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lunes, 2 de marzo de 2015

EL PODER DEL RUNNING

 
 
Correr por las calles ya no es una moda; es un estilo de vida
 

Desde hace un tiempo que el running pasó de ser algo casual a un deporte practicado por cada vez más personas quienes se vuelcan a las calles durante todo el año para correr de manera profesional o amateur por las calles de la ciudad.
 
Carla González C.

Durante los últimos años, el running en Chile se ha tomado las calles de la ciudad masificándose a tal punto que un número importante de personas - hombres y mujeres – copan periódicamente las listas de inscripción para las distintas maratones y corridas que se organizan los fines de semana.
Debido a esta “fiebre” por el running hay que tomar en cuenta que no se trata sólo de lanzarse a correr y por eso es necesario saber qué beneficios trae este deporte y además qué precauciones se deben tomar, esto porque si bien trotar no implica mayor dificultad, sí es necesario saber por ejemplo, qué calzado e indumentaria utilizar, por dónde correr, cuándo no hacerlo, etcétera.
Con respecto a este tema, el profesor de educación física y triatleta profesional Jorge Acosta de los Ríos, dice que lo principal que debe tener una persona que quiera convertirse en un runner (corredor) es “tener las ganas e ir de a poco, no ser impaciente ni arrancar a la primera con una maratón”.
Para el triatleta, una de las cosas principales del running – sobre todo para los principiantes – es asesorarse por gente especializada. “Este boom del running ha dado la posibilidad de la creación de muchos clubes y por lo tanto hay muchas alternativas donde asesorarse”, indica.
Lo anterior, dice, puede traer consecuencias. “Hay mucha gente que se entusiasma con esto y corre de inmediato una maratón de 42 kilómetros sin tener una preparación adecuada y eso, en la mayoría de los casos termina al poco tiempo traducido en lesiones”, afirma.
De esta manera, asegura que “lo principal para aquellas personas que están empezando es partir con cuidado, despacio y siendo moderado”. De esta manera, el entrenador sugiere iniciar con partidas de caminatas para luego pasar al trote y luego directamente a las corridas.

El runner, un ser comprometido

Si usted está pensando en levantarse una mañana, ponerse un par de zapatillas y partir a trotar, está muy equivocado, pues esta actividad no es tan obvia como se piensa.
Así lo menciona Jorge Acosta, quien comenta además que ser un runner también significa ir acorde a cierto estilo de vida porque “en la medida en que uno se va comprometiendo, va adecuando sus hábitos al deporte”. De esta manera, dice que “cuando uno se entusiasma, es más constante con los entrenamientos, se pone metas importantes” y por lo tanto, esto casi por inercia lleva a los practicantes a mejorar su condición física, dejar el sedentarismo y mejorar sus hábitos alimenticios.

Por otro lado, el instructor menciona que si una persona definió que su participación como runner será reforzada por la competición en maratones, debe tomar en cuenta que los entrenamientos – periodicidad e intensidad – deben ir acorde a la exigencia que implica el correr distancias considerables.
 
Es así como dice que “cambiar de vida” traerá como consecuencia un bienestar a nivel estético y también orgánico, pues correr trae muchos beneficios, los que se traducen en una mejor salud y aspecto físico.
En relación a esto, afirma que el running incide en la baja de peso corporal y por ende, a la quema de grasa. La notoriedad en este aspecto, explica, dependerá de cada persona y cosas como la contextura y el tipo de entrenamiento al que se someta.
Ser un corredor o runner implicará a la larga cambios físicos y también orgánicos, entre ellos el fortalecimiento de las piernas y el aumento y mejora de la frecuencia cardiaca y la capacidad pulmonar. Las diferencias en estos efectos pueden verse en la manera de trotar y en la superficie en que se practique (sitios planos, subidas o bajadas de cerros, entre otros).
Por otro lado, Jorge Acosta indica que la fisonomía del cuerpo también sufre cambios y cada runner comenzará a notar algunos que tienen que ver por ejemplo con la definición de las fibras musculares, logrando con esto que la silueta “se adelgace” y marque musculatura, efecto contrario en aquellas actividades donde se tiene como objetivo aumentar masa muscular.
A nivel orgánico menciona que existen muchos cambios, como el aceleramiento del metabolismo, donde comenta hay casos en que la persona comienza a comer más, pero de igual forma disminuye de peso. “La idea es comer siempre de manera equilibrada y de según lo que recomiende el nutricionista”, sentencia.

La zapatilla: la mejor compañera
Para los entendidos en esta actividad, una de las cosas más importantes que debe considerar un runner es la indumentaria, especialmente las zapatillas, calzado fundamental para estos deportistas y que en comparación con otros deportes, no implica un gran gasto monetario.
Con respecto al calzado, Jorge Acosta afirma que la elección de las zapatillas debe considerar la capacidad de amortiguación de éstas, ser livianas y ajustarse en forma correcta al pie del corredor desde su superficie hasta el nivel del talón, el que puede incurrir en movimientos inadecuados durante el trote.
Escoger una buena zapatilla resulta un punto muy importante, ya que si el calzado no es el adecuado, las secuelas tendrán directa relación con las lesiones, especialmente con las de tobillo, talón de Aquiles, tendinitis, problemas a nivel de articulaciones, entre otros.
 
Además, la elección de la vestimenta también requiere de cierta preocupación, pues si bien no es lo más relevante, sí la popularización del running ha permitido que hoy las personas tengan a su disposición una mayor cantidad de alternativas de poleras, pantalones y shorts.
En cuanto a las camisetas, el triatleta dice que “actualmente el mercado ha ido evolucionando bastante en cuanto a la indumentaria, existiendo ahora muchas poleras llamadas técnicas que gracias a su tipo de confección permiten amoldarse al cuerpo permitiendo con esto una buena ventilación”.
Otro tema relevante es el calentamiento, el que además de preparar al cuerpo para el trote, también permite dejar espacio para otros ejercicios como los abdominales, dorsales y brazos, grupos musculares que no se potencian corriendo, pero que sí es necesario tener en forma para un mejor desempeño durante la actividad.

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