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martes, 24 de septiembre de 2013

NIÑOS Y VUELTA AL COLE

Alimentación, ejercicio y menos obsesión por la postura.

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En esta época, donde ya ha pasado el verano y se ha producido la vuelta de los niños a las clases, es habitual que los medios de comunicación hayan despachado su ración de consejos y recomendaciones sobre los niños, el peso de las mochilas y el cuidado de la postura en clase. Pues bien, propongo que se hable más del cuidado de la alimentación y del ejercicio moderado en niños, y nos obsesionemos menos con las posturas que adoptan.
Es cierto que los niños adoptan posturas algo extrañas, pero también es cierto que numerosos estudios no encuentran relación entre las posturas y dolor de espalda en la infancia o edad adulta, y tampoco se encuentra relación directa entre el uso de las mochilas y la aparición de dolor, por lo que propondo menos obsesionarse con el cuidado de la postura y más estímular la dieta sana y la vida activa en los pequeños.

Las mochilas pesan, pero no tanto

En el blog de la Sociedad Española de Fisioterapia y Dolor (SEFID) aparecen un par de artículos sobre niños y posturas. En el primero de ellos, hablando del peso de las mochilas, aportan varias referencias a estudios sobre el uso de mochila que tienen en cuenta variables como el peso transportado y la forma de llevar la mochila. Si bien una mochila muy pesada o mal llevada es lógico que provocará molestias, los dolores no serán duraderos.
La recomendación habitual es que el peso de la mochila no supere el 10% del peso del niño, pero que los niños transporten sus libros no tiene por qué provocar molestias duraderas. Eso sí, es mejor que el peso no sea excesivo y que se lleven bien colocadas, pero no hay problema en llevar las mochilas a la espalda, lo cual puede ser que arrastrar una pesada mochila de carrito usando siempre el mismo brazo.
En el adulto es diferente: tensiones, estrés, aceleración, falta de actividad física… Todos estos problemas se unen y es fácil que provoquen un estado de fragilidad donde el cuerpo es más vulnerable a los pesos. Pero no debemos olvidar que los niños son muy diferentes a los adultos. No son “adultos en miniatura”, sino que su organismo y capacidad de respuesta son diferentes.
Es necesario que eduquemos en la importancia de una postura correcta y de llevar bien la mochila, pero es más importante que lo aprendan en relación a su vida adulta, donde sí que serán más sensibles a las molestias provocadas por un exceso de carga en el bolso o maleta del trabajo.

Sentarse correctamente es bueno, pero no un dogma.

En el segundo artículo del blog de la SEFID, nos habla de las correcciones a las posturas que hacemos a los pequeños. Los niños se mueven constantemente, por lo que hacerlos mantener una postura muy rígida puede provocar en realidad más molestias que su postura “natural”.
Al igual que en el caso de las mochilas, las malas posturas pueden influir en la aparición de molestias, pero son poco duraderas. En el caso de los adultos, donde, además de malas posturas se pueden unir otros factores (baja actividad física, mala alimentación, estado de tensión o estrés por problemas varios, mal descanso nocturno…) las malas posturas pueden agravar ciertas patologías, y es necesaria una reeducación, pero, insisto, esto es más determinante para los adultos que para los niños.
Si bien es de lógica fomentar buenos hábitos posturales, insisto en que no hay que obsesionarse. Hay otros factores que sí está demostrado que repercuten en la salud de adultos, como es la alimentación y el ejercicio físico. A niños más activos, adultos más saludables.
En definitiva, propongo que antes de corregir la postura y la forma de llevar la mochila a los pequeños, nos miremos nosotros mismos y apliquemos esas correcciones, que nos beneficiarán mucho más que a ellos. En el caso de los niños una buena educación en alimentación saludable e incluir el ejercicio y la actividad física como algo normal y cotidiano serán valores mucho más interesantes para cuidar y mejorar su estado de salud de una forma duradera.
Miguel López

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