El entrenamiento concurrente (combinación de entrenamiento de resistencia aeróbica y fuerza) es muy habitual, especialmente en los centros de fitness. Los estudios indican que puede existir una cierta “incompatibilidad”, es decir, que las adaptaciones de ambos entrenamientos pueden llegar a no se óptimas cuando se entrecruzan en una misma sesión. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio (Panissa y col, 2014; J Strength Cond Res 25-sep) en el que los autores observaron los efectos de realizar un ejercicio aeróbico corriendo o pedaleando en bicicleta sobre el rendimiento en fuerza. Los sujetos voluntarios fueron sometidos a 3 condiciones experimentales: 1) Control (C), 4 series de repeticiones máximas al 80% 1RM de medias sentadillas; 2 y 3) carrera o pedaleo en bicicleta intermitente (15x1 min, con 1 min de recuperación a velocidad aeróbica máxima) seguido por el protocolo de fuerza. Los resultados mostraron que tanto el número de repeticiones como el volumen total de la sesión fueron mayores cuando el ejercicio de fuerza no se precedió de ejercicio de resistencia aeróbica, siendo esta interferencia mayor después del pedaleo en bicicleta.
Que el entrenamiento de resistencia aeróbica previo al ejercicio aeróbico influye en el rendimiento de este último está claro. Que el entrenamiento concurrente puede mostrar, en algunos protocolos y para ciertos objetivos, interferencia negativa, también está documentado. Pero la realidad es que miles de personas realizan entrenamiento concurrente en una misma sesión de entrenamiento por motivos de economía del tiempo. Si es así, y bajo mi punto de vista, el entrenamiento aeróbico debería preceder siempre al de fuerza, y ese entrenamiento de resistencia aeróbica debería ser intermitente de alta intensidad.
J.L.Chicharro
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