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miércoles, 29 de junio de 2016

SIESTA EN VERANO SÍ, PERO CON MATICES

El calor, las vacaciones, las comidas copiosas, las salidas nocturnas, la falta de obligaciones… la siesta nos gusta en cualquier época del año, pero el verano viene cargado de situaciones que favorecen aún más el querer echar una cabezadita. El doctor Javier Cabanyes nos explica si la siesta es saludable y cómo podemos hacer para no trastocar nuestro reloj biológico


EPA/LAURENT GILLIERONEPA/LAURENT GILLIERON
La siesta es un referente cultural conocido dentro y fuera de nuestras fronteras, pero es necesario preguntarse hasta qué punto es bueno para la salud o si se trata simplemente de una costumbre social. El doctor experto en neuropsicología Javier Cabanyes, autor del libro “Soñar y dormir” (EUNSA), nos explica cómo hacerlo.

¿La siesta es saludable?

Cabanyes afirma que en principio “tiene un valor saludable porque en una sociedad ajetreada como la nuestra la siesta no es más que un tiempo de recuperación”. El problema viene, según explica, en saber manejarlo y acostumbrarse al tipo adecuando de siesta.
El experto en neuropsicología cataloga en su libro tres tipos de siesta:
  • Siesta ultracorta: siesta breve de unos minutos, muy reparadora, en la que el sueño suele llegar a ser profundo y el despertar espontáneo.
  • En la imagen aparece una leona bostezando en el zoo de Duisburgo (Alemania)

    Siesta clásica o tradicional: más larga pero sin llegar a la hora. De sueño también profundo y despertar menos espontáneo, puede ser sana pero también interferir en las horas de sueño. De ahí la necesidad de controlar el tiempo, siendo buena para personas que tienen limitación, natural o impuesta, de las horas de sueño nocturno.
  • Siesta mayor: posee los hábitos previos al sueño nocturno y unas rutinas similares a despertarse por la mañana. Dura varias horas, representando hábitos diferentes del sueño y manifestando desajustes en el ritmo de sueño.
El especialista señala que “una siesta breve tiene un poder de recuperación bueno que no interfiere en otras cosas y podemos decir que sería saludable”.
Pero sin embargo siestas más largas “alteran el ritmo de sueño vigilia, trastocan el reloj biológico y desde esa perspectiva no serían tan saludables”.
Hay que tener siempre en cuenta el caso de cada persona y sus circunstancias, porque tal y como apunta el experto, “en una persona que tiene que quedarse hasta altas horas de la noche y al día siguiente tiene que levantarse temprano pues probablemente la siesta la tiene que dormir para que no se deteriore todo su organismo”, pero en cambio “una persona que consigue mantener bien sus horas de sueño nocturno pues o no necesita siesta o una muy rápida de recuperación breve y ya está”.

Consejos para una buena siesta

Cabanyes subraya que lo primero a tener en cuenta “sería verificar realmente que uno la necesita porque a veces es una costumbre que sin querer lo que lleva a veces es a alterar el sueño y romper su ritmo”. Ver si es necesario es esencial para no alterar “el reloj biológico, que está de alguna manera coordinado con la noche y el día”.
En segundo lugar, controlar la duración de la misma. El doctor remarca que “la siesta en principio debería no ser muy larga para que no nos altere todo lo demás y con unos hábitos que no faciliten que se prolongue la siesta”, porque “si uno se mete en la cama con el pijama es más difícil que se levante a los quince minutos que es lo que necesitaría”.
En esencia, dos pasos fundamentales: pensar si necesitamos la siesta, y en caso afirmativo, intentar que sea breve.
Además, para los meses de verano el especialista señala que hay que tener presente “que es una época que pasa y el ritmo de vacaciones también”, por lo que a veces el problema viene después con “las famosas depresiones postvacacionales” que no sólo suponen recuperar una actividad sino el trastorno del ritmo de sueño.
“La siesta a veces tiene ahí un papel y responsabilidad importantes -señala- porque si nos hemos acostumbrado a dormir dos horas va a alterar el reloj biológico”.
Rocío Galán

DIETA QUE AYUDA A BRONCEARTE

LO QUE DEBES SABER...
  • El betacaroteno es imprescindible para fortalecer la autoprotección interna de la piel. Se encuentra en frutas y verduras de color intenso (rojo, naranja, amarillo, verde).
  • Los ácidos grasos insaturados, como el oleico del aceite de oliva o el omega-3 del pescado azul, evitan la deshidratación de la piel.
  • El selenio (levadura de cerveza, salvado y germen de trigo, aguacate, ajos, cebolla…) y el zinc (marisco, legumbres, semillas de calabaza) son dos minerales beneficiosos para la piel. 

     
Bienestar. Dieta que ayuda a broncearte
Llega el buen tiempo y especialmente después de tantos días lluviosos la mayoría estamos deseando aprovechar los primeros rayos de sol. Pero como cada año por esta época conviene recordar que si bien los baños solares tomados con moderación y una protección adecuada pueden resultar beneficiosos, no olvidemos que nos ayudad a reforzar nuestro esqueleto al favorecer la síntesis de vitamina D, tan necesaria para nuestros huesos, tienen también un efecto euforizante y antidepresivo así como una acción positiva frente a determinados trastornos cutáneos como el acné, eczema o la psoriasis y como no destacar lo favorecedor que resulta estéticamente hablando un bonito bronceado. En la otra cara de la moneda nos encontraríamos con los efectos nocivos que el abuso o la falta de cuidados mínimos pueden producir tanto en nuestra salud como en nuestra belleza, como es entre otras el fotoenvejecimiento cutáneo por el daño acumulativo e irreversible del sol o incluso el cáncer de la piel.
Para prepararnos y conseguir un favorecedor y duradero bronceado, nada mejor que empezar a cuidarnos desde dentro ya que de una alimentación adecuada y rica en determinados nutrientes dependerá en buena medida el que nuestro organismo y especialmente nuestra piel, esté preparada para recibir los primeros rayos solares.
Además podremos compaginar perfectamente si lo necesitamos con una dieta hipocalórica que nos ayude a perder peso a la vez que nos favorezca el bronceado, ya que nuestros mejores aliados los encontraremos en las frutas, verduras y hortalizas. Sin olvidar una tercera ventaja que nos proporciona este tipo de alimentos ya que la mayoría de ellos son ricos en vitaminas y minerales antioxidantes que nos permitirán luchar contra los radicales libres que dañan las moléculas y membranas celulares, acortando su vida y acelerando el proceso de envejecimiento.
Especialmente hay una sustancia que no debería faltar en nuestra mesa si pretendemos fortalecer la autoprotección interna de la piel, es por supuesto el betacaroteno, un pigmento precursor de la vitamina A que acelera el bronceado al favorecer la síntesis de melanina, que a su vez actuará como filtro natural de los rayos ultravioletas y nos proporcionará el deseado bronceado. Por su parte la vitamina A fortalecerá nuestra piel, uñas y vista, sin olvidar su papel antioxidante ya que neutraliza en parte la acción de los radicales libres que causan los rayos ultravioletas.
Para poder elegir fácilmente los alimentos ricos en caroteno nos podemos guiar por su color, ya que suelen ser las frutas y verduras de colores intensos, rojos, naranjas, amarillo y verde las que contienen más betacaroteno. Destacar el perejil o los albaricoques secos, como una de las mayores fuentes naturales de este pigmento, sin olvidar la zanahoria, melocotón, mango, papaya, los tomates, la calabaza, espinacas, brócoli o las acelgas y alga espirulina.
Siguiendo con el grupo de las vitaminas que nos ayudarán a prepararnos frente a las radiaciones solares reduciendo los efectos nocivos, encontramos otra liposoluble, la vitamina E o alfatocoferol, que también nos protegerá el corazón y el sistema circulatorio y la encontramos en el germen de trigo, los aceites vegetales (oliva, maíz, girasol), frutos secos, legumbres y arroz integral, el aguacate y la yema de huevo (aunque ésta última si estamos haciendo régimen o tenemos alto el colesterol no resulta conveniente).
Dentro del grupo de vitaminas hidrosolubles, nuestro aliado este verano será la vitamina C o ácido ascórbico conjuntamente con su acción antioxidante combatiendo los radicales generados por el sol, nos ayudará a aumentar nuestra resistencia a las infecciones al reforzar el sistema inmunológico y potencia la absorción de hierro. A nivel cutáneo participa en la síntesis de colágeno  y la encontramos sobre todo en los cítricos como el pomelo, naranja, limón o mandarina, en el kiwi, los tomates, pimientos, brócoli y la soja entre otros.
Del grupo de la vitamina B, la riboflavina o vitamina B2 fortalecerá nuestra piel y cabello y nos proporcionará la leche, el yogur, el queso, la levadura de cerveza, los vegetales verdes, legumbres, pescado, huevos y pollo.
En cuanto a la vitamina B3 o niacina también mantiene y cuida la salud de nuestra piel y los alimentos ricos en ella son los cereales, hígado, y carnes magras, las sardinas, atún y caballa y frutos secos.
Tenemos que tener en cuenta que las vitaminas liposolubles como la A, E o D se almacenan en nuestro organismo y tenemos depósitos de ellas en la grasa, el hígado, y diferentes tejidos, pero son sensibles a las altas temperaturas.
Las vitaminas hidrosolubles (C y B) son aún más frágiles ya que además del calor también son sensibles al agua y se deben consumir diariamente ya que nuestro cuerpo las retiene por poco tiempo. De ahí que sólo sea importante el tipo de alimentos que consumimos sino también la forma de cocción ya que podemos llegar a perder gran parte de las vitaminas al hervirlos o freírlos.
Bienestar-dieta que ayuda a broncearte-vitaminas
Para que nuestra comida conserve pues sus máximas propiedades nos será útil seguir unas sencillas reglas a la hora de preparar nuestros platos; como es lógico consumir las verduras y frutas crudas en la ensalada nos permitirá mantener aún mejor su sabor y cualidades, al cocerlas será preferible hacerlas al vapor, o con poco agua y al tiempo imprescindible y no debemos tener en remojo mucho tiempo las hortalizas ya que perderían parte de las vitaminas hidrosolubles.
En cuanto a los minerales más indicados por si relación con la salud de nuestra piel, tenemos el selenio en sinergia con la vitamina E y que gracias a sus propiedades antioxidantes favorece la prevención del envejecimiento prematuro y preserva la elasticidad de la piel y nos lo aportarán la levadura de cerveza, el salvado y germen de trigo, el aguacate, los ajos, cebollas, el marisco y la carne magra.
El zinc favorece la síntesis de colágeno y elastina con lo que en el caso de quemaduras solares favorecería la regeneración cutánea. Este micromineral nos lo proporcionará el hígado, el marisco, las legumbres y las pepitas de calabaza.
Otro oligoelemento que también interviene en la síntesis de colágeno y participa en la pigmentación de la piel es el azufre, presente en el ajo y la cebolla, los espárragos, las legumbres y el pescado.
El silicio nos mantiene la elasticidad de la piel y los principales alimentos que nos lo aportan los plátanos, las judías verdes, la cebolla y los frutos secos.
Por último el manganeso que nos potenciará el aprovechamiento de la biotina, la vitamina E y B1 y C, está en productos como los cereales integrales, frutos secos, guisantes y el té.
Y ácidos grasos insaturados como el oleico presente en el aceite de oliva o el omega 3 en el pescado azul, la soja o las nueces y la leche enriquecida con dicha sustancia, también contribuirán a mantener la salud de nuestra piel evitando su deshidratación.
También el aceite de onagra y de borraja y los polifenoles del té verde por su acción antioxidante serán útiles para poder luchar contra los radicales libres generados por las radiaciones ultravioletas y causantes entre otros efectos de una piel fotoenvejecida.

Bienestar-dieta que ayuda a broncearte-vitaminas-moreno
Así pues una prudente exposición al sol con una correcta protección, preparar nuestra piel con una exfoliación previa para eliminar las células muertas y conseguir un color uniforme, evitar el uso d productos potencialmente fotosensibles (cosméticos, perfumes, algunos fármacos, etc), una hidratación correcta, imprescindible en esta época del año que aumenta la transpiración corporal y en la que debemos de beber como mínimo dos litros de agua diarios ya sea de agua mineral con o sin gas, o en forma de infusiones, zumos naturales o caldos vegetales y empezar con una alimentación rica en nutrientes que potencien el bronceado, por lo menos un mes antes y durante todo el verano, nos permitirá minimizar los riesgos de las radiaciones ultravioleta y conseguir un excelente bronceado.
Si además de preparar nuestra piel para el bronceado queremos perder algo de peso antes de las vacaciones y siempre que no haya una contraindicación médica personal, deberíamos seguir una dieta hipocalórica rica en nutrientes que potencien el moreno.

EL VERANO, DISFRÚTALO CON SEGURIDAD

El sol, siempre con precaución

Las exposiciones prolongadas al sol o al calor pueden tener como consecuencia, quemaduras solares, golpes de calor, insolaciones. Los niños, los ancianos y las embarazadas son especialmente vulnerables. Aprende a vivir el verano con seguridad.
Bienestar. El verano, disfrútalo con seguridad. El sol, siempre con precaución
Peligros
Sol, playa, calor, baños, descanso son palabras íntimamente ligadas a las vacaciones, pero las altas temperaturas, el cambio de los hábitos alimenticios y las actividades que se realizan en estas épocas favorecen la aparición de molestias y “accidentes” propios de las vacaciones. Por eso, ahora que nos aproximamos al período estival, es conveniente conocer aquellos riesgos que aumentan durante esta época, para así, siguiendo unas básicas recomendaciones, evitar que unos días felices de descanso y disfrute se puedan transformar en un “tormento”.
La mayoría de los "peligros" estivales están relacionados con las altas temperaturas y la exposición a las radiaciones solares, aunque hongos, gastroenteritis e insectos hacen también su "agosto" durante este periodo. Quemaduras, intoxicaciones alimentarias, alergias, insolaciones, picaduras de insectos o cortes de digestión son algunos de los indeseados "compañeros de viaje" que pueden amenazar a nuestras vacaciones. Unas sencillas medidas de prevención, o una reacción adecuada y a tiempo, son fundamentales para mantenerlos a raya y poder disfrutar de lleno del periodo estival.
Rayos solares
El sol es indiscutiblemente el astro rey, y en verano brilla más tiempo y con más fuerza, trayendo buen tiempo y buen humor (la luz solar es un antidepresivo natural) e invita a disfrutar de todo tipo de actividades al aire libre (deportes, baños, excursiones, comidas, viajes…).
Pero el sol puede ser también perjudicial, bien por el efecto directo de sus rayos, bien indirectamente. Te contamos cómo sortear estos peligros.
Hay dos tipos de rayos solares importantes desde el punto de vista de la salud: los infrarrojos (IR), productores de calor, y los ultravioletas (UV), que aunque no dan calor, producen fácilmente quemaduras solares, ya que son radiaciones ionizantes que pueden provocar también envejecimiento prematuro de la piel y cáncer cutáneo, así como cataratas y opacidades de la córnea. Para defenderse de los rayos ultravioletas, la piel produce un filtro extremadamente eficaz: un pigmento llamado melanina. Pero sólo las personas de piel oscura tienen la suficiente melanina para protegerse de los UV. Los demás debemos aplicarnos productos con factor de protección (FP).
El FP sirve para calcular cuánto podemos prolongar la estancia al sol, multiplicando el tiempo que tardamos en quemarnos por el número del FP. Por ejemplo, si una persona aguanta 10 minutos y usa FP20: 10x20= 200 minutos, es decir 3h y 20' sin quemarse.

Tabla FPS
El golpe de calor
Es la forma mas general, frecuente y peligrosa de todos los accidentes causados por el calor y por la radiación solar; generalmente ocurre en ambientes de elevada temperatura y humedad y no es necesaria la exposición solar directa, ya que también puede ocurrir en lugares cerrados, con ambiente caluroso y húmedo y en los que corra muy poco el aire.
Con el fin de evitar los golpes de calor deben tomarse las siguientes medidas:
  • Comer moderadamente.
  • Aumentar la ingestión de líquidos aunque no se tenga sed.
  • Evitar bebidas alcohólicas y muy azucaradas.
  • Ducharse con agua templada o fresca.
  • Usar ropa ligera y holgada.
  • Descansar con frecuencia a la sombra.
  • Mantener la vivienda fresquita.
  • Evitar las aglomeraciones.
  • Exponerse al sol el mínimo tiempo posible.
Los niños y los ancianos son especialmente vulnerables.
La insolación
Suele producirse por la prolongada exposición al sol, debido a una excesiva acumulación de calor en el organismo, sobre todo en las personas que están poco habituadas a la luz solar y que se exponen a ella en forma prolongada.
La insolación suele cursar con dolor de cabeza repentino, aumento de la temperatura corporal, excitación o somnolencia, náuseas y vómitos y trastornos visuales y, en casos severos, incluso pueden presentarse trastornos respiratorios y pérdida de conocimiento.
Qué hacer. Lo primero que debe hacerse ante un caso de insolación es disminuir la temperatura corporal y en casos graves acudir inmediatamente al médico. 
Bienestar. El verano, disfrútalo con seguridad. El sol, siempre con precaución
Quemadura solar
Se caracteriza por enrojecimiento de la piel e incluso ampollas, con escozor intenso y dolor, que aparece pocas horas tras la exposición al sol y alcanza su máximo a las 12-24 horas.
Qué hacer.  Si hay ampollas (quemadura de segundo grado) o si la quemadura es extensa, acudir al médico lo antes posible. En el resto de casos, interrumpir la exposición al sol, aplicar cremas hidratantes, beber agua y otras bebidas sin alcohol.
Prevención.
  • Comenzar a tomar el sol gradualmente.
  • Usar siempre cremas de protección solar (contra UVA y UVB) en todas las zonas de la piel expuestas al sol, incluso en días nublados, especialmente en la montaña y en la playa (también bajo la sombrilla), así como en latitudes próximas a los polos.
  • Aplicarse la crema protectora media hora antes de exponerse al sol. Repetir la operación cada dos horas y tras cada baño.
  • Proteger los labios con producto labial con FP alto.
  • Proteger los ojos con gafas de sol polarizadas de buena calidad (consulta en tu óptica).
  • Proteger la cabeza con un gorro o sombrero.
  • Evitar la exposición alrededor del mediodía (12 a 16 h).
  • Evitar la exposición si se están tomando medicamentos fotosensibilizantes o fototóxicos (ver prospecto o consultar al médico).
  • Bajo el sol, evitar el uso de colonias, lociones... que contengan alcohol.
  • Tras el baño, ducharse con agua fresca y dulce y aplicarse una crema hidratante.
  • Beber agua o líquidos sin alcohol frecuentemente. Tomar frutas, ensaladas, gazpachos...
Niños
Especial precaución: nada de sol a los menores de tres años. Utilizar productos con FP30, sin alcohol, resistentes al agua. Reaplicar periódicamente de forma generosa. Protegerlos con ropa, gorras y gafas, también en la sombra. Darles de beber mucha agua. Recordar que el daño solar es acumulativo y que durante los primeros años las quemaduras del sol pueden debilitar la piel para toda la vida.
Embarazadas
Usar pantalla solar con FP30 para evitar la aparición de manchas oscuras en la piel de la cara, lo que se conoce como “cloasma” y que puede tardar tiempo en desaparecer.

Servicio de Prevención Mancomunado de MAPFRE

lunes, 27 de junio de 2016

GIMNASIA ABDOMINAL HIPROPRESIVA PARA EL POSPARTO

La gimnasia abdominal hipopresiva conoce cada vez más adeptas. Esta técnica de fisioterapia tiene como objetivo tonificar y reforzar los músculos abdominales y el suelo pélvico, trabajándolos desde dentro. Los ejercicios son muy específicos y necesitarás un profesional que te guíe hasta controlar la técnica.

mujer haciendo gimnasia
La gimnasia abdominal     hipopresiva consiste en contraer los músculos del abdomen de forma dirigida, ayudándose de la respiración. Se trata de abrir al máximo las costillas usando los músculos intercostales y metiendo el diafragama por debajo de las costillas. Estos ejercicios fortalecen todo el abdomen y muy en especial el suelo pélvico lo que resulta muy indicado para después del embarazo.
La fisoterapeuta Rakel García nos explica en qué consiste, sus ventajas y cómo se desarrolla una sesión.
1. ¿Cómo se trabaja con la gimnasia abdominal hipopresiva?
Se trabaja en apnea respiratoria, o sea, mientras se expulsa el aire de los pulmones. Así, se evita el aumento de presión que se produce al realizar los ejercicios abdominales clásicos.
2. ¿Para qué tipo de patología está indicada?
Está indicada para cualquier persona que quiera disminuir su perímetro abdominal y fortalecer la musculatura del suelo pélvico. Es especialmente efectiva durante el posparto y para aquellas mujeres que presentan problemas de incontinencia urinaria. También se utiliza para tratar otras patologías comodisfunciones sexuales, menopausia, dolores de espalda, prolapso de útero y como tratamiento de recuperación tras operaciones abdominales o ginecológicas.
3. ¿Existe algún tipo de contraindicación?
Está contraindicada para mujeres embarazadas ya que puede provocar contracciones uterinas demasiado fuertes y desencadenar un parto prematuro. Sólo en cas de haber trabajado con esta técnica anteriormente al embarazo, podemos realizar algunos de los ejercicios en el momento del parto para facilitar la dilatación y expulsión del bebé.
4. ¿Cómo son las clases?
Hay que diferenciar si la mujer está dando el pecho o no. Si no lo da, se puede empezar a partir de la semana 8. Si lo da, es conveniente esperar a la semana 16. Mientras se da el pecho, aumenta la prolactinay se produce una reducción de estrógenos, que hacen que la fibras del suelo pélvico estén relajadas, lo que disminuye la eficacia del ejercicio. A partir de aquí, se pueden practicar de forma individual o en grupos reducidos pero siempre bajo la supervisión de un profesional ya que es un tipo de gimnasia muy particular.
5. ¿Cuántas veces por semana se debe practicar? ¿Durante cuánto tiempo?
Yo enseño a las mujeres en 10 sesiones , dos veces por semana. A partir de allí, ellas deben practicar los ejercicios unos 20 minutos al día para que en 6 meses se puedan ver los beneficios. Si se adopta esta disciplina, se reducirán dos tallas de ropa, lo que resulta bastante motivador.
6. Cómo se hacen los ejercicios en vídeo
 
Magda Campos

miércoles, 22 de junio de 2016

LA ASAMBLEA APOYA ......................

La Asamblea apoya aumentar a tres horas semanales las clases de Educación Física en los colegios

Un 20% de los escolares presenta sobrepeso, un 10% obesidad y el 80% solo hace deporte en la escuela

Clase de Educación Física en un colegio de Madrid.

  

Hay que aumentar la práctica del deporte en los colegios e institutos. Los 125 diputados de la Asamblea de Madrid han aprobado hoy por unanimidad una proposición no de ley de Ciudadanos que aumenta las horas lectivas de deporte en primaria (de seis a 12 años) y secundaria (de 12 a 18) hasta tres semanales. Ahora se imparte una raquítica hora y media semanal en los colegios bilingües y dos y media en el resto. Al mismo tiempo, se ha pedido incorporar la asignatura dentro de las materias troncales.
Tampoco ha habido fisuras en cuanto a los beneficios que conlleva el ejercicio. Los datos hablan por sí solos: un 20% de los escolares presenta sobrepeso, un 10% obesidad y el 80% unicamente practica deporte en el colegio. Otra cuestión es de qué asignaturas se van a deducir estas horas para añadirlas a gimnasia, ha planteado la diputada popular Gador Ongil. Porque, a pesar de compartir la mayor —según sus datos, uno de cada cuatro niños presenta sobrepeso u obesidad—, no les parece el momento adecuado para lanzar esta propuesta, a pesar de haber votado a favor.
Ongil ha puesto en duda la oportunidad del momento, con un Gobierno en funciones y unas elecciones en puertas. Además, habría que incluirlo dentro del pacto para la Educación. A pesar de todas las pegas y las dudas, los populares han apoyado la propuesta.
España es uno de los países de Europa donde menos deporte se realiza en el colegio, según un informe del año 2013 de la oficina de estadística escolar de la Unión Europea (Eurydice). Mientras que Francias destina el 14% del currículo mínimo recomendado a la Educación Física en secundario, en países como España, Malta y Turquía, el porcentaje se reduce a tan solo el 3% o el 4%.

CÓMO COMBATIR LA OBESIDAD


Cómo combatir la obesidad

La obesidad se está convirtiendo en el principal problema de salud en los países desarrollados. Las principales causas son los malos hábitos alimenticios y la escasa actividad física que desarrollamos en los países industrializados especialmente.
La vida sedentaria que llevamos no ayuda en nada a atacar estas causas. Según los investigadores de la revista científica ‘The Lancet’, menos de un tercio de los adultos practica deporte y la falta de ejercicio provoca, además, tantas muertes como fumar, lo que cuantificado representa alrededor de 5,3 millones de muertes al año.
Frente a esta realidad, y tal y como  reconoce el Ministerio de Sanidad español, el deporte es una parte fundamental para luchar contra la obesidad, que ha alcanzado proporciones de epidemia en Europa y muchas otras partes del mundo. Del mismo modo, no podemos olvidar que la obesidad provoca una serie de problemas graves de salud como pueden ser: diabetes, enfermedades relacionadas con el corazón y algunos tipos de cáncer. La Organización Mundial de la Salud ya ha tomado cartas en el asunto y recomienda que los adultos realicen al menos 30 minutos al día de ejercicio físico moderado. Los niños necesitan 60 minutos como mínimo.
Para cambiar esta tendencia, existe unanimidad en el sector médico: es preciso impulsar la práctica deportiva, lo que además conllevará un ahorro muy importante en el gasto sanitario, cuyo coste mundial se estima en 2.500 millones de euros para combatir la obesidad.

Ejercicios para combatir la obesidad

Pero la intensidad de ejercicio va a depender mucho de la frecuencia con la que practiquemos el ejercicio, la intensidad del mismo, la duración y el tipo de ejercicio. El ejercicio debe estar adaptado a cada persona, puesto que existe una relación directa entre el tipo de ejercicio físico y el estado de salud de cada persona.

Aeróbicos

obesidad perder peso
Pasear, caminar, correr, montar en bici, todos ellos beneficiosos para el sistema cardio-respiratorio. Este tipo de ejercicios ayuda a mejorar la capacidad pulmonar, y provoca un mayor consumo máximo de oxígeno, lo que permite una mayor capacidad física para realizar esfuerzos. Otro de los beneficios importantes es  la mejora de la función cardiovascular, reduciendo así el riesgo de padecer enfermedades tales como la hipertensión arterial o el infarto de miocardio. Además, la práctica deportiva puede mejorar o reducir la existencia de anormalidades asociadas a la obesidad, como la sensibilidad a la insulina, la intolerancia a la glucosa o el perfil de lípidos en sangre.

Trabajo de flexibilidad

Ayudar a mejorar la movilidad articular, y son flexiones y estiramientos. Además, practicar un programa de entrenamiento de la flexibilidad puede mejorar el rendimiento físico. Una articulación flexible puede moverse a lo largo de un mayor rango y requiere menos energía para hacerlo.

Ejercicios de fuerza

Pesas, que ayudan a fortalecer y endurecer los músculos. En definitiva, ayudan a mejorar nuestra calidad de vida.
Cómo adelgazar

El ejercicio mejora tu salud y evita la obesidad

Todo este tipo de ejercicios favorecen en niños y adolescentes reducciones de peso en niños pre-obesos y reducción del depósito de grasa abdominal y ayudan a mantener el peso. Pero no es la única ventaja, pues además tiene beneficiosos efectos sobre el aparato locomotor como el aumento de la densidad ósea y la masa muscular.
Pero no son los únicos beneficios, puesto que la práctica deportiva ayuda a mantener los niveles adecuados de colesterol LDL, ayuda a descender los triglicéridos, y mejora la resistencia a padecer diabetes. También ayuda a mejorar la capacidad pulmonar, y previene ante algunos tipos de cáncer.
Por último tiene efectos beneficiosos en nuestra psique, aumentando la autoestima, y disminuyendo los estados de ansiedad.
Además de ayudar a tener un mejor estado de salud, el ejercicio, especialmente el colectivo, fomenta la adquisición de valores muy importantes para el ámbito social del ser humano: espíritu de equipo, tolerancia y juego limpio.
En definitiva, no  existe una  razón única que  explique  la epidemia de  la  obesidad. Han sido una serie de cambios: aumento  en el suministro de alimentos, cambios  significativos  en  la producción  de  los  mismos, sociedades más industrializadas, menor disponibilidad de  tiempo para cocinar, abuso de alimentos grasa, aumento  del consumo de  los platos preparados…
La actividad física, el ejercicio físico y el deporte resultan esenciales para la salud, ya que mejoran el estado físico, mental y social, creando unos hábitos de vida que generan beneficios estables.

QUÉ DEPORTE DEBES PRACTICAR SEGÚN TU EDAD Y PESO?


Ojo con correr una maratón sin pasar antes por la báscula. «Muchas lesiones se producen porque se hacen deportes para los que nuestro cuerpo no está preparado.

Qué deporte debes practicar según tu edad y peso

Para hacer ejercicio hay que estar en peso», recomienda el doctor Pedro Luis Ripoll. La actividad deportiva ha aumentado en los últimos años, aunque aún estamos detrás de EEUU o de la media de la UE.
Según el Anuario de Estadísticas Deportivas del 2013, publicado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el 40% de los españoles practica algún tipo de actividad, pero sólo el 25% lo hace bajo el control de un especialista. «Hay mucha gente que practica esquí o pádel por pura afición, pero que no tienen las condiciones físicas necesarias. Eso aumenta las lesiones, que no se producirían si se estuvieran en forma», insiste el especialista.
El 17% de la población es obesa –el 7,4% hace 25 años– y algo más del 36% tiene sobrepeso, según la Encuesta Nacional de Salud, que publica el INE. También ha aumentado nuestra percepción de que tenemos buena salud –el 75,3 % así lo declara–. De ahí que confiemos en poder hacer cualquier deporte.
«Lo ideal para evitar lesiones en esta situación es practicar actividades en el agua, bicicleta o andar. Hacer ejercicio no es un elemento decisivo a la hora de adelgazar, incluso con alguno se queman pocas calorías. El deporte es una fuente de salud si se hace dieta», señala Ripoll.
Pero no sólo el peso juega un papel determinante. La edad también debería tenerse en cuenta a la hora de elegir el deporte que vamos a practicar. Este doctor, cofundador del Centro Médico Ripoll y de Prado, reconocido por la FIFA como Centro Médico de Excelencia –el único en España–, afirma que «antes de hacer deporte habría que hacerse un reconocimiento físico que nos asegurara que estamos en óptimas condiciones. Revisar el corazón, los ligamentos o las articulaciones es determinante».
Este especialista, que revisa a 2.600 pacientes al año, de los que muchos son profesionales, cree que «el deporte debe aportar armonía, equilibrio... y no puede convertirse en una actividad que nos genere más estrés, nos lesione o que nos haga ser más competitivos con nosotros mismos de una forma exagerada».
¿Qué deporte?
Obesidad: Con un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor o igual que 30, lo ideal es hacer deporte en el agua, que amortigua el impacto en rodillas o articulaciones. Natación o aquagym son una opción.
Sobrepeso: Si el IMC está entre 25 y 29,9, el agua también puede ser un aliado, así como montar en bicicleta o andar de forma moderada.
Emelia Viaña

CÓMO PRACTICAR DEPORTE EN VERANO



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Ahora sí, que sí, ya es oficial. Según el calendario el #veranito ya está aquí y toca extremar la precaución en muchos aspectos: alimentación, cuidado de la piel, exposición solar, hidratación y, por supuesto, a la hora de practicar deporte en verano.
Como buenos adictos al deporte que somos  no hacemos parón veraniego y seguro que vosotros tampoco, por ello os queremos dar unos pequeños consejos para practicar deporte en verano:
  • Horarios: debemos evitar a toda costa las horas principales del día. De 12:00 a 16:00 son las horas de más sol y más calor, por lo que tenemos que evitar deporte en esta franja horaria. Si eres madrugador, tu mejor hora será entre las 7 y las 9 de la mañana. Pero si eres más un ave nocturna, a partir de las 19:00 tienes libertad absoluta para disfrutar de tu deporte favorito.
  • Durante estos meses, debemos extremar los cuidados en nuestra piel. Si salimos a correr, a patinar, a caminar o a montar en bici no nos podemos olvidar de proteger nuestra piel del sol con una buena crema solar. Además, debemos vestir correctamente con el calzado y la ropa más adecuada para estas temperaturas.
  • No nos podemos olvidar tampoco de vigilar con más recelo nuestra alimentación e hidratación. Si durante todo el año la hidratación es muy importante en esta época y durante la práctica deportiva mucho más. Lo ideal es reponer unos 200ml. de líquido durante el ejercicio cada 15-20 minutos. Con respecto a la alimentación debemos respetar las horas de la digestión y, lo más importante, debemos adaptarla a nuestra actividad física.
  • Si sois de los que queréis huir del calor y de los de “yo por mi aire acondicionado MA-TO”, no penséis que os vais a librar tan fácilmente. No tenéis ninguna excusa para no hacer deporte. ¿Acaso los gimnasios cierran en verano? ¡Pues va a ser que no! Y si eres tan sumamente maniático te lo ponemos mucho más fácil, ¿qué tal si disfrutas de tu elíptica o tu bici en el salón de tu casa? ¡Más cómodo imposible!
  • Si no sabes qué deporte practicar durante el #veranito, la natación será la práctica elegida. La natación es un deporte muy completo en el que, además, estarás bien fresquito disfrutando bajo el agua. No te olvides equiparte bien, con un bañador más técnico que los que puedes utilizar para relajarte en la playa 😉. Sprinter

martes, 21 de junio de 2016

MUERTE SÚBITA Y DEPORTE


INTRODUCCIÓN.

La actividad física se considera un fiel reflejo del estado de salud y de la calidad de vida de una sociedad, por lo que a la opinión pública le cuesta comprender cómo un joven aparentemente sano puede morir mientras muestra una gran vitalidad en su práctica deportiva habitual. Los casos de muerte súbita ocupan los titulares de la prensa deportiva especialmente cuando ocurren en deportistas bien entrenados y con un excelente rendimiento deportivo que, desgraciadamente, desconocían que eran portadores de manera silente de enfermedades cardiovasculares potencialmente letales, a pesar de haber sido sometidos a distintos controles médicos durante su vida deportiva.
En los últimos años se han identificado varias de las distintas enfermedades cardiovasculares que con mayor frecuencia son responsables de la muerte súbita de deportistas bien entrenados o de individuos jóvenes aparentemente sanos. El artículo de Suárez-Mier y Aguilera publicado en este número de la Revista Española de Cardiología aporta una interesante información sobre las causas más frecuentes de muerte súbita asociadas con la práctica deportiva en España.

SITUACIÓN ACTUAL DEL PROBLEMA.

Existen datos que indican que el deporte incrementa sensiblemente el riesgo de sufrir una muerte súbita durante la realización de una actividad deportiva intensa. La distribución estacional y su mayor frecuencia en determinadas horas del día apoyan este hecho. En los deportistas de competición, entendiendo por tales aquéllos que participan en un deporte organizado, las muertes ocurren con mayor frecuencia durante el otoño y la primavera, estaciones en las que se celebran mayor número de competiciones, y en las primeras horas de la tarde, coincidiendo con las horas en las que se desarrollan mayoritariamente los espectáculos deportivos, mientras que en los deportistas de tipo recreacional las muertes ocurren en las primeras horas de la mañana y en las últimas de la tarde, coincidiendo con los momentos del día en que más se realizan estas actividades. Además, las personas que practican actividad deportiva intensa presentan una incidencia mayor de muerte súbita que las no deportistas, 1,6 muertes por 100.000 frente a 0,75 por 100.000.
La patología cardiovascular, al igual que en la población que no practica deporte, es la causa más frecuente de muerte súbita. Entre el 74 y el 94% de las muertes no traumáticas ocurridas durante la práctica deportiva se deben a causas cardiovasculares. En el artículo de Suárez-Mier y Aguilera, considerando los 61 casos de muerte súbita durante la actividad deportiva, las patologías predominantes fueron la enfermedad ateromatosa coronaria con 25 casos (40,9%) y la miocardiopatía arritmogénica con 10 casos (16,3%). A diferencia de otras series publicadas, la miocardiopatía hipertrófica, la hipertrofia ventricular izquierda idiopática, la fibrosis miocárdica, las anomalías de las arterias coronarias y la valvulopatía aórtica presentan una escasa prevalencia. Sin embargo, es llamativo el número de muertes de causa indeterminada, 10 casos, todos menores de 30 años, lo que supone el 16,3% del total y el 31,2% en este grupo de edad, en que la competición es más frecuente. Su explicación podría estar en los principales mecanismos involucrados en la muerte súbita que guardan relación con los cambios hemodinámicos y electrofisiológicos que se producen durante el ejercicio, y que además pueden ser distintos según el tipo de ejercicio realizado. Durante el ejercicio físico se produce un aumento de las catecolaminas circulantes, que se ve incrementado por el estrés que genera la competición y que exagera las respuestas de la tensión arterial, de la frecuencia cardíaca y la contractilidad miocárdica, con el consiguiente incremento del consumo de O2 miocárdico. Por otra parte, la estimulación simpática puede por sí sola favorecer la aparición de arritmias o agravar una situación de isquemia miocárdica subyacente.

Causas de muerte súbita en deportistas según la edad.

La edad condiciona la prevalencia de la muerte súbita durante la actividad deportiva, y en los menores de 35 años el riesgo es excepcionalmente pequeño y se estima una incidencia de 1/200.000/año, mientras que en los mayores de 35 años el riesgo de sufrir una muerte súbita se estima en 1/18.000/año. Las patologías responsables del fallecimiento guardan también relación con la edad; así, en los deportistas jóvenes las causas son generalmente congénitas y casi nunca de origen isquémico. En las series americanas las principales causas de fallecimiento en este grupo de edad son la miocardiopatía hipertrófica y las anomalías congénitas de las arterias coronarias. Sin embargo, las estadísticas del continente europeo ofrecen resultados sensiblemente diferentes, siendo la miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho y las miocarditis las patologías más frecuentes. Otras causas mucho más raras de muerte en el deportista joven son los síndromes arritmogénicos, las malformaciones vasculares cerebrales, el asma bronquial y el síndrome de commotio cordis. Este extraño fenómeno merece una mención especial porque se asocia con muerte súbita en los niños y en los deportistas muy jóvenes, por debajo de los 20 años. La muerte se produce por un impacto directo no penetrante en el tórax sobre la región cardíaca, con un objeto contundente que actúa a modo de proyectil, en personas susceptibles y en un momento concreto del ciclo cardíaco. En estos casos no existe una cardiopatía de base y no se encuentra una causa estructural que favorezca la muerte. Varios son los posibles mecanismos implicados en este síndrome: apnea, excesivo reflejo vaso-vagal, vasospasmo y arritmia ventricular primaria. Inicialmente se describieron 25 casos de parada cardíaca sin explicación, y en ninguno se apreció que el golpe fuera de magnitud suficiente como para causar la muerte. Recientemente, a partir de los datos del U.S. Commotio Cordis Registry, se han identificado 124 casos de los que sólo el 14% de las víctimas ha sobrevivido alcommotio cordis gracias a rápidas maniobras de resucitación cardiopulmonar.
En la serie de Suárez-Mier y Aguilera, en los menores de 30 años, aunque no se determinó la causa del fallecimiento en más del 30% de los casos, la patología predominante fue la miocardiopatía arritmogénica (21,8%) que, al igual que en las series italianas, presentó significación estadística con respecto al grupo de la misma edad que no practicaba deporte. Este hallazgo viene a corroborar que el deporte es un factor de riesgo en los pacientes con esta enfermedad. A diferencia de las series del norte de Europa, la miocarditis sólo estuvo presente en el grupo de no deportistas y las anomalías de las arterias coronarias (segunda causa de muerte en las series americanas y tercera en las italianas) presentaron una escasa prevalencia, sólo dos casos. Estas diferencias probablemente se deban a que, al tratarse de órganos procedentes de autopsias judiciales remitidos por los médicos forenses, estas patologías fueran previamente diagnosticadas y que, al ser un estudio anatomopatológico en el que se desconocen los antecedentes clínicos, patologías como el síndrome de QT largo y de Wolff-Parkinson-White, la fibrilación ventricular idiopática, el fenómeno por commotio cordis o la anafilaxia inducida por el ejercicio no puedan ser diagnosticadas incluyéndose en el grupo de origen indeterminado.
En el grupo de deportistas mayores de 35 años, la cardiopatía isquémica es la primera causa de fallecimiento donde en más del 90% de los casos se ha demostrado una coronariopatía. Aunque existe evidencia de que el ejercicio físico de resistencia ejerce un efecto protector para el desarrollo de arteriosclerosis coronaria y que la probabilidad de padecer cardiopatía isquémica es menor en los que practican deporte, el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular está aumentado durante o inmediatamente después del ejercicio.

ABORDAJE DEL PROBLEMA.

La prevención de la muerte súbita asociada con el deporte debe asentarse en tres pilares fundamentales: el reconocimiento cardiológico preparticipación deportiva (RCPD), la instauración de los mecanismos necesarios para una resucitación cardiopulmonar y desfibrilación sin demora y, por último, la elaboración de registros nacionales en los que todas las muertes quedaran reflejadas.
El reconocimiento cardiológico preparticipación deportiva
El principal objetivo del reconocimiento cardiológico precompetición debe ser detectar de forma precoz aquellas patologías cardíacas capaces de constituir un riesgo de muerte súbita. Sin embargo, el RCPD es motivo de controversia en cuanto a los métodos diagnósticos necesarios, su capacidad para identificar a sujetos con riesgo y su eficacia para modificar la historia natural de las enfermedades que con mayor frecuencia se asocian a muerte súbita durante la actividad deportiva. Sin embargo, son fundamentalmente motivos económicos los que priman a la hora de implantar este tipo de reconocimientos, y en algunos países, como EE.UU., además no son bien aceptados debido a que los consideran una intromisión en el derecho a la intimidad y libertad de la persona. No obstante, el RCPD reúne las condiciones necesarias para ser considerado de utilidad pública y debería ser promovido desde las instituciones encargadas de velar por la salud de los deportistas.
A la hora de diseñar un RCPD se debe responder a tres preguntas fundamentales: ¿qué debe buscar?; ¿qué pruebas debe incluir?, y por último ¿cuál es su eficacia? La primera cuestión tiene una respuesta relativamente fácil puesto que entre la gran variedad de cardiopatías descritas como responsables de muerte súbita en el joven deportista algunas ocurren con mayor frecuencia. Mientras que según las observaciones realizadas en autopsias en EE.UU. la miocardiopatía hipertrófica y las anomalías coronarias representan cerca de dos tercios de todas las causas de muerte súbita, en Italia y en España, según el trabajo de Suárez-Mier y Aguilera, la miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho constituye alrededor de un 25% de todas las causas. Entre las muchas otras patologías que ocasionalmente son responsables de muerte súbita cardíaca, las menos raras son la miocarditis, las anomalías valvulares (prolapso de la válvula mitral y estenosis aórtica), el síndrome de Marfan y los síndromes del QT largo y de Woff-Parkinson-White.
En los deportistas mayores no hay duda de que la patología que debe cribarse es la cardiopatía isquémica.
En cuanto a las pruebas que debe incluir y cuál es su eficacia, el reconocimiento ha sido objeto de diversa especulación. Muchos estudios restrictivos que se basan en criterios puramente económicos preconizan la realización exclusiva de la valoración de los antecedentes y una exploración clínica, mientras que en el otro extremo se encuentra el modelo de reconocimiento italiano, que incluye además un electrocardiograma (ECG) de reposo, una prueba de esfuerzo submáxima y un ecocardiograma.
El protocolo de cribado debe ser sencillo para que pueda ser aplicado, pero siempre conservando la capacidad para identificar (o al menos sospechar) la presencia de patología cardíaca de riesgo. La American Heart Association y la American Sports Medicine Association, en sus declaraciones científicas respecto al examen cardiovascular preparticipación de deportistas de competición, establecen la necesidad de realizar un estudio de cribado de la enfermedad cardiovascular en los participantes en deportes de competición, que incluya un cuidadoso estudio de la historia personal y familiar y una exploración física diseñada para identificar las lesiones cardiovasculares que pueden provocar muerte súbita o progresión de la enfermedad.
Una exploración física meticulosa puede alertar sobre la presencia de ciertas cardiopatías, pero desgraciadamente la mayoría de los deportistas jóvenes con patologías de riesgo son asintomáticos, tienen una exploración normal y presentan un excelente rendimiento deportivo. La inclusión del ECG de reposo aumenta la probabilidad de identificar a aquellos sujetos de riesgo, ya que es anormal en el 95% de los casos de miocardiopatía hipertrófica y está alterado en la miocardiopatía arritmogénica y los síndromes del QT largo y de Wolff-Parkinson-White.
Sin embargo, el ECG no tiene capacidad para detectar las anomalías de las arterias coronarias, por lo que se ha propuesto la inclusión de la ecocardiografía en los protocolos de cribado de enfermedades cardiovasculares para grandes grupos de población o al menos en deportistas que van a realizar actividad deportiva programada. Algunos autores defienden la realización de un procedimiento de ecocardiografía limitado a las proyecciones del eje longitudinal paraesternal en modo bidimensional considerándolo de muchas utilidades. Las conclusiones son diversas y se basan en criterios económicos y de prevalencia de enfermedad cardiovascular, y el modelo italiano, que sin duda es el que tiene la mayor experiencia en el uso extensivo de la ecocardiografía como método de cribado en deportistas de competición, no tiene conclusiones definidas en este asunto dado que en Italia no existe un registro nacional de los sujetos excluidos de la práctica deportiva por patologías de riesgo ni un registro nacional de muerte súbita.
El hecho de que la causa más frecuente de muerte súbita en relación con el ejercicio en los mayores de 35 años sea la cardiopatía isquémica y la elevada prevalencia de enfermedad cardiovascular en esta población indican que los reconocimientos previos a la práctica deportiva pueden ser efectivos en este grupo de edad. Sin embargo, la baja sensibilidad y especificidad de los ECG de reposo y de esfuerzo hacen que tampoco exista unanimidad de criterios en este grupo.
Los resultados de la experiencia italiana permiten extraer algunas consideraciones sobre la eficacia del cribado en la identificación de sujetos con riesgo. La miocardiopatía hipertrófica aparece en una proporción sorprendentemente baja entre los deportistas fallecidos súbitamente en Italia en comparación con las estadísticas de EE.UU., y tal discrepancia de resultados no se debe a la menor prevalencia de la enfermedad. En lo referente a la miocardiopatía arritmogénica del ventrículo derecho, el cribado parece, sin embargo, tener menos eficacia. La incidencia de esta patología es mayor entre los deportistas fallecidos súbitamente que entre los no deportistas, hallazgo que se ratifica en los resultados de Suárez-Mier y Aguilera. Sin embargo, la mayor parte de los deportistas fallecidos súbitamente presentan anomalías relevantes en la anamnesis, en el examen clínico o el ECG, pero el médico examinador no es capaz de acertar en el diagnóstico probablemente porque ni siquiera llega a sospechar o indagar la presencia de esta miocardiopatía. Parece razonable pensar que una mayor información sobre las características de esta patología, hasta el momento poco conocida, podría mejorar la eficacia del reconocimiento.
En lo que respecta a las anomalías congénitas de las arterias coronarias, la valoración del cribado resulta ciertamente desalentadora. La historia familiar es negativa y rara vez se encuentran síntomas, y sólo una minoría presenta anomalías en el ECG. El hallazgo en vida de tales anomalías es verdaderamente excepcional, por lo que parece razonable que el diagnóstico pueda escapar al médico examinador. Además, en estos sujetos el ECG de esfuerzo no suele evidenciar signos de isquemia, sino más bien arritmias ventriculares. Por otro lado, conviene recordar que el ecocardiograma permite visualizar el ostium y el curso proximal de las coronarias epicárdicas, por lo que pue de ser un método diagnóstico simple y resolutivo.
Teniendo en cuenta los resultados del estudio de Suárez-Mier y Aguilera, los reconocimientos médicos actuales realizados en España resultan insuficientes para detectar las patologías más frecuentes de muerte súbita asociadas con el deporte, ya que en 16 casos (26,2%) era conocido algún antecedente patológico, pero sólo en tres se identificó la enfermedad. Por tanto, teniendo en cuenta las recomendaciones de las Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología del año 2000, el RCPD debería ser específico para grupo de edad y nivel de práctica deportiva, debiendo incluir siempre un cuestionario de salud, una historia clínica con una anamnesis detallada, una exploración cardiovascular meticulosa y un ECG. En el deporte organizado y recreacional intenso debería incluir en los deportistas jóvenes un ecocardiograma, y en los mayores, una prueba de esfuerzo máxima.

Resucitación cardiopulmonar y registro de muerte súbita.

La identificación de los sujetos con riesgo permitirá apartarlos de la práctica deportiva con el fin de reducir tal riesgo y posiblemente prevenir una muerte súbita. No obstante, la muerte súbita es por desgracia un fenómeno constatado y en estrecha relación cronológica con la actividad deportiva (la mayoría de los eventos ocurren durante o inmediatamente después del entrenamiento o la competición). Por tanto, aunque el abordaje cultural y legislativo es muy diferente en cada país, las instituciones competentes deberían establecer la normativa necesaria para llevar a cabo una resucitación cardiopulmonar rápida y eficaz. Esto supondría la difusión entre la población deportiva de las maniobras de resucitación cardiopulmonar básica y la instalación de desfibriladores semiautomáticos en todos los lugares donde se concentran las actividades deportivas (polideportivos, gimnasios, campus universitarios, etc.).
Además, todas las muertes deberían quedar incluidas en el Registro Nacional de Muerte Accidental y Súbita en el Deporte (MASD), por lo que la autopsia debería realizarse a todos los deportistas que fallecen súbitamente, y los forenses tendrían que concienciarse de la necesidad de enviar la suficiente información clínica y anatomopatológica macro y microscópica, de tal manera que se evitaran sesgos y los datos tuvieran valor estadístico y epidemiológico.
En conclusión, aunque la actividad física es beneficiosa para la salud, supone un aumento del riesgo de muerte súbita. El estudio de Suárez-Mier y Aguilera, a pesar de no tener valor estadístico ni epidemiológico, aporta una información muy interesante sobre las causas más frecuentes de muerte súbita asociadas con la práctica deportiva en España. Sus resultados vienen a corroborar que la población española es similar a la italiana y distinta de la americana y la de los países nórdicos, y pone de manifiesto la necesidad de modificar los reconocimientos médicos realizados a los deportistas.

Araceli Boraita