EL IMPACTO DURANTE LACARRERA

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Es común encontrar en la consulta diaria, a pacientes que nos refieren cosas como:

 “Dr. es que yo corro pocas distancias y me lastimo” o “corro a menudo con  personas que nunca se lastiman y hacemos los mismos recorridos” o “siempre que corro en tal pista o tramo me lastimo”.

A primera vista esto parece una situación que no merece la pena un análisis profundo, pues el sentido común nos diría: “Es que su paciente corre mal” o “es que corre en superficies duras” o “es que el impacto en ese corredor es mayor por su sobrepeso”, etc.

Lo mencionado arriba explicaría de una manera muy coloquial las posibles causas a los problemas que ameritaron incluso una consulta médica. Con dichos argumentos y de manera muy ligera, podríamos entonces recomendar: “mejore su técnica de carrera”, “baje de peso” o “corra en superficies más suaves”.

En este sentido de ideas, creo que, (al menos un servidor)  sería un robo que un paciente acudiera a mí consulta para pagarme por un servicio profesional de salud.

Pues bien que les parece si describo de manera breve lo que se encuentra detrás de esas lesiones que, se asocian al impacto repetido observado durante la carrera.

La fuerza de impacto se define como el contacto de dos cuerpos que colisionan por un breve periodo.

Esta fuerza de impacto presenta una magnitud y un tiempo de aplicación. La magnitud se puede manifestar como el peso corporal multiplicado por X cada vez qué se impacta la tierra y el tiempo es regularmente medido en milisegundos. De tal forma cuando se realiza un salto encadenado (uno tras otro con pausas muy cortas) se pueden generar aumentos en las fuerzas de reacción a la tierra de hasta 20 veces el peso del individuo y tiempos de contacto con duraciones inferiores a los 10 ms. En estas condiciones los tiempos de contacto abreviados ayudaran a desarrollar la fuerza elástica almacenada en el musculo haciendo más eficiente el salto y con una absorción de energía de la tierra menor

En el caso de la carrera, según sea la velocidad serán las fuerzas de impacto y los tiempos de contacto. Por ejemplo al caminar, las fuerzas de contacto a la tierra pueden ser menores a 1 y el tiempo de contacto estar cerca de los 50ms. Entre el trote y la carrera a paso de 12 a 14 km/h aproximadamente los impactos pueden generar fuerzas de reacción de entre 1.5 a 5 veces el peso corporal con tiempos de contacto de 10 a 30ms. Si nos damos cuenta por un lado aumentamos las fuerzas de reacción a la tierra pero por otro disminuimos el tiempo de contacto. Aquí entonces uno de los fenómenos más asociados con las lesiones será el sobreuso, es decir la repetición de dicho gesto motor N veces.

Pero bueno, resulta que a pesar de lo anterior unos se lastiman, más que otros.  Pues resulta que muchos corredores son talonadores (es decir presentan un apoyo principal sobre el calcáneo al tocar tierra). Esto genera una curva e impacto de dos picos  en la zona de impacto inicial (talón) y al momento de despegar los dedos de la tierra lo que conduce a una fuerza de reacción mayor, que evidentemente será transmitida al pie y el eje de la pierna.

Otro factor asociado es la sobre pronación del pie, es decir la tendencia del pie a (visto desde atrás y tomando como referencia al calcáneo o talón)  moverse hacia afuera. Si bien esta situación se puede evaluar de manera estática en el consultorio es prioritario evaluarlo en la carrera y de preferencia en cámara lenta por un ojo experto. Resulta que la sobre pronación no es tan mala como pensamos y que incluso es un factor de protección siempre y cuando se presente en la fase inicial de apoyo del pie durante la carrera y se restituya su conformación a medio camino de dicha fase de apoyo, cuando se necesita una fuerza propulsora.

Otros factores que pueden estar asociados a la lesión por sobreuso y sobrecarga del corredor, son la realización de estiramientos previos a la carrera (esto es aun contradictorio), uso de calzado inadecuado, superficies muy blandas que si bien disminuyen el impacto, aumentan el tiempo de apoyo y la fuerza necesaria para iniciar la propulsión del tren inferior.