Que en invierno hace frío todos lo sabemos, y por ello es importante que sepamos poner remedio siempre que esté en nuestra mano a la hora de que nuestro cuerpo pase frío. Para ello lo que solemos hacer es abrigarnos y evitarnos así algún que otro resfriado. Pero a pesar de todo, nuestro cuerpo en invierno funciona diferente al verano y se suele notar. Nosotros en esta ocasión lo que queremos hacer es detenernos en dos cosas que nuestro cuerpo suele hacer cuando hace más frío y lo que nosotros debemos realizar al respecto para mantenernos perfectos.
Cuando el frío del exterior es elevado el cuerpo tiene una serie de medidas que lo hacen reaccionar de una manera determinada. Nosotros en esta ocasión vamos a destacar dos rasgos propios que suceden cuando el frío más aprieta. Una de ellas es la quema de más calorías para mantener la temperatura corporal en un nivel óptimo, y otra es la especie de hibernación a la que nos somete, mediante la cual es más proclive a acumular grasa para así seguir quemando calorías y mantenernos en perfecto estado. Nosotros vamos a hacer un repaso por las dos y ver qué es lo más adecuado para mantenernos en plena forma.
Un consumo mayor de calorías cuando hace frío
En primer lugar nos vamos a detener en el hecho de que cuando hace frío el organismo consume muchas más calorías para mantener el cuerpo en una temperatura constante. Es cierto que dependiendo de la época del año respondemos de una manera a otra a los estímulos provenientes del exterior. En invierno el organismo se activa para obtener más calor por su propio pie, a pesar de que también nos cubrimos con más ropa. Pero esto no quiere decir que al aumentar la combustión del cuerpo quememos más calorías y nos deshagamos de las grasas que nos sobran de manera espontánea.Menos actividad corporal. Estado de hibernación
Este aumento de la quema de calorías para conseguir una buena temperatura corporal lo que hace en nuestro organismo no es quemar más, sino optimizar lo que tenemos en reserva. Para empezar, en invierno nuestro cuerpo está mucho menos activo, nos sentimos cansados y con menos ganas de salir a practicar actividades físicas. Es como si nuestro cuerpo intentase simplemente consumir energía para hacer frente al frío. Esto puede ser muy peligroso si no nos activamos y nos rendimos, ya que lo que conseguiremos será disminuir la actividad y con ello, a pesar de consumir más calorías, no quemar lo suficiente para mantener un buen peso, ya que también aumentan las ganas de comer en invierno debido a este consumo de calorías por parte del cuerpo.Controlar la ingesta de alimentos y la actividad deportiva
Para evitar que esto nos suceda en invierno es necesario que sepamos ponerle remedio cuanto antes. En primer lugar lo que haremos será controlar la ingesta de alimentos. Como comentábamos antes, el organismo nos va a pedir casi siempre alimentos ricos en calorías para así aumentar sus niveles de cara a mantener el calor corporal. Por ello debemos ser nosotros los que nos decantemos voluntariamente por alimentos ricos en nutrientes que aporten además al cuerpo la energía necesaria para funcionar. Hay que descartar los ricos en grasas saturadas, al igual que los desbordantes de azúcares refinados, que a la larga no son nada beneficiosos para la correcta salud del organismo.La actividad deportiva es otra premisa a tener en cuenta sobre todo en invierno. Como comentábamos, en invierno experimentamos unas ganas mucho menores de hacer cualquier actividad. Lo que debemos hacer es enfrentarnos a estas ganas y conseguir mantenernos activos durante el mayor tiempo posible. Realizar actividades al aire libre, ir a hacer deporte al gimnasio o cualquier otro centro de entrenamiento es esencial. Si no tenemos ganas debemos obligarnos para así pasar de un estado de hibernación a otro de actividad. Controlar el cuerpo y el consumo de calorías hará que no solo no pasemos frío en invierno, sino que tampoco correremos el riesgo de engordar innecesariamente.
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