En este
verano que acaba de comenzar no le faltarán advertencias para que se proteja
del sol. Como todo en la vida, está bien que no cometa abusos ni tenga
comportamientos irresponsables, pero ¡cuidado!: no caiga en lo contrario.
La vitamina
D se produce en la piel bajo el efecto de los rayos ultravioleta B del sol
(UVB). La fobia contra el sol que existe en la actualidad (alentada hasta el
exceso por las autoridades encargadas de la salud pública) lleva a las personas
a sobreprotegerse del sol (y no digamos ya lo que hacen con sus hijos, a
quienes apenas les llega ni un rayo, embadurnados de crema como están siempre y
parapetados en ropa y gorros), lo que tiene el efecto de agravar el déficit de
vitamina D. Y debe saber que la falta de vitamina D constituye hoy día una
auténtica pandemia, que afecta a más de la mitad de la población.
Esto no
ocurre sólo en los países fríos y oscuros. En España, pese a tener un clima en
principio propicio para que se pueda producir una adecuada síntesis de vitamina
D por exposición solar, el déficit de vitamina D entra dentro de lo alarmante.
Esto ocurre
en toda la población en general, pero hay grupos en los que el déficit de
vitamina D es más acusado.
Las personas
mayores de 70 años, en concreto, sintetizan cuatro veces menos vitamina D que
los jóvenes, exponiéndose a una cantidad de sol similar, y eso es debido al
envejecimiento de la piel. Una persona mayor que sale poco tendrá carencia
prácticamente de manera sistemática. Lo mismo ocurre con los niños, que suelen
tener a menudo déficit de vitamina D al exponerse muy poco al sol.
Es un
problema muy serio.
El déficit
de vitamina D está relacionado, en efecto, con una gran variedad de problemas
de salud, aumentando el riesgo de:
Todos estos
riesgos se pueden disminuir fácilmente, pues bastaría con informar a la
población de que debe tomar el sol (con precaución) y también tomar un poco de
vitamina D, en forma de suplementos alimenticios, en los meses sin sol pues de
manera natural no se encuentra en suficiente cantidad en los alimentos, salvo
en el pescado azul. Me parece un escándalo de salud pública que las autoridades
se queden calladas respecto a este tema. Informando mejor a la población
podrían ahorrar millones y millones de euros cada año a los sistemas de salud,
gracias a todas las enfermedades que se estarían evitando.
Una campaña
informativa de este tipo permitiría librar a cientos de miles de personas de
tratamientos pesados, costosos y dolorosos, cuando no mutilantes o invalidantes,
por culpa de enfermedades que habrían podido prevenirse fácilmente de haber
tenido las cantidades adecuadas de vitamina D.
Por este
motivo nosotros queremos iniciar, a nuestro nivel, una campaña informativa
sobre la vitamina D. Por eso hago un llamamiento a todos los lectores de saludnutricionbienestar.com y de Tener S@lud para que no sólo
se pongan manos a la obra ellos mismos, sino también para que informen a su
entorno compartiendo este mensaje. Incluso le propongo que obsequien a sus
conocidos con vitamina D, un regalo original, nada caro y que va a hacer
muchísimo por su salud.
También le
animo a aprovechar el verano para que, con responsabilidad, consienta que el
sol hago su trabajo en su piel, permitiendo que su cuerpo produzca la vitamina
D que necesita.
Evidentemente
se produce una importante variación en el nivel de vitamina D entre los meses
de poco sol (es decir, aproximadamente de octubre a marzo) y los de mucho sol.
Pero en estos segundos no llega a normalizarse el nivel de vitamina D después
de los primeros, y menos aún si no deja que el sol roce su piel en los de
verano.
La vitamina D recetada por los médicos.
Hoy en día,
muchos médicos son conscientes del problema y deciden recetar ampollas de
vitamina D a sus pacientes.
No obstante,
por lo general, son ampollas de dosis masivas de 100.000 ó 200.000 unidades internacionales
(UI) que se deben tomar en una o dos veces.
No está
demostrado que esta forma de administrarse sea la mejor. Estas ampollas han
sido concebidas más bien como dosis terapéuticas, es decir, que deben tomarse
en caso de emergencia, para que cesen síntomas evidentes de carencia.
En tan solo
unos minutos, consiguen el mismo efecto que estar un mes tomando el sol
directamente en la cara.
No es que no
sea fisiológico (dado que producimos un poco de vitamina-D3 cada vez que nos
exponemos al sol de forma regular), sino que además el organismo apenas utiliza
ni almacena esta llegada masiva de vitamina D.
Medios naturales para tener el nivel adecuado de
vitamina D.
En teoría,
como ya ha visto, nuestro cuerpo produce de manera natural vitamina D bajo el
efecto de los rayos UVB del sol. Pero para tener suficiente vitamina D,
necesitaría tomar el sol todos los días, torso incluido, durante al menos 30
minutos y a mediodía.
Este es un
objetivo difícil de cumplir para quienes viven en zonas frías o lluviosas. Pero
incluso viviendo en zonas soleadas, no es tan fácil a menos que uno trabaje al
aire libre. Y aún así, de octubre a marzo es difícil que le dé el sol.
Tomar
suplementos de vitamina D está indicado casi siempre.
Pero tenga
en cuenta que aunque a usted vaya a darle el sol este verano, las “reservas” de
vitamina D que vaya a producir durante estos meses de luz y calor no le van a
durar todo un año hasta el próximo verano. Piense que el cuerpo consume unas
5.000 UI (unidades internacionales) al día, es decir, casi cincuenta veces más
que lo que le aporta la alimentación.
Por
desgracia, no se puede contar ni siquiera con los alimentos enriquecidos con
vitamina D, incluida la leche. Se trata de una simple estrategia de marketing
para que compremos más, pero que no nos ofrece ningún beneficio real. Los
alimentos enriquecidos con vitamina D sólo aportan una pequeña parte de las
dosis recomendadas. Y no tienen ningún efecto sobre las enfermedades
susceptibles de mejorar gracias al consumo de vitamina D.
¿Qué cantidad debe tomar?
Usted debe
buscar un nivel de vitamina D en plasma superior a 30 ng/ml, situándose el
nivel óptimo entre 30 y 60 ng/ml. (8)
Pero como no
puede estar continuamente haciéndose análisis de sangre, no queda otra que
controlar la cantidad de vitamina D que absorbe.
Las
necesidades de vitamina D del organismo varían según la edad.
A los
adultos sanos se les aconseja tomar una dosis diaria de 1.000 a 1.500 UI
mediante un suplemento de vitamina D al día, lo que no supone ningún problema
si se compra un suplemento que esté correctamente dosificado.
Para los
niños en edad de crecimiento, incluidos los adolescentes, se estiman unas
necesidades diarias de entre 750 y 1.200 UI.
A partir de
los 60 años, tomar suplementos se vuelve indispensable para todo el mundo
(hombres y mujeres) y más aún después de los 70, pues a partir de esa edad la
piel absorbe cuatro veces menos rayos UVB que los demás y apenas sintetiza ya
vitamina D.
Y en el caso
de mujeres embarazadas o que estén dando el pecho, la ingesta de vitamina D
recomendada es de 2.000 UI.
Se debe
tener en cuenta, además, que con estas dosis no se corre ningún riesgo de
intoxicación. Según el profesor Holick, especialista mundial en vitamina D,
“probablemente habría que tomar entre 30.000 y 50.000 UI al día durante un
período de tiempo muy largo para correr el riesgo de intoxicarse”.
¿Cómo prefiere tomarla?
Existen
varias presentaciones de vitamina D en el mercado. Pero sólo una se corresponde
con la vitamina D fabricada de manera natural por la piel: se trata de la
vitamina D3 o colecalciferol.
La vitamina
D3 parece poseer una actividad biológica superior, puesto que cuando se
administra a alguien una dosis de 50.000 UI, al cabo de tres días el nivel en
la sangre permanece más alto que con otras formas de vitamina D, como la D2.
Tenga en
cuenta que la vitamina D3 es, de forma experimental, incluso un poderoso
inhibidor de tumores. Puede “ordenar” a las células cancerosas que se comporten
de nuevo como células sanas. Favorece su “suicidio” y frena su proliferación.
(8)
Para facilitar su absorción, se debe consumir la vitamina D3 acompañada de
grasas, es decir, durante las comidas.
La vitamina
D no es cara y puede adquirirse en la farmacia. Algunos laboratorios de
suplementos alimenticios naturales venden la vitamina D3 en forma líquida y
biológica. En mi opinión, es la más práctica por todas estas razones:
- Se vende en un pequeño frasco
concebido especialmente para ser transportado sin riesgo de que se rompa y
se puede guardar en el cajón de la oficina, en el bolso o hasta en el
bolsillo.
- Un solo frasco dura seis meses,
es decir, toda la temporada de vitamina D para una persona. Es decir, que
deberá empezar a tomarlo más o menos en octubre, cuando hayan pasado los
meses de más sol, y ese frasco le durará hasta el próximo verano en que su
piel vuelva a producir directamente la vitamina D que necesita por efecto
de los rayos de sol.
- Basta con tomar entre una y
tres gotas, directamente en la lengua, durante las comidas (no sabe a
nada, quizá ligeramente a naranja).
- El frasco trae una pipeta que
permite dosificar las gotas con facilidad, sin riesgo de pasarse.
- No se trata de ninguna ampolla
que haya que partir, ni comprimido que tragar ni es una cápsula indigesta.
- No se absorbe ningún aditivo
sospechoso o químico al mismo tiempo que la vitamina D.
Nota: Recuerde que, si se “alimenta” de
sol estos meses de verano y toma vitamina D cuando comience de nuevo el mal
tiempo, reducirá el riesgo de coger gripe el próximo año. En el hemisferio
norte, la gripe ataca principalmente de octubre a marzo, mientras que en el
hemisferio sur se manifiesta de abril a septiembre. Los picos de las epidemias
de gripe coinciden exactamente con los niveles más bajos de vitamina D en la
población durante estos períodos.
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