Sin
embargo, hay otros días en los que hace un frío o calor excesivos, el
ambiente está demasiado húmedo o demasiado seco, el cuerpo se niega a
moverse y el corredor siente que cualquier otra cosa que pudiera estar
haciendo en ese momento sería más agradable que salir a entrenar. Pese a
todo, el corredor realiza el entrenamiento.
CONSEJOS PARA CUIDAR TU MOTIVACION
Identifica claramente cuáles son los motivos por los que corres.
Cuando los tienes claros te resulta más fácil ordenar las prioridades de
las actividades en tu vida. Es más fácil compatibilizar todo y
disfrutarás más de lo que hagas en cada momento.
Identifica los beneficios que te aporta el entrenar y competir en
pruebas de maratón. Ten en cuenta todo, desde los buenos momentos que
pasas entrenando hasta los viajes que realizas para participar en las
pruebas.
Identifica todos los costes que tiene el maratón. Ten en cuenta lo
que inviertes a corto, medio y largo plazo, y valora si estás dispuesto a
pagar el precio a cambio de los beneficios que has identificado
previamente. Si no es así, busca otras opciones más realistas.
Observa las posibles incompatibilidades que pueda tener el maratón
con otras actividades de tu vida, como el trabajo o las obligaciones
familiares, y busca las soluciones.
Negocia si es necesario, mostrando la importancia que tiene para ti,
pero asume que posiblemente tendrás que dar algo a cambio.
Frecuentemente los corredores usan tres estrategias:
1- reivindicar el tiempo que necesitan para sus actividades,
2- comprar el tiempo para entrenar a cambio de su compromiso para otras tareas,
3 - compartir su tiempo con quienes demandan su presencia, implicándoles también en los entrenamientos, viajes, etc.
La familia o las obligaciones no son una excusa: los corredores
altamente comprometidos pueden compatibilizar su actividad con otros
aspectos sin que baje su rendimiento. Organiza el tiempo.
Busca un entorno que te asegure el poder llevar a cabo los
entrenamientos. Si ir a entrenar resulta demasiado complicado, día a día
te costará más desplazarte. Si el entrenamiento te aporta otros
beneficios adicionales, como pasar un rato en un entorno natural y
agradable -que suelen preferir casi todos los corredores- mejor, pero no
es imprescindible.
Entrenar normalmente con un grupo de compañeros puede ayudarte los días en los que estás más remolón.
Si pasas por un mal momento, pide ayuda a un experto que conozcas.
Cuanto antes te des cuenta más fácil será que te ayude a rendir de nuevo
a tu nivel.
LA MOTIVACIÓN ES NECESARIA
Si la motivación incrementa el compromiso, debemos pensar que cuanto
más motivado esté un corredor mejor disposición tendrá para entrenar,
cuidar su alimentación y realizar todas las tareas que requiere su
preparación. Hay que controlar, no obstante, que no ocurra que una
motivación excesiva empuje al corredor a sobrepasar los límites de lo
que es adecuado para su preparación. Es decir, tener mucha motivación es
algo positivo, pero no debe llegar al límite de provocar
sobreentrenamiento, impedir el descanso o la recuperación adecuados, o
afectar negativamente a las relaciones personales con el entorno del
corredor, entre otras posibles consecuencias negativas.
Por otra parte, además de pensar en cuánta motivación se necesita
para correr, se debería pensar en cuál es el tipo de motivación que debe
poseer el corredor, ya que se pueden observar diferentes tipos. Para
algunos corredores, entrenar o competir en maratones, o el atletismo en
general, representan un aspecto de suma importancia en su actividad
diaria, hasta el punto de que no entenderían sus vidas sin este
elemento. El beneficio que les proporciona la actividad en sí misma les
resulta muy atractivo y compensa los costes que todo ello conlleva.
En el extremo contrario, otros corredores sólo pretenden acercarse a
la carrera de maratón como una experiencia más, por curiosidad o por
motivos pasajeros, como puede ser una apuesta entre amigos o una
promesa. La disposición para aceptar los costes que conllevan estos
objetivos se limita al plazo que se establece para conseguir esa meta.
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