Como hemos hablado en otras ocasiones, el calzado deportivo es un elemento fundamental para la correcta práctica deportiva, en el caso del running más aún. Cada persona se adapta mejor a un tipo de calzado, con sus características, con lo que generalizar o especificar un tipo de zapatillas concretas para un grupo amplio de personas resulta muy complicado.
Actualmente las marcas están lanzando al mercado modelos de zapatillas con drop mínimos (es decir, la diferencia en milímetros desde el talón a los dedos del pie es de 0 mm o 4 mm) que cambian sustancialmente la forma de correr. Tradicionalmente las zapatillas de correr han contado con drops de 11-13 mm. Este hecho conlleva riesgos que es necesario conocer.
Zapatillas Zero drop
Este tipo de calzado zero drop resulta en la mayoría de los casos poco apropiado para un corredor no experimentado. Se obliga a modificar la técnica de carrera para poder adaptarnos a la falta de amortiguación, con lo que los apoyos y los impulsos se realizan prácticamente por completo concentrados en la parte del metatarso y los dedos. De esta forma se modifica la posición del tronco, variando la situación de nuestro centro de gravedad.
Dentro de la técnica de carrera habitual, la fase de amortiguación recae en el talón, de ahí que en la mayoría del calzado deportivo se concentren los diferentes sistemas de los que disponen para disminuir el impacto sobre esa zona.
¿Desde el punto de vista clínico ¿A quién le pueden ir bien este tipo de zapatillas minimalistas?
En determinadas lesiones puede ser beneficioso este tipo calzado, aunque esto vendría en si determinado por la modificación de la técnica de carrera, más que por el calzado en sí. Como toda modificación requiere un reentrenamiento progresivo para adaptarnos a las modificaciones correspondientes.
Se trata, a mi parecer, de algo que con el tiempo y a la larga puede resultar perjudicial, ya que aumenta la carga de trabajo sobre una zona de apoyo, con lo que puede desembocar en problemas como fracturas por estrés, así como tendinosis en la zona del empeine.
Lo que trato de explicar es que puede ser una solución en determinadas lesiones, con un período de entrenamiento y readaptación, pero que en sí, no es el calzado más adecuado para cualquier corredor que quiera probar cuáles son sus sensaciones con este tipo de zapatillas. En todo caso podría ser una herramienta pasajera para superar la lesión y que posteriormente habría que valorar si la causa de la misma era con provocado por la citada técnica de carrera, para realizar las variaciones correspondientes
Lo que está claro es que cada uno tiene su opinión, pero considero necesario el justificar los cambios que realizamos en nuestro día a día del entrenamiento, ya que toda variación conlleva una consecuencia, y habrá que valorar las posibles repercusiones de la misma para decidir si se trata de algo necesario y adecuado para cada persona.
Natxo Corral
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