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martes, 21 de febrero de 2012

NIÑOS Y ADOLESCENTES. CARACTERÍSTICAS FUNCIONALES Y EJERCICIO FÍSICO

COMPOSICIÓN CORPORAL:
TALLA, PESO, PORCENTAJE GRASO, HUESO Y MÚSCULO

¿Cómo crece un niño?
Un niño sano crece siguiendo un patrón que básicamente está representado en la figura 1A. La velocidad de crecimiento de ese niño será diferente según la edad y su madurez biológica. Como podemos ver en la figura 1B, su crecimiento estatural sufre diferentes acelerones, y el acelerón principal o edad de máximo crecimiento durante la etapa del "estirón" del adolescente (que en esta figura sucede aproximadamente a los 14 años) se conoce como Pico de Velocidad de Crecimiento (o PHV, en siglas inglesas) y se representa como centímetros crecidos en un año. Esta PHV es un indicador muy utilizado para estudiar la madurez (somática) del niño.

¿El ejercicio físico influye sobre el "estirón" del adolescente; es decir,sobre su maduración somática (PHV)?

La edad en la que sucede el PHV y la magnitud de este pico no se ven afectadas por la práctica de una actividad física regular o por el entrenamiento deportivo.

¿Crece más el niño que hace deporte?


No. La estatura de un niño bien alimentado está regulada, principalmente, por su herencia genética. Ningún niño crecerá más de lo que esté establecido en sus genes.

¿Cómo puede dejar de crecer un niño que practica un deporte?


En principio, de dos formas:

Desarrollando un cuadro de anorexia nerviosa/ bulimia: mantener un peso corporal y un porcentaje graso bajos forman parte de la preparación física de muchos deportes (gimnasia, ballet,…). Deportistas jóvenes que todavía están creciendo pueden seguir dietas drásticas, en muchos casos muy bajas en calorías, que no aportan las necesidades mínimas de carbohidratos, proteínas, hierro y otros nutrientes, y pueden encontrarse con problemas derivados de su bajo peso corporal. En el grupo de población de chicas adolescentes que se adhieren a este tipo de dietas se da una mayor incidencia de anorexia nerviosa y bulimia. Este tipo de alteraciones en los hábitos de alimentación, mucho más frecuentes en las chicas, también puede acompañarse de una pérdida de parte del potencial de crecimiento estatural establecido genéticamente.
Usando algunos medicamentos para mejorar el rendimiento físico: especialmente los esteroides anabolizantes. Con el consumo de esteroides anabolizantes se busca mejorar el tamaño y la fuerza de los músculos. Sin embargo, estos esteroides son particularmente dañinos en el deportista joven que todavía no ha completado su crecimiento. En el adolescente, uno de sus efectos secundarios más preocupante es el cierre prematuro de las epífisis (la zona donde crecen los huesos), con lo que evidentemente queda comprometido su potencial de crecimiento estatural.


¿Es más delgado el niño que hace deporte?

Sí. Se ha visto que los niños deportistas tienen un menor porcentaje graso, en relación con los no deportistas, fundamentalmente debido a un mayor gasto de energía diario, y a veces también debido a que siguen una dieta. Por sexos, en los varones deportistas y no deportistas se observa un descenso en el porcentaje graso durante la adolescencia, aunque los deportistas tienden a tener un porcentaje graso menor. En las chicas deportistas, durante la adolescencia no se observa el aumento del porcentaje graso corporal que se observa en las no deportistas.



¿Cómo madura el hueso de un niño?


La maduración ósea es, quizá, el mejor método para la valoración del estado de maduración (o edad biológica) de un niño. El progreso de maduración del esqueleto (los huesos más estudiados tradicionalmente han sido los de la mano y muñeca izquierda) puede ser monitorizado, y su evolución fácilmente controlada y evaluada mediante la estandarización de placas de rayos X. La edad ósea de un niño se relaciona siempre con su edad cronológica, y con ello se sabe si un niño tiene una maduración ósea adelantada, retrasada o está en la media. Básicamente, por ejemplo, se compara la radiografía de un niño con unos modelos estandarizados de desarrollo para una edad concreta. De tal modo que si la radiografía de un niño de 7 años se ajusta con la radiografía standard para niños de 8 años, la edad ósea de ese niño es de 8 años.

Un niño cuya edad ósea esté en más o menos un año con relación a su edad cronológica estará dentro del grupo clasificado como de madurez dentro de la media. Cuando la edad ósea sea mayor de un 1 año con relación a su edad cronológica será clasificado como de madurez temprana o avanzada. Y cuando la edad ósea sea menor de un 1 año con relación a su edad cronológica será clasificado en el grupo de madurez tardía o retrasada.

¿El ejercicio físico influye sobre la maduración ósea de un niño?


Estudios con niños que entrenaban habitualmente en diferentes deportes (gimnasia, tenis, ciclismo, remo…) indican que el proceso de maduración ósea no se ve afectado por el entrenamiento deportivo.

Otra cosa diferente es que para destacar en algunos deportes "sea necesario" que esa maduración ósea esté adelantada o retrasada. Por ejemplo, se ha visto que las chicas que destacan en ballet, gimnasia y atletismo tienden a presentar una edad ósea retrasada, mientras las nadadoras de élite, en general, presentan una edad ósea algo avanzada con relación a su edad cronológica. Por su parte, los chicos que destacan en el beisbol, atletismo, natación, ciclismo y remo presentan, en general, una edad ósea avanzada respecto a la edad cronológica.

¿El músculo de un niño/adolescente que entrena regularmente se adapta igual que el de un adulto?


Parece ser que los efectos del entrenamiento físico sobre el tejido muscular del adolescente que está creciendo van en la misma dirección de los observados en los adultos jóvenes. Estos cambios son específicos del tipo de programa de entrenamiento, pero en los adolescentes se observa generalmente, por ejemplo, una hipertrofia muscular después de entrenamiento de fuerza, un aumento en la actividad de la SHD (enzima muscular típico aeróbico) con el entrenamiento de resistencia aeróbica, y un aumento de la actividad de la PFK (enzima muscular típico anaeróbico) con el entrenamiento de velocidad; es decir, unas adaptaciones musculares similares a las que se observa en el adulto.

Sin embargo, en niños preadolescentes estas adaptaciones musculares pueden no manifestarse, o manifestarse de forma menos evidente; por ejemplo, un niño de 11 años que sigue un entrenamiento de resistencia aeróbica, en sus fibras musculares se observa que aumenta tanto la concentración de la enzima SDH (enzima típica aeróbica), como la de la PFK (enzima típica anaeróbica).

¿Se puede modificar el tipo de músculo en un niño que sigue un entrenamiento específico (aeróbico, velocidad…)?


No está nada claro que en un deportista de estas edades pueda modificarse el tipo de músculo, es decir la distribución del tipo de fibra (I, IIa, IIb), como resultado del entrenamiento físico.

Para saber más sobre el músculo del niño que está madurando (cómo gana fuerza, capacidad para el trabajo aeróbico o anaeróbico…) hay que leer el apartado siguiente…

MADUREZ BIOLÓGICA Y RENDIMIENTO FÍSICO

En general, la madurez de una persona se mide habitualmente usando uno o más de los índices con que se mide la madurez somática, la madurez ósea o la sexual. Las dos primeras ya las hemos definido en el apartado anterior, y antes de hablar de rendimiento físico vamos a definir la tercera.

¿Cómo se valora la maduración sexual de un niño?


Por medio del estudio del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios; es decir, por medio del desarrollo del pecho y menarquia (la primera regla) en chicas, del desarrollo del pene y testículos en niños, y del vello pubiano en ambos sexos. El estudio del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios se resume habitualmente en 5 estadios para cada uno de ellos. El estadio 1 indica un estado prepuberal, es decir ausencia de desarrollo en ninguno de los caracteres sexuales descritos, y el estadio 5 está relacionado con el estado adulto.

Aunque la elevación inicial de los pechos es habitualmente el primer signo evidente de maduración sexual en chicas, la menarquia (el primer período menstrual) es el indicador de madurez más comúnmente utilizado en las mujeres púberes. En el niño, el agrandamiento inicial de testículos es el primer signo más común de maduración sexual.

Si asumimos que la edad media de la menarquia en una población es 13 años, aquellas chicas cuya edad de menarquia esté comprendida en más o menos ± un año de esta edad (esto es, entre los 12 y 14 años) son clasificadas como de madurez dentro de la media. Las chicas con una edad para la primera regla por debajo de los 12 años son clasificadas como de madurez temprana, y las que estén por encima de los 14 años son clasificadas como de madurez tardía.

¿El ejercicio físico influye sobre la Maduración Sexual?


La mayor parte de los estudios publicados sobre este asunto se refieren a la edad de aparición de la primera regla en las chicas que practican deporte, comparada con la de la población en general. Y estos estudios han encontrado que el entrenamiento físico se acompaña de un retraso en el comienzo de los ciclos menstruales. Por ejemplo, la edad de la menarquia en las chicas americanas sanas es, de media, a los 12.5 años, mientras que en las deportistas la menarquia comienza a los 13.5 años o incluso más tarde.

Sin embargo, ¿este retraso de la primera regla en las deportistas es consecuencia directa del entrenamiento físico?


Existe una teoría muy extendida y generalmente aceptada que relaciona la aparición de la primera regla con la existencia de un peso corporal "crítico" o de un porcentaje graso mínimo; es decir, teóricamente una chica necesitaría un peso (48Kg) y un % graso (17%) mínimos para ser capaz de concebir y ser madre. El entrenamiento físico previene o retrasa que muchas deportistas alcancen este umbral…

Además de las dietas y de la pérdida de peso, existen otras variables relacionadas con factores genéticos, con el estrés psicológico y con el sobreentrenamiento que también pueden contribuir a este retraso en la aparición de la primera regla. En muchos casos, este retraso puede tener un origen en varias de estas posibles causas.


¿Un niño con una madurez adelantada tiene ventaja cuando compite con otro niño que presenta una madurez retrasada?

Sí. En general, el rendimiento físico del niño está relacionado con su madurez biológica; por ejemplo, se sabe que la edad ósea predice mejor el rendimiento físico que la edad cronológica. Una madurez adelantada influye positivamente sobre diferentes variables relacionadas con la aptitud física: se asocia a niños más altos, con una mayor masa muscular y un mayor volumen cardiaco; todo lo cual ejerce un efecto positivo en el desarrollo de la potencia aeróbica, de la fuerza muscular y de la resistencia aeróbica.

¿Esta ventaja "biológica" es igual para los niños y para las niñas?


No. Esta asociación es más manifiesta en los chicos que en las chicas. En los chicos, antes de la pubertad, la asociación maduración biológica- rendimiento físico es modesta; mientras que entre los chicos de 13 y 16 años de edad esta relación tiende a ser más marcada. Por el contrario en las chicas la asociación madurez ósea y sexual- rendimiento físico es baja, y en muchos casos negativa. Una posible explicación a estas diferencias entre sexos podría estar relacionada con el mayor aumento de tamaño de la masa muscular en el niño, como consecuencia de la pubertad, comparado con un mayor incremento del porcentaje graso en las niñas. El peso del músculo de los niños prepúberes supone sólo alrededor del 25 a 30% del peso total, mientras que con la pubertad, como consecuencia de la influencia hormonal (testosterona), este porcentaje sube hasta un 40- 45% en comparación con alrededor de un 35 a 38% en las chicas. La ganancia de grasa en las niñas no contribuye a incrementar el VO2max, ni la fuerza o la potencia, como lo hace el incremento de músculo en el niño. Este hecho, junto a una mayor concentración de SHD (enzima típica aeróbica) en las fibras de los músculos activos de los chicos y a unos niveles inferiores de hemoglobina en sangre de las chicas, entre otros posibles factores, puede explicar en gran parte el "deterioro" del rendimiento físico de las chicas en comparación con los chicos. ¿Cómo evolucionan las diversas variables relacionadas con el rendimiento físico como la fuerza máxima y el VO2 max?

¿Cómo se desarrolla la fuerza máxima en el niño?


Si tomamos como índice de madurez el PHV (madurez somática), la fuerza máxima ocurre después de los picos en la velocidad de crecimiento de la estatura en los chicos; sin embargo, el patrón de desarrollo de la fuerza máxima en chicas no es tan evidente; el pico de desarrollo de la fuerza máxima ocurre más frecuentemente después del PHV, pero existe una variación considerable. Se ha estudiado a chicos con un rango de edad entre los 10 y los 18 años, mediante diversos tests (salto vertical, flexiones de brazos, salto horizonta y otros), para analizar la relación entre los resultados de estos tests de fuerza y de rendimiento motor y la edad del PHV. Los resultados indican que la mejora es más evidente justo antes o inmediatamente después de alcanzar el pico de velocidad de incremento en la estatura.

¿Cómo se desarrolla la potencia aeróbica máxima (VO2max) en el niño?


Si tomamos otra vez como índice de madurez el PHV (madurez somática), los resultados en chicos son razonablemente consistentes: el VO2max, medido en valores absolutos (lO2/min), comienza a aumentar alrededor de 5 a 6 años antes del PHV y continua aumentando durante el "estirón" puberal. El VO2max, medido en valores relativos (mlO2/Kg/min) generalmente comienza a declinar alrededor de 1 año antes del PHV. En las niñas, el VO2max, medido en valores absolutos (lO2/min), también comienza a aumentar varios años antes del PHV y continúa incrementándose durante varios años después del mismo. Los resultados de la medición de los valores relativos del VO2max (mlO2/ Kg/ min) son más variables. Comienzan a descender, generalmente, de 2-3 años antes del PHV y continúa descendiendo a lo largo del "estirón" puberal.

Siguiendo con el trabajo aeróbico, ¿cómo se desarrolla el umbral anaeróbico en el niño?


El umbral anaeróbico, tal y como se define en estos momentos, depende de la acumulación de lactato en la sangre. Diversos estudios sobre el umbral anaeróbico en niños indican que en niños y niñas entre los 6 y los 12 años, el umbral anaeróbico (4 mmol/l) se encuentra en un 50% del VO2max, lo que representa 20 a 35mlO2/Kg/min. En general, los niños tienen un umbral anaeróbico más elevado que las niñas en todas las edades estudiadas.

¿Cómo se desarrolla la capacidad de trabajo anaeróbico en el niño?

Los niveles de lactato en sangre han sido utilizados habitualmente como un indicador del metabolismo anaeróbico; se asume que una mayor producción de ácido láctico en el músculo se acompaña de un incremento paralelo de lactato en sangre, y que cuanto mayor sea el pico de lactato en sangre, mayor será la capacidad de esa persona para trabajar anaeróbicamente. En niños de 11 años, el nivel de lactato después de un ejercicio máximo no supera los 7.5- 8mmol/l (un adulto muy entrenado puede llegar a los 20- 25mmol/ l). Es decir, la vía de la glucolisis anaeróbica no está completamente desarrollada en estas edades, por lo que los niños tienen una menor potencia anaeróbica, expresada en valores absolutos o relativos. Con la edad esta vía de la glucolisis anaeróbica madura y se produce un significativo aumento en la concentración máxima de lactato en sangre, alcanzado los niveles del adulto a los 13- 16 años.

EL NIÑO Y EL DEPORTE DE COMPETICIÓN

Es una idea generalmente aceptada que la actividad física regular, incluyendo el entrenamiento deportivo, es importante para conseguir un normal crecimiento y maduración del niño. Sin embargo, en las últimas décadas, a raíz del significativo incremento observado en el volumen e intensidad de entrenamiento de los jóvenes que practican deporte de competición, se ha producido una señal de alarma provocada por la inquietud que despierta en padres, educadores y científicos los posibles efectos negativos de este tipo de entrenamiento en el desarrollo y maduración de estos niños. Así, en un comunicado conjunto de la Asociación Americana de Medicina del Deporte y de la Asociación Americana de Dietética se puede leer: " algunos programas para la mejora de la aptitud física podrían ser perjudiciales para los adolescentes si conllevan un tipo de ejercicio intenso y prolongado y/o un porcentaje graso corporal muy bajo para optimizar sus márgenes competitivos…. Estos regímenes podrían retrasar la maduración sexual, disminuir el crecimiento óseo y, con ello, la estatura…". Es decir, parece existir un punto a partir del cual el ejercicio "excesivo" podría impedir el crecimiento establecido genéticamente para una persona y su normal desarrollo.

¿Dónde está la frontera entre el ejercicio físico saludable y el ejercicio físico perjudicial para la salud?


Por ahora, es muy difícil trazar una frontera entre estos dos tipos de actividad física. Por lo tanto, quizá sería conveniente insistir, como dice un estudioso de la materia, en que "hasta que puedan ser definidos los límites de este rango de ejercicio saludable debería prevalecer el sentido común".

Hablando de sentido común… ¿es aconsejable que un niño o un adolescente entrenen la fuerza?


Durante décadas el tema del entrenamiento de fuerza en niños y en adolescentes ha sido un asunto controvertido. Para una gran parte de la comunidad médica y científica, el entrenamiento de fuerza en estas edades no era recomendable por dos razones: 1º) se creía que su bajo nivel de andrógenos (testosterona) impediría, teóricamente, el desarrollo de la fuerza; y 2º) se temía que en este grupo de población, el entrenamiento de fuerza favorecía la aparición de lesiones musculoesqueléticas. Sin embargo, en los últimos años numerosas organizaciones científicas y profesionales como la Asociación Americana de Medicina del Deporte, la Asociación Americana de Pediatría, la Asociación Americana para el Acondicionamiento Físico y la Fuerza, y el Comité Olímpico Americano han preconizado los beneficios del entrenamiento de fuerza en jóvenes, debido a los resultados positivos encontrados en estudios recientes que muestran cómo siguiendo ciertas pautas de entrenamiento racional, los niños y adolescentes pueden aumentar su fuerza muscular sin riesgo para la salud.

¿En estas edades el entrenamiento de fuerza también puede ayudar a prevenir diferentes enfermedades?


Sí. Desde un punto de vista de salud, la práctica de un deporte (incluyendo los deportes de velocidad/ potencia y fuerza) es una herramienta muy útil para prevenir el consumo de drogas y el desarrollo de enfermedades como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la osteoporosis (Ver siguiente apartado). No obstante, hay que insistir en lo que señalan diferentes autores y organizaciones que advierten que cuando la carga del entrenamiento es "excesiva", se puede producir una alteración de las hormonas que intervienen simultáneamente en el crecimiento, la maduración y la respuesta al estrés provocada por el entrenamiento. En este caso, una carga "excesiva" de entrenamiento podría tener efectos adversos en los procesos fisiológicos anabólicos comprometidos con las adaptaciones de los tejidos a la actividad física, al crecimiento y a la maduración. Por ejemplo, resulta sorprendente observar que aquellas chicas que desarrollan períodos de amenorrea secundaria durante su carrera deportiva son más propensas a desarrollar osteoporosis y enfermedades cardiovasculares, en comparación con otras deportistas que mantienen sus ciclos menstruales.


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