor flexibilidad mediante estiramientos, fuerza muscular y control postural con ejercicios de trabajo de fuerza.
José Santos, secretario general del Colegio de Fisioterapeutas de Madrid explica que hay una primera parte de calentamiento y estiramientos. “Comenzaremos con ejercicios muy suaves de calentamiento en los que realizaremos movimientos lentos y controlados del manquito rotador. Cuando terminemos, realizaremos estiramientos de la zona para activar la circulación. Esto lo debemos hacer antes y después de entrenar con el hombro”.
Subraya que es esencial hacer bien el movimiento para evitar daños, por lo que la carga debe ser algo secundario. “Podemos seguir notando dolor o molestias en la parte del hombro. Si esto nos sucede es indispensable parar esa actividad y guardar reposo”. Con estas premisas, los expertos comparten cuáles son los ejercicios de hombro más utilizados para rehabilitar una tendinitis en esta zona:

Ejercicio para calentar

Calentamiento tendinitisEl primer ejercicio se realiza con el cuerpo flexionado y el tronco paralelo al suelo. Se deja el brazo afectado colgando como un péndulo y se hacen círculos con suavidad. Al principio pequeños y después más grandes.

 

Estiramientos

Estiramientos

La palma de la mano del brazo afectado se pone sobre el hombro opuesto. Con el brazo no afectado se empuja el codo y se mantiene presionado durante unos segundos hasta donde se pueda.


Chica estirando
Utilizando la esquina de una pared, se apoya el brazo sobre esta por la zona de la muñeca. El cuerpo se echa hacia delante, dejando el brazo atrás. Se mantiene esta postura durante seis segundos y se repite.


Ejercicio de hombro
Situado entre 60 y 90 centímetros enfrente de una pared se coloca la yema de los dedos sobre esta a la altura de la cabeza. La mano se va desplazando hacia arriba sin despegarse de la pared, como si los dedos estuvieran subiendo una escalera.


Ejercicios de hombro
El dorso de la mano del brazo dolorido se posiciona tocando la espalda. Con esa mano se coge un extremo de una toalla, mientras con la otra mano, situada por detrás de la cabeza, se agarra el otro. Con la mano de arriba se tira suavemente de la toalla hacia arriba, haciendo que el brazo afectado suba.


Rehabilitación
Con la mano tocando la cintura por detrás y la palma dirigida hacia la espalda, hay que intentar levantar la mano hasta donde se pueda, siempre tocando la espalda.

 

Ejercicios de fortalecimiento

Fortalecer el hombroEjercicios tendinitisPara este ejercicio es necesaria una cuerda elástica fijada a una pared o espaldera. Situado perpendicular a esa pared, con el brazo sano más cercano a ella, se coge la cuerda con el otro brazo. Formando un ángulo de 90 grados se tira de la banda elástica hacia el lado contrario a la pared.

Ejercicio de rehabilitaciónEjercicio de rehabilitación
Perpendicular a la pared pero con el brazo afectado más cercano a ella, se tira de la banda elástica. El brazo se mantiene en 90 grados y se tira hacia fuera. 


FlexionesFlexiones
A una distancia prudente de una pared, se hacen una especie de flexiones.



Cinta elásticaEjercicio con cinta elástica
Con una cinta elástica sujeta con cada mano, se tira de ellas atrayéndolas hacia el propio cuerpo. Los brazos han de ir paralelos al suelo y no desviarse de esta trayectoria.


Cuántas repeticiones hacer

Chaler señala que “las repeticiones y tiempo dependen de la fase de rehabilitación en que se encuentren. Para los estiramientos, por ejemplo, se requieren entre 3 y 5 repeticiones de unos 30 segundos unas 3 y 5 veces por semana. Los de fuerza requieren una prescripción más ajustada”.
El paciente sabe que está recuperado cuando se restablece el rango completo de movimiento sin dolor, tanto en descanso como en actividad.
“La persona debe estar libre de síntomas. Para prevenir la recurrencia, ha de continuar con ejercicios de flexibilidad y de fortalecimiento después de regresar a las actividades deportivas”, señala Santos.
Cristina Martín García

domingo, 11 de febrero de 2018

9 HÁBITOS PARA PREVENIR EL SOBREPESO EN LOS NIÑOS


Buenas costumbres desde la infancia

La obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública en nuestro país. La Administración y los especialistas ya se han puesto manos a la obra para combatirla. Ahora te toca a ti. Prevenir el sobrepeso de tu hijo es una tarea que comienza inculcando buenos hábitos alimentarios en toda la familia.

El mejor tratamiento, la prevención

 Éstas son algunas de las medidas que puedes tomar para evitar la obesidad infantil:
  1. Ofrecer una alimentación equilibrada y planificada: 5 raciones diarias de fruta y verdura; 3 ó 4 semanales de pescado y 2 ó 3 semanales de legumbres.
  2. Repartir el menú diario en 5 comidas, con un horario adecuado y fijo. Es la mejor forma de evitar el picoteo entre horas y de hacer ingestas copiosas en el almuerzo y la cena. El tentempié de media mañana y la merienda pueden consistir en una pieza de fruta, un yogur o un bocadillo.
  3. El desayuno debe cubrir el 25 por ciento de las necesidades nutritivas de la jornada e incluir algun lácteo, cereales y fruta.
  4. Las golosinas sólo de forma ocasional. Son muy ricas en azúcar y aportan pocos nutrientes. Fija un día a la semana, preferiblemente, un sábado o un domingo, para permitirle tomarlas. Haz lo mismo con los snacks, que tienen, de media, un 48 por ciento de grasas, la mayoría perjudiciales.
  5. Utilizar agua en lugar de refrescos en las comidas. El contenido en azúcar de un refresco equivale a 6 terrones y no contiene nutrientes esenciales.
  6. Los padres deben conocer por anticipado el menú del comedor escolar, para poder complementarlo con las comidas caseras. Esos menús deberían cubrir entre un 30 y un 35 por ciento de las necesidades energéticas diarias.
  7. Realizar, al menos, una comida familiar al día. Aprovecha para inculcarle unos hábitos alimentarios saludables. Los padres son el mejor modelo para sus hijos
  8. Restringir el tiempo dedicado a la televisión, las videoconsolas y el ordenador. No deben dedicar más de 1 ó 2 horas al día, según la edad, a estos medios electrónicos.
  9. Inculcar el gusto por la actividad física regular y animar al niño a participar en deportes individuales y colectivos. Debe realizar, al menos, 60 minutos de actividad física moderada –bicicleta, natación, fútbol...–, todos o la mayoría de los días de la semana.
Asesoramiento: Dr. Javier Aranceta, presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria.
 
Gema Martín