Siempre hemos tocado temas de pérdida de peso, de cómo conseguir un vientre plano y coincidimos en que tomar todo tipo de nutrientes es esencial para mantener nuestro cuerpo y organismo activos. Por otro lado sabemos que mantenernos siempre bien hidratados es importante para que nuestro rendimiento durante una actividad deportiva determinada aumente y nuestros músculos tengan oxígeno suficiente para seguir el ejercicio durante más tiempo.
Sabemos de sobra que beber agua cada día refuerza nuestro sistema inmunológico y ayuda a mantenernos con un aspecto joven. Pero, ¿sabías que nos puede ayudar en nuestra lucha de pérdida de peso? Muchas personas confunden la deshidratación con el hambre, haciendo que coman más de lo necesario o más de lo que su cuerpo les está realmente pidiendo. Beber la suficiente agua es una manera sencilla y barata para ayudar a nuestro vientre a sentirse satisfecho sin comer en exceso. Podemos decir que el mito de beber cada día 2 litros de agua, es cierto.
Un estudio reciente mostró que las personas deshidratadas hicieron también menos repeticiones y se sentían más cansados en menos tiempo de ejercicio físico. Esto significa que han quemado menos calorías al fin y al cabo. También, tener un hábito de beber agua diariamente con algo de limón ayudará a mucha gente a sentirse menos hinchados y a verse el abdomen más plano que de costumbre. Se acumularán menos gases, que crean esa sensación de hinchazón.
Así que si quieres utilizar el agua para perder peso, adelante. La próxima vez que sientas que quieres un bocadillo, tómate un vaso de agua previamente y verás como ese ansia se ve reducido. Como consecuencia de esta acción, ingerirás menos calorías y reducirás así algunos gramos día tras día. Recuerda acompañar esta dieta con unos 30-45 minutos diarios de ejercicio físico (aeróbico, anaeróbico o combinados). Agrega limón, menta, pepino, jengibre y agua, y crea un cóctel perfecto para desintoxicar tu cuerpo cada día.
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