El continuo debate sobre las propiedades de la leche enfrenta a aquellos que creen que este alimento es parte fundamental de una alimentación equilibrada y a aquellos que relacionan este producto con más de 300 enfermedades, entre ellas, diversos tipos de cáncer y enfermedades intestinales o estomacales. Y lo cierto es que ni a unos ni a otros les convencen los argumentos esgrimidos por la parte contraria. Estudios científicos, tanto de centros como Harvard como del Ministerio de Agricultura Español, respaldan, puntualmente, los dos bandos. Sin conclusión clara al respecto, esta situación de incertidumbre hace que muchas veces nos cuestionemos si la leche es buena o mala, si debemos consumirla de forma frecuente o no.
En España, ya sea por el miedo infundado o por la creencia firme de evitar la leche, el consumo de este alimento ha descendido un 15 % en los últimos años; y la ingesta media es de un vaso de leche al día, muy lejos de quienes, como el Ministerio de Agricultura, defienden este alimento y recomiendan de dos a tres vasos cada jornada. Estos señalan que la leche es fuente de calcio, debe tomarse diariamente desde el nacimiento (leche materna) y a lo largo de la vida, para mantener la masa ósea y prevenir la aparición de osteoporosis.
Entre los más contrarios a este producto está el Centro de Salud Pública de la Universidad de Harvard, que asegura que el calcio es necesario para el bienestar de los seres humanos pero a ciertas edades, la leche no. Así, el instituto de investigación de EE UU concluye que el calcio es imprescindible durante la infancia para la formación de los huesos, pero que "no está claro que tomar leche diariamente sea la mejor fuente de este componente para la mayoría de personas".
En su informe, estos expertos aseguran: "Mientras que tomar calcio cada día puede reducir el riesgo de osteoporosis y cáncer de colon, el alto consumo puede incrementar el riesgo de padecer cáncer de próstata y de ovario. Además, consumir productos lácteos diariamente aumenta los niveles de grasas saturadas en nuestro organismo, así como de vitamina A, cuyos altos niveles, paradójicamente, pueden hacer que nuestros huesos se debiliten". Y proponen como buenos sustitutos de la leche: las berzas, el brócoli, la coliflor, la leche de soja, el tofu, las judías horneadas, y suplementos que contengan calcio y vitamina D ("Una mejor opción que tomar calcio por sí solo", añaden).
Con esta conclusión, han sustituido este alimento de su guía saludable Healthy Eating Plate (Ración de Plato Saludable, en su traducción en inglés) por agua.
Tras estos resultados, el mensaje de Harvard al Departamento de Agricultura de EE UU (USDA, por sus siglas en inglés) fue tajante: “Hay que hacer una nutrición sana y libre de presión y grupos de industria, como puede ser la láctea en este caso”. Mientras que la guía Harvard recomienda beber agua, el USDA, todavía, "aconseja ingerir lácteos en cada comida, incluso aunque no haya pruebas de que prevenga la osteoporosis".
Carolina García
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