Un artículo escrito por profesionales del servicio de Urgencias de pediatría del hospital bilbaíno de Cruces, señala que la edad de los pacientes que acuden a Urgencias por intoxicación etílica, ha disminuido. El patrón más habitual corresponde a jóvenes de 13 a 14 años que consumen etanol con fin recreativo.
El estudio fue publicado el año pasado en ‘Emergencias’, y llama la atención comprobar el aumento de este tipo de consultas en ¡niños de tan sólo 13 años! Una propuesta de la que todos hemos oído hablar esta semana, sugiere que los padres puedan ser multados en el caso de que sus hijos menores acudan reiteradamente a urgencias a causa de un uso abusivo del alcohol.
La idea ha surgido del Plan Nacional sobre Drogas, y ha suscitado bastante controversia. Esto es bueno, quiero decir que se hable sobre el tema, y que todos sepamos que los niños tienen acceso al alcohol desde edades tempranas. No olvidemos que es una droga, la más consumida en España, y que los menores resultan mucho más vulnerables a sus efectos.
Pero, ¿qué parte de responsabilidad tienen los padres?
A ver si me aclaro: vivimos en un país con una permisividad social altísima respecto del consumo de alcohol, los niños están rodeados de publicidad que incita a tomar bebidas alcohólicas (eso sí: disfrazadas como si fueran un medio de conseguir placer, éxito y felicidad), y los modelos adultos (no digo ya de padres y familiares, aunque a veces también), adoptan pautas de consumo desmesuradas que asocian con la diversión o la evasión de los problemas.Y después de todo eso, la única culpa del niño que llega a Urgencias con un coma etílico corresponde a los padres porque han hecho dejación de funciones. Ellos son los únicos a quienes todos debemos mirar, y a quien las autoridades sancionarían…
Yo personalmente no lo acabo de ver, obviamente los padres tenemos que educar a nuestros hijos, y eso implica ofrecer modelos de consumo saludable, y también una intención preventiva, de cara a la evitación del contacto con las drogas a edades tempranas, o a la minimización de riesgos. Pero ¿la entrada de un menor en condiciones lamentables al Hospital, exime de responsabilidad a los fabricantes de bebidas alcohólicas, y al vendedor de la tienda de comestibles?
Mirad, hice mis prácticas de los estudios universitarios en un grupo de Alcohólicos Rehabilitados, y he trabajado muchos años en labores de atención y prevención de drogodependencias. Sé lo que es desarrollar acciones informativas con grupos de adolescentes y de padres, y tengo una visión bastante global de este complejo problema, por eso os puedo asegurar que las soluciones, también deberían ser más globales.
Para el presidente del Instituto de Política familiar, la multa se convertiría únicamente en una medida para recaudar más, sin que con ello se resolviera el problema
Entonces ¿Quiénes son los responsables?
Nuestros hijos están viviendo en una sociedad en la que se incita a consumir (de todo, la cuestión es hacerlo), y en la que reciben al día decenas de estímulos orientados a conseguir placer de forma inmediata. Las drogas cumplen esta función, son peligrosas (mucho) eso sí, pero quien las fabrica (sea legal o ilegalmente) responde a una necesidad creada de forma artificial.A veces me pregunto qué sentido tienen las Campañas de Prevención, si podrán contrarrestar los nuevos formatos, colores, etc. de las bebidas alcohólicas, y los supuestos ‘beneficios’ que se les atribuyen, sin contar con la publicidad que las acerca a los más jóvenes. ¡Es una hipocresía social tremenda!
Las familias sí tenemos que educar, esto está claro… no esperemos a que el niño tenga 12 para hablar sobre el tema, entonces ya se habrán anticipado sus colegas. Las drogas y las habilidades para rechazarlas no deben ser un tema tabú en casa, no cuando al acceder a informaciones en Internet les puede llegar un anuncio de una bebida alcohólica, o cuando esperando en la parada del bus, encontramos a jóvenes guapísimos y exitosos que toman X marca de …
Los jóvenes, ¿tienen responsabilidad?, pues claro, porque un niño de 12 años no es capaz de anticipar lo que le ocurrirá tras ingerir alcohol de forma descontrolada, pero poco a poco se les debe exigir sentido de la responsabilidad consigo mismos y con los demás. Este es otro de los puntos en los que no acabo de ver claro el papel de la sanción a los padres, si paga papá o mamá, el menor no recibe una consecuencia directa en relación a sus acciones (excepto claro, que ese dinero se le descuente de la asignación semanal, o no le compren la bici nueva).
¿Las soluciones?
Algunas me parecen muy lejanas, pero no por ello inalcanzables… Empecemos por la familia y hagamos que los padres se crean que tienen mucho que decir, sigamos con una regulación más estricta de la publicidad.Dejemos de ser una sociedad tan permisiva con esta droga legal, y ¡que no se nos escape la sonrisa cuando un niño de 13 años se toma una copa en la barra de la plaza del pueblo durante las fiestas locales!
Eduquemos a nuestros menores en la responsabilidad, y en la asunción de las consecuencias de sus actos. La familia puede hacerlo, y las administraciones también, por ejemplo nunca entenderé porque las entidades locales no exigen a los organizadores de ‘macro botellones’ que dejen el lugar limpio después de utilizarlo.
Ejerzamos de modelo a los más pequeños, los que somos padres y los que no, los que tenemos hijos pequeños y los que los tienen ya grandes y no se preocupan tanto por estas cosas. Cuando nos topamos con una persona ebria, podemos pensar que ha tenido un mal día, pero no traslademos a los niños que es algo divertido, sino más bien las consecuencias inmediatas y a corto plazo que esta conducta tiene.
Quizás se deberían realizar más inversiones en programas educativos de prevención que se desarrollen a través de las escuelas…Dice el delegado del Plan Nacional para Drogas que ‘tolerar o favorecer por inacción el consumo excesivo y reiterado de alcohol es una forma de maltrato hacia el menor porque afecta a sus capacidades futuras’. Se refiere a los padres y algo de razón tiene, sin embargo debe pensar el señor Babín, que en la adolescencia, los padres no son la única referencia de los niños, y que están expuestos a otras muchas informaciones y estímulos.
Como reza una campaña del PNsD, ‘Hablar con ellos hoy, evitará un mal trago mañana’, es muy importante la comunicación familiar, y yo creo que es decisiva y puede marcar la diferencia. Las sanciones económicas podrían tener algún que otro efecto inesperado, como que el menor evite acudir al Hospital en estado de embriaguez para que sus padres no se enteren.
No sería lo mismo que toda la familia estudiara una forma de reparar el daño que se hace al entorno (si se da el caso), en forma de trabajos a la comunidad, y con una orientación respetuosa para todos y educativa. Es sólo un ejemplo, porque la solución no está solo en mis manos, pero sí en las de todos.