Sabemos que es una función innata del hombre, y el dominio de la misma permite la explotación al máximo de las posibilidades del cuerpo. El hombre realiza una media de 30.000 respiraciones al día. El control de la respiración es una habilidad o destreza que deberían adquirir, desarrollar y entrenar todos los deportistas.
No saber controlar la respiración es algo que puede perjudicarnos a la hora de hacer ejercicio ya que, al no recibir el oxígeno necesario, el cuerpo comienza a fallar. Cada disciplina deportiva posee su propia técnica en materia de control de la respiración durante el esfuerzo. En todas las actividades deportivas el requerimiento de oxígeno por parte del cuerpo es mayor, sobre todo en las aeróbicas.
Cuando se inspira y se mantiene el aire, se aumenta la tensión muscular, mientras que con la espiración esta tensión disminuye. El esfuerzo respiratorio supone un gasto importante y una fuente de fatiga, pues al aumentar el gasto metabólico también aumenta la velocidad de intercambio de gases y una menor presencia de oxígeno empieza a complicar las funciones necesarias. La espiración debe de ser mayor que la inspiración.
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