Las bajadas de tensión en verano suelen estar asociadas a las altas temperaturas y a la falta de líquidos: ligeros mareos o náuseas son los síntomas más habituales. Cómo actuar en caso de una bajada de tensión y, más importante, cómo prevenirla.
La prevención: nuestra mejor arma
Las ensaladas y sopas frías son una muy buena opción para las comidas y cenas de verano, ya que nos mantendrán saciados y meteremos gasolina a nuestro cuerpo. Como tentempié podemos optar por la fruta, que nos proveerá de agua y fructosa.
Si estás en la playa o en la piscina, colócate en una sombra y asegúrate de reponer líquidos cada poco tiempo. Por supuesto, el ejercicio al aire libre en las horas de más calor debería quedar descartado.
¿Qué hacer ante una bajada de tensión?
Si alguien a nuestro alrededor tiene síntomas de una bajada de tensión (náuseas, vértigos, mareos…) lo primero que debemos hacer es tumbarle en el suelo y levantar sus piernas para facilitar de este modo el riego sanguíneo hacia el cerebro.
Si la persona se encuentra consciente, dadle a beber un poco de refresco de cola, que contiene cafeína y azúcar, para subir la glucosa en sangre y favorecer el bombeo cardíaco.
Si los síntomas de una bajada de tensión aparecen con frecuencia, lo mejor es consultar con un profesional médico por si detrás se escondiera un trastorno más importante. Como siempre, la prevención y el consejo de un profesional van por delante.