La primera vez que comienzas a hacer ejercicio te comes el mundo: vas a entrenar con unas ganas increíbles, se lo cuentas a todos tus amigos, lo posteas en todas tus redes sociales… Pero, ¿qué pasa cuando la motivación se acaba?
Alguien dijo que la mente es mucho más poderosa que el cuerpo: por eso es tan importante la motivación y el apoyo psicológico en el entrenamiento. Si crees que puedes, entonces ¡podrás!
Mantenernos motivados día a día, no sólo para entrenar, sino para dar el máximo de nosotros mismo en cada entrenamiento no es tarea fácil. Por eso debemos echar mano de algunas técnicas de motivación que nos ayuden a estar al 100%.
En nuestra actitud frente al entrenamiento influyen muchos factores externos, como haber tenido un buen o mal día en el trabajo, haber discutido con algún amigo o incluso el hecho de que haga buen tiempo. Todos estas circunstancias, en principio ajenas a nosotros, pueden modificar nuestro rendimiento.
Visualizarnos alcanzando nuestro objetivo y cómo nos sentiremos una vez lo hayamos conseguido puede ser un buen método de motivación. Si lo que queréis conseguir, por ejemplo, es bajar unos kilos, cread una imagen mental con todo tipo de detalles de lo que podréis hacer cuando lo logréis.
También podéis encontrar motivación en otra persona concreta, pero tened la precaución de modificar los objetivos a vuestra propia situación. Recordad que vuestro objetivo debe ser realista y alcanzable: no os pongáis metas poco asequibles, poco conseguiréis el efecto contrario.
Mantened siempre una actitud positiva en cuanto a vuestros entrenamientos: entended que el entrenamiento es el camino a seguir para conseguir vuestro objetivo. No toméis el entrenamiento como “un precio a pagar” por lo que queréis conseguir, sino como algo que os reportará beneficios a largo plazo.
Ahora que llega la recta final hacia el verano, no desesperéis: ¡despertaos cada día dispuestos a dar lo mejor de vosotros mismos y veréis como los resultados llegan!