En primer lugar comenzamos por la ACTIVIDAD FÍSICA (AF), la cual definen como “todo aquel movimiento que realiza el ser humano que implica el desplazamiento de los diversos componentes corporales y el gasto energético, que pueden ser realizados durante el día a día, como ocupación, distracción, ejercicio y deporte. Es decir, entendemos la AF como la acción de moverse implicando un gasto de energía. Subir las escaleras, limpiar o trabajar son ejemplos de actividad física.
Por otro lado encontramos el EJERCICIO FÍSICO. Se entiende por este concepto, aquella actividad física que realizamos de forma estructurada y organizada para conseguir la mejora alguna de las capacidades físicas básicas. Es decir, realizar ejercicio físico podría ser hacer carrera continua para mejorar la resistencia. En este caso, la persona sabe que corriendo mejorará su resistencia y por eso dispone de pulsómetro y plan de entrenamiento con un objetivo claro.
Por último definimos el término DEPORTE. Según la RAE (Real Academia Española) es la “actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas”. Por tanto, la principal diferencia con los términos anteriores se basa en las normas que el sujeto debe cumplir para conseguir su fin que puede ser acabar una carrera, ganar un partido…