Nos hemos pasado la vida entera buscando métodos efectivos para conseguir la pérdida de peso deseada. Sin embargo, las dietas milagro y su funcionamiento están haciendo mucho daño a diversas personas atraídas por sus engatusadores anuncios. Mucha gente piensa que al perder peso corporal, lo que en realidad estamos haciendo es convertir la grasa almacenada en energía o calor, y por ello quemamos calorías al elevar la temperatura corporal. Hoy te explicamos lo que sucede en realidad.
Es un error muy común pensar lo que hemos dicho anteriormente. Incluso profesionales del entrenamiento personal que se están iniciando, creen que la grasa se transforma en energía al hacer ejercicio físico. Vamos a fijarnos en un nuevo estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur publicado en el British Medical Journal de este mismo mes, ya que sus resultados son muy interesantes para todos/as.
En esta gráfica podréis ver cuál es la opinión de tres grupos de expertos sobre la pérdida de peso y la forma en que tiene nuestro cuerpo de expulsar la grasa. Como veis, el estudio que estamos analizando hoy aquí, dista mucho de las expertas opiniones que muestra la gráfica de arriba.
El estudio
Según Ruben Meerman, autor del estudio en cuestión y físico australiano conocido en el mundo de la televisión por presentar un programa de ciencia, la respuesta más correcta a esta pregunta tan extendida es que la grasa se evapora en forma de dióxido de carbono. Para realizar el estudio se utilizaron técnicas propias de estequiometría y se descubrió lo siguiente:
La oxidación total de 10 kilos de grasa humana requiere 29 kilos de oxígeno inhalado (introducido), lo que resultan 28 kilos de dióxido de carbono y 11 kilos de agua. A partir de ahí, se puede realizar un seguimiento de cada átomo en el peso que hemos perdido y así sabremos de qué forma sale de nuestro cuerpo.
De acuerdo con los investigadores, si se analizan los átomos de 10 kilos de grasa “perdida”, 8,4 kilos de ellos han sido expulsados del cuerpo en forma de dióxido de carbono cuando se exhala (expulsa aire),y los 1,6 kilos restantes se convierten en agua, que será expulsada mediante la orina, las heces, el sudor, las lágrimas y otros mecanismos corporales.
Por tanto, lo que el estudio determinó fue que, en realidad, exhalamos grasa por nuestros orificios respiratorios. Tampoco estamos diciendo que perderemos más peso si respiramos de manera más profunda, ni que si respiramos más estaremos aumentando el calentamiento global. Sólo queríamos compartir con todos vosotros los resultados de este estudio en el que se ha utilizado la química y los procesos estequiométricos del cuerpo humano para determinar los sorprendentes resultados. Los beneficios de la pérdida de peso son tales que es normal que la gente busque ese objetivo de manera tan incisiva actualmente.
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