La mayoría de la gente no se da cuenta cómo sus
malos hábitos de sueño dañan su salud, reducen su productividad, y hacen
que disfruten menos de la vida. Sea cual sea nuestra época en la vida,
el sueño ocupa más o menos un tercio de ella, así que es razonable
pensar en hacer todo lo posible para optimizar este área.
El
primer paso para mejorar la calidad de nuestro sueño es conocer
nuestros hábitos. Tal y como el primer paso para hacer un presupuesto es
tomar cuenta de lo que estamos gastando, para gestionar nuestro sueño
debemos comenzar examinando cuales son nuestros hábitos en este aspecto
durante una semana.
Llevar un registro del sueño diario: registra la hora en que te vas a
la cama, cuanto tiempo te llevó el quedarte dormido (aproximadamente) y
a que hora te levantaste.
También es necesario que anotemos las veces que nos despertemos en
medio de la noche, y por cuanto tiempo (siempre y cuando sea un tiempo
superior a 15 minutos). Anotaremos también todas las siestas que hagamos
en el día.
Tomemos nota también de la sensación de sueño:
*Una hora o dos después de despertarnos.
*Durante el mediodía y a media tarde
*Durante la caida de la tarde y comienzo de la noche
También es interesante tomar notas de nuestra sensación de sueño en
momentos aleatorios del día. Puede usarse una escala de 10 puntos, donde
1 indica que estamos alerta y totalmente despiertos y 10 indica una
lucha con nosotros mismos para no dormirnos.
Después de que evaluemos nuestros patrones de sueño durante una
semana o así, podremos establecer un patrón sobre nuestros momentos más
altos y más bajos de sensación de sueño durante el día. Si tenemos una
carencia seria de sueño, nos quedaremos dormidos en menos de 5 minutos,
mientras que si estamos plenamente descansados puede llevarnos 20
minutos o más. Hay que tener en cuenta que al irnos a la cama a dormir
por la noche, es bueno tener una “deuda de sueño” de forma que no
tardemos demasiado en dormirnos.
Debemos intentar averiguar cuanto sueño necesitamos al día.
Probablemente ya tengamos una idea general de cuántas horas de sueño
necesitamos, así que es bueno intentar dormir esas horas durante unos
pocos días, yéndonos a la cama antes (la televisión, el ordenador, los
chats…son enemigos de esto). Hagamos ese esfuerzo por acostarnos antes y
veamos que efecto tiene.
Controlando cuanto sueño tenemos a lo largo del día podremos ver si
aún tenemos sueño a las horas inadecuadas, si es así y nos encontramos
más somnolientos cada día que pasa, quizás necesitemos dormir aún más de
lo que pensabamos. Podemos darnos más sueño extra durante unos días de
forma que paguemos nuestra “deuda de sueño” y alcancemos un nivel de
alerta con el que estemos contentos.
Si tu nivel de somnolencia se mantiene a lo largo de los días (es
decir no aumenta). Es que estamos descansando más o menos lo suficiente,
aunque quizás tengamos una deuda de sueño que podamos contrarrestar
durmiendo extra algunos días.
Una vez que sabemos cuanto sueño necesitamos, es necesario planificar nuestro horario para conseguir dormir esas horas.
Si eres una persona que trabajas en la mañana, aseguraté de ir a la
cama pronto para que te levantes descansado. Es posible que tengas que
recortar algunas funciones sociales o dejar de ver la televisión hasta
tan tarde. Sin embargo tu bienestar te compensará por esos pequeños
sacrificios.
Consejos para un Sueño óptimo
Evita bebidas con cafeína en las tardes. Al organismo le lleva de 5 a
7 horas el eliminar la mitad de la cafeína de tu torrente sanguíneo.
No comer mucho a altas horas de la noche. La última comida del día
debería ser pequeña y contener proteínas “lentas” (por ejemplo carnes),
de forma que haya un suministro constante de aminoácidos en la sangre
durante la noche.
Intentar no hacer excepciones con nuestro “programa de sueño” hemos
de dormir consistentemente, a las mismas horas y durante el mismo
tiempo.
Evitar estímulos estresantes o perturbadores, como pueden ser
noticias de catástrofes a altas horas de la noche, o acostarse pensando
en los problemas que hemos de resolver. Es mejor intentar no chequear el
correo, pagar facturas o pensar en el trabajo durante una hora o dos
antes del sueño.
Desarrollar y seguir un “ritual de sueño”. Por ejemplo, tomar un baño
o ducha cada noche antes de dormir. Ayudará a relajarse y a que el
sueño nos alcance más rápido.
Controlar la temperatura, de forma que sea agradable para nuestro sueño.
Invertir en buena tecnología para el sueño. Consigue una cama, mantas y almohadas que te hagan sentir perfectamente cómodo.
Si
cuesta conciliar el sueño, hacer cálculos. Por ejemplo puede servir el
antiguo truco de contar ovejas, puede empezarse con un número, por
ejemplo 1.000 y restar siete (u otro número) cada vez.
Dormir como un cavernícola: Fuimos diseñados para vivir en cavernas.
El domirtorio debería estar totalmente oscuro, también es buena
práctica desenchufar cualquier aparato que haya alrededor: televisores,
radios , relojes de alarma , teléfonos móviles…todos emiten radiaciones.
Si eliminamos estos elementos reduciremos estress y dormiremos mejor.
Convertir el dormitorio en una cueva de murciélagos aumentará por si
mismo la cantidad de melatonina y GH que producimos durante el sueño,
beneficiando el crecimiento.
Extraido y traducido del libro de Charles Staley “the Unnatural Athlete” y de unos consejos por Charles Poliquin
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