Sol
El astro rey es el responsable de la vida sobre el planeta. Ejerce un efecto
estimulante, aumenta la energía, nos pone morenos y favorece la síntesis de
vitamina D. Además disminuye el apetito, tiene un efecto antibiótico y
estimulante de las defensas y favorece el optimismo. Claro que no debemos
olvidar sus efectos negativos, por lo que se deben tomar baños de mar y sol
con fotoprotección adecuada, procurando evitar el sol entre las 12:00 y las
16:00, que es cuando más daña la piel.
Aires de mar
El mar no es sólo agua en movimiento, el aire que forma la brisa marina de las
playas presenta unas condiciones muy especiales. Esa sensación de felicidad y
tranquilidad que te invade cuando das un paseo por la playa se produce por la
presencia de iones negativos que se generan con el oleaje continuo del mar.
Estos tienen un efecto relajante y antidepresivo, promueven la liberación del
neurotransmisor serotonina que provoca la sensación de bienestar. A 100 m
del mar llegan a contabilizarse 50.000 iones negativos en el aire por metro
cúbico, mientras en las ciudades no suele pasar de 500. El agua y las sustancias
salinas en suspensión crean un microclima húmedo con gotitas de agua y
oligoelementos en suspensión que se pueden absorber a nivel pulmonar, como
el yodo. Cuanto más agitado está el mar, mayor es el número de
micropartículas en suspensión.
El ozono natural también es producido por el mar, actúa como purificador del
aire por sus virtudes antisépticas.
Sales minerales y minerales
En el agua de mar se encuentran disueltos una gran cantidad de minerales y
oligoelementos. El más abundante es el sodio, que da el sabor salado al agua y
se encarga del control del reparto del agua en las células en la bomba de
sodio/potasio que se ocupa de expulsar el sodio hacia el exterior. El sodio
también es necesario para la conducción del impulso nervioso, haciendo
posibles las contracciones musculares. Por esta razón el agua de mar es uno de
los mejores tratamientos para recuperar los músculos y para rehidratarse
adecuadamente después de un esfuerzo intenso, pues en 100 ml de sudor se
pueden llegar a perder entre 75 y 250 mg de sodio. También abunda el
potasio, que interviene junto al sodio y regula la cantidad de agua en las
células. Otros elementos son el calcio, magnesio, azufre, silicio y yodo.
Arena
Un simple paseo descalzo por la orilla de la playa actúa como una sesión de
masaje en los pies, las pequeñas partículas de la arena blanda actúan como una
almohadilla natural que promueve el movimiento correcto del pie (talón-punta)
y actúan como exfoliante natural en la planta de los pies. Si la playa es de
piedras redondeadas, el paseo es más incómodo pero también es un sistema
más efectivo al estimular con más intensidad la circulación sanguínea.
Altitud: nivel del mar
Si los deportistas suben a entrenar en altitud para aumentar el hematocrito, en
el mar los efectos no son nada desdeñables: a nivel del mar disminuye la
presión sanguínea y la tensión arterial, aumenta el número de glóbulos blancos
responsables de la defensa, el nivel de hierro y se regulan los niveles
hormonales, pues el sol favorece la producción de testosterona, hormona que
favorece el crecimiento muscular. También hay que tener en cuenta que baja la
tensión arterial y eso te puede hacer sentir con menos ganas de ejercitarte,
efecto al que te sueles adaptar en unos días.
Humedad y temperatura
La elevada humedad que existe en las zonas cercanas al mar favorece la
respiración y facilita el intercambio de gases en los pulmones. Además el agua
ejerce un efecto termo-regulador, pues enfría rápidamente un cuerpo calentado
por el sol durante el día, o calienta un cuerpo frío por la noche.
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