Ahora que termina para muchos de nosotros nuestro periodo vacacional, hay que buscar una motivación para reiniciar nuestros entrenamientos. Este artículo es una reflexión del "para qué" hacemos unas u otras cosas.
La motivación es uno de los grandes pilares para alcanzar nuestras metas: es la gasolina de nuestra mente. En dos palabras, la motivación es el “para qué” hacemos aquello que estamos haciendo: qué razón última subyace en todas nuestras acciones. Y debe formar una parte importante de nuestra vida diaria y de nuestro entrenamiento.
Descubrir el por qué y el para qué entrenamos, en el caso de la motivación deportiva, es uno de los factores más importantes de nuestro entrenamiento: ¿qué es lo que te mueve a realizar las acciones necesarias para conseguir tus metas?
La diferencia entre un sueño y una meta, según Diego Gutiérrez (profesor de la Universidad Camilo José Cela y experto en coaching deportivo: aquí podéis ver una entrevista donde habla del tema) es que el sueño no implica una acción, mientras que la meta debe venir precedida por el establecimiento de objetivos e implica una acción. Pues bien, la motivación son los estímulos que nos mueven a realizar esas acciones.
Estos estímulos son personales, y tienen mucho que ver con nuestros valores, nuestra forma de pensar y nuestra forma de ser. Podemos encontrar estímulos externos en música, fotografías o en la figura de otras personas, pero es necesario que los interioricemos y que los hagamos nuestros, aplicándolos a nuestros objetivos y a nuestra vida, para poder obtener resultados.
La motivación está basada en la gestión de las emociones: debemos buscar las razones profundas que nos hagan tomar decisiones encaminadas a nuestras metas, y que sean capaces de mantenernos en ese camino aún cuando haya dificultades.
En el caso del deporte, una de las responsabilidades del entrenador personal debe ser la de ayudar a su alumno a encontrar esa motivación que le mueve hacia su meta y elaborar un plan de acción hacia ella (establecimiento de objetivos a corto y largo plazo), así como registrar los progresos, cambiar el plan de acción si fuera necesario y reafirmar a través de la motivación el compromiso del alumno con sus objetivos.
¿Para qué entrenamos?
¿Habéis encontrado ya vuestra motivación?
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