1. No se puede perder en menos de un mes lo que has ganado en casi un año. Sí, a fuerza de voluntad no hay quien te gane, y visualizarte en la playa este verano hace que cierres la boca y te sacrifiques frente a tus platos favoritos, las cervezas con tapas y el pan, pero lo que pretendes no
es seguir una dieta en la que perderás un kilo por semana como mucho… No, quieres coger el atajo y quitarte los 5 kilos del invierno en un par de semanas de dieta estricta. Puede que lo logres, pero ¿has pensado cómo lo vas a mantener si quieres comer sano?
es seguir una dieta en la que perderás un kilo por semana como mucho… No, quieres coger el atajo y quitarte los 5 kilos del invierno en un par de semanas de dieta estricta. Puede que lo logres, pero ¿has pensado cómo lo vas a mantener si quieres comer sano?
2. Pasar hambre no te ayuda a perder peso de forma definitiva. Cualquier dieta supone educar al estómago a comer a su hora las cantidades adecuadas. Para muchas personas esto supone pasar un cierto grado de "hambre", digamos que del 1 al 10, un hambre de 7 es aceptable. Las dietas del verano exigen pasar hambre de 10 para arriba. Puede que te dé igual, pero a tu organismo no le gustan los extremos, los ‘genes ahorradores’ se pondrán en marcha pensando que llegó la hambruna y empezarán a enviar señales para guardar grasa extra. Lo más habitual
es que te estanques rápidamente y no pierdas peso, pierdas músculo e incluso que ganes grasa.
es que te estanques rápidamente y no pierdas peso, pierdas músculo e incluso que ganes grasa.
3. Con dieta y sin ejercicio no hay forma de ganar masa muscular. Sin una base de musculatura, no hay cuerpo saludable y delgado. En la playa no buscamos el tipo ‘delgado’ al que le quedan bien los trajes de invierno, más bien buscamos el "buen tipo": un cuerpo deportista, tonificado
y modelado, con curvas en mujeres y músculos atractivos en hombres. Si haces ejercicio y comes sano, podrás conseguir tu "mejor yo", aunque te sobren unos kilos, siempre resulta más agradable una persona fuerte y algo ancha que una persona delgada y fofa.
y modelado, con curvas en mujeres y músculos atractivos en hombres. Si haces ejercicio y comes sano, podrás conseguir tu "mejor yo", aunque te sobren unos kilos, siempre resulta más agradable una persona fuerte y algo ancha que una persona delgada y fofa.
4. Perder kilos rápidamente suele indicar deshidratación. La mayoría de las dietas del verano provocan una pérdida de líquidos. Se basan en alimentos o bebidas depurativas, diuréticas, laxantes, etc. Incluso algunas recomiendan suplementos para aumentar la pérdida de líquidos. La deshidratación provoca dolor de cabeza, cansancio, mal humor, etc. Si además haces deporte, se agrava el problema al sudar más agua y perder también sales. Los músculos son tejidos muy hidratados, cuando pierdes kilos en forma de agua, la musculatura sufre mucho. El cuerpo está en condiciones de estrés, por lo que en cuanto dejes la dieta extrema, recuperarás todo el agua, volverás a rehidratar los tejidos y con ello también los kilos perdidos, a veces con efecto rebote. Has pasado unos días malos para nada.
5. Las dietas estrictas acaban con la energía y el buen humor. Hay quien las llama las dietas de los divorcios y las depresiones, y ya hay estudios científicos que han encontrado que las personas con problemas emocionales no deberían seguir estas dietas, pues empeoran su situación. La vida tiene muchas alegrías, una de ellas es la buena comida, estar a dieta supone aprender a comer, no dejar de comer ni de salir con los amigos, pareja, familia, etc., aunque sea por un periodo breve de tiempo.
Yolanda Vázquez
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