Seguramente habéis escuchado en alguna ocasión a padres o abuelos decir que su niño come sano y tiene sobrepeso, por lo tanto, más allá de los hábitos, ¿cuál puede ser la causa? La verdad, si bien puede haber alguna alteración o patología que genere el sobrepeso, no descartaría tan rápido los hábitos como causante del mismo.
Muchas veces, el error está en creer que el niño come sano, cuando desconocemos en realidad la composición de los alimentos que ingieren, pues por ejemplo, bebe de forma habitual zumo de frutas en todas las comidas, que sabemos pueden esconder mucho azúcar además de ofrecer algunos nutrientes buenos para el organismo.
Lo mismo sucede con los cereales, que creemos es mejor alternativa que el pan cuando en realidad, los cereales infantiles tienen mucho azúcar y sodio por lo tanto, también concentran calorías.
Y ni hablar de la comida rápida o los chuches que muchas veces encantan a los peques de la familia.
Aunque lo principal es controlar la cantidad de alimentos que consumen, aun si se trata de alimentos que consideramos sanos.
También es frecuente creer que el niño se mueve suficiente pero la realidad muestra que los peques son cada vez más sedentarios y sabemos que pasar largo tiempo frente a la televisión no contribuye en nada a luchar contra el sobrepeso.
Por último, también debemos pensar en los momentos de consumo de alimentos del niño, pues con frecuencia los más pequeños no quieren comer al sentarse a la mesa y así, los adultos consideramos que comen poco, pero es importante detectar la ingesta fuera de las comidas principales, ya que así como en los mayores, en los niños el picoteo puede sumar una cantidad considerable de calorías.
Sólo si habiendo cuidado la alimentación y el ejercicio físico el niño no modifica su peso o continúa aumentando el mismo, debemos descartar los hábitos como causa del sobrepeso, pues la realidad muestra que sólo una pequeña proporción de los casos de obesidad infantil se debe a trastornos hereditarios o alteraciones hormonales de otra índole.
Por eso, no nos apuremos a expresar que la dieta o el movimiento no son un problema en los peques sino analicemos bien los alimentos que ingiere, las bebidas, si picotea y las cantidades que consume, así como cuánto se mueve o cuánto tiempo pasa frente a la tele, para después si descartar los hábitos como causa de exceso de peso.