El pulso son los latidos que experimentan las arterias producto
del bombeo de la sangre realizado por el corazón. Asimismo es considerado una
medida por la medicina, pues el ritmo del pulso indica la frecuencia cardiaca,
en otras palabras, el número de veces que el corazón late por minuto. Además con
el pulso es posible determinar el ritmo del corazón y la fuerza de sus
latidos.
El pulso es considerado uno de los signos vitales del cuerpo
humano junto con la temperatura corporal, la frecuencia respiratoria y la
presión sanguínea. Cuando se habla de signos vitales, se hace referencia a las
medidas de funcionamiento más básicas del organismo, por esta razón resultan muy
útiles para detectar problemas en la salud. Además al ser fáciles de medir, no
importa el lugar donde se sitúe el paciente.
Como se dijo anteriormente, la medida del pulso determina el
número de latidos por minuto. El corazón al bombear la sangre por medio de las
arterias, éstas se expanden y contraen a medida que pasa el flujo de la sangre.
Por medio de este movimiento que experimentan las arterias es posible determinar
el pulso de un cuerpo.
Para medir el pulso es necesario palpar las contracciones de
las arterias suavemente, éstas se sienten más en algunos lugares del cuerpo. En
primer lugar en la parte baja del cuello a un costado (carotídeo), también en la
parte interior del codo (humeral) o muñeca (radial), otros también lo toman en
el tobillo justo arriba del empeine (pedio). En estas zonas del cuerpo antes
nombradas, con la ayuda de las yemas de los dedos índice y central, se presiona
sutilmente hasta sentir el movimiento que realizan las arterias al transportar
la sangre. Tras haber localizado el pulso, se deben contar las pulsaciones
durante quince segundos, acto seguido el resultado debe ser dividido en
cuatro.
El pulso puede variar por diferentes criterios. En un estado de
reposo hay menor cantidad de latidos por minuto que un cuerpo realizando una
actividad física, enfermo, lesionado o experimentando una emoción fuerte.
También varía dependiendo del sexo de la persona, las mujeres por lo general
tienen el pulso más rápido que los hombres. Otro criterio de variación es la
edad de la persona; los bebes menores de un año presenta entre 130 y 140
pulsaciones por minuto. En los niños las pulsaciones son entre 80 y 100 por
minuto. En adultos oscila entre 70 y 80 pulsaciones por minuto. Y por último, en
cuanto a los adultos mayores no exceden de 60 pulsaciones por
minuto.
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