Llega septiembre y con él, el regreso a la rutina para la mayoría. Tras un tiempo de vacaciones en las que hemos podido tomarnos un merecido descanso, desconectar, disfrutar de tranquilidad y mucho tiempo de ocio, tenemos que regresar al trabajo.
La necesidad de tener que recuperar el ritmo habitual y las obligaciones laborales provoca en muchas personas un cierto grado de estrés. Es lo que todos conocemos como síndrome postvacacional, que trae consigo una serie de síntomas físicos y psíquicos: cansancio y falta de energía, ansiedad, tristeza, dolores musculares, irritabilidad, falta de concentración, molestias estomacales, insomnio, falta de apetito, indiferencia e incluso taquicardias.
- Hay que acostumbrarse poco a poco a la rutina diaria. Es importante no volver de vacaciones justo el día antes de regresar al trabajo.
- Practicar ejercicio o deporte. Nos ayudará a liberar endorfinas, reduciendo el cansancio provocado por el estrés. Entre media y una hora al día será suficiente para notar los efectos positivos.
- Llevar una vida sana, que incluya una dieta rica y equilibrada. Es muy recomendable tomar frutas, verduras, lácteos y alimentos antioxidantes. Por el contrario, hay que limitar las comidas pesadas y las grasas.
- Hidratarnos bien con agua nos ayudará a controlar los nervios.
- Eliminar el consumo de alcohol y el tabaco. Asimismo, hay que limitar el consumo del café y bebidas de cola.
- Descansar lo suficiente para recuperar las energías es fundamental, ya que nos permitirá mantener un buen estado físico y mental.
- Realizar técnicas de relajación y ejercicios de respiración para controlar los niveles de estrés.
- Planificar nuestro tiempo libre, de modo que podamos realizar nuestras actividades de ocio favoritas. Así, estaremos desconectando del trabajo y liberando nuestra mente de preocupaciones.
- Mantener una vida social y familiar activa y rica.
- Tener una actitud positiva y optimista.
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