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jueves, 31 de octubre de 2013

ROTURAS MUSCULARES

La rotura muscular o rotura de fibras es de las lesiones traumáticas mas frecuentes que aparecen en la practica deportiva.

Las formas mas leves de lesiones musculares serian los calambres, la contractura y el grado menor de lesión fibrilar que es la distensión, que aparece al superar el límite elástico del músculo sin que aparezca daño anatómico.
Esta se manifiesta con dolor menos intenso en el momento del esfuerzo y sensación de estiramiento muscular.
El dolor suele aumentar con sobreesfuerzos o contraresistencia y en menor grado al estirar el músculo.
La rotura de fibras aparece cuando ya hay daño anatómico y se clasifican, normalmente en 3 grados:

Grado I: Rotura fibrilar.

Es la más frecuente. Se produce una rotura microscópica a nivel de las fibrillas musculares.
Puede acompañarse de rotura de capilares apareciendo hematoma.
El paciente refiere dolor violento que describe como "una pedrada" y se acompaña de impotencia funcional.

Grado II: Rotura parcial.

Suele representar el 20% de las roturas fibrilares.
En este caso, hay mayor número de fibras rotas sin afectar al completo al vientre muscular.
En la ecografía se aprecia la rotura y un hematoma intramuscular. En este caso hay deformidad y hundimiento en la exploración física.

Grado III: Rotura total.

En este caso se rompe todo el músculo separándose ambos extremos que se retraen.
Se acompaña de intenso dolor, deformidad e impotencia funcional completa, siendo en estos casos necesaria la intervención quirúrgica para suturar los extremos del músculo roto.

Como principales factores de riesgo para sufrir lesiones musculares encontramos la fatiga y sobrecarga muscular, el entrenamiento, calentamiento y estiramientos insuficientes y desequilibrios musculares entre agonistas y antagonistas.
El tratamiento consiste (cuando no es quirúrgico) en inmovilización, cuidando que no sea muy prolongada y no rígida para evitar fibrosis y en la disminución inicial del hematoma y hemorragia con aplicación de frío local, compresión y elevación del miembro.
La fase de cicatrización (dependiendo del grado de lesión) suele durar unos 10 a 15 días, tras los cuales podemos iniciar un tratamiento físico y manual a base de termoterapia, electroestimulación, isometría, estiramientos progresivos, ultrasonido, láser, mesoterapia de drenaje y cyriax.
Como tratamiento de esta patología en nuestro centro utilizamos un protocolo terapéutico, en el que logramos disminuir el tiempo de curación y de readaptación, que incluye técnicas muy novedosas y resolutivas con las que estamos obteniendo un altísimo porcentaje de curación de esta patología.

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