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viernes, 3 de febrero de 2017

¿LOS VALORES DEL DEPORTE O UN DEPORTE CON VALORES?

Todos hemos oído hablar de los valores del deporte: constancia, capacidad de sacrificio, trabajo en equipo, esfuerzo, afrontar retos… Estos valores se asocian a la imagen de los deportistas, y está bien, porque un deportista que ha llega a lo más alto tiene que haber destacado en todos ellos.

Xavi y Casillas, premio al juego limpio.
Xavi y Casillas, premio al juego limpio.

Pero también parece que el haber obtenido reconocimiento a tu esfuerzo y trabajo lleva asociado el convertirte en un ejemplo a seguir, principalmente por los más jóvenes. Y es en este punto donde quizás las cosas empiezan a desvirtuarse. ¿Alguien les ha preguntado a los deportistas si quieren ser un ejemplo para las generaciones venideras? ¿Es justa esta exigencia? ¿Es justo exigir a un deportista que se convierta en un referente para los más jóvenes cuando toda su energía y concentración están orientadas a unos objetivos deportivos? Al fin y al cabo su club le ha contratado para entrenar y focalizarse en mejorar física y técnicamente…
Así que parece que tenemos un mundo por explorar: Clubs, Federaciones, Comités Olímpicos… Estas entidades, en su mayoría, tienen objetivos que no son exclusivamente deportivos. Muchos clubes realizan y, en muchos casos forma parte de sus estatutos fundacionales, actividades vinculadas con los jóvenes y niños. Las Federaciones tienen entre sus funciones la de desarrollar y potenciar la práctica deportiva entre la población y muy especialmente entre los mas jóvenes. Y los Comités Olímpicos defienden los valores del Olimpismo y los transmiten a la sociedad.
¿Son estas entidades las que deberían realizar esfuerzos y destinar recursos para transmitir esos valores a través de los deportistas? Seguramente es una mezcla de todo. Las entidades deberían destinar recursos y esfuerzos en transmitir los valores del deporte y utilizar a sus mejores embajadores, los deportistas. Y los deportistas deberían ser conscientes de que la parte deportiva es muy importante, pero que también deberían devolver una parte de su éxito y reconocimiento a la sociedad.

Nadal y Federer, ejemplo de fair play
Nadal y Federer, ejemplo de fair play

Una solución podría ser que los clubes dedicaran tiempo y recursos en formar a sus deportistas para convertirlos en sus perfectos embajadores y un ejemplo para los jóvenes. Del mismo modo que los deportistas deberían entender que ellos, aunque no lo hayan decidido de mutuo propio, son un espejo en el que la gran mayoría de los jóvenes se miran.
Además, redundaría en un beneficio para todos. Cuando un club ofrece una buena imagen al mundo, esto le coloca en una posición muy ventajosa ante los Sponsors que quieren vincularse a aquel club que el mundo percibe como referente.
Si los deportistas son valorados por los seguidores no sólo por su juego y éxitos, sino también como personas, seguramente sus contratos mejorarán, porque el público, que es el que finalmente paga, querrá tenerlos en sus equipos.
Y los jóvenes tendrán en sus ídolos el reflejo de valores como el sacrificio, el esfuerzo, la constancia, el respeto, el trabajo en equipo… además de la educación, la responsabilidad, la preocupación por los demás, la comunicación, etc…
¿Quién no quiere transmitir a sus hijos estos valores?

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