El término “corazón de atleta” es una condición fisiológica que surge cuando
el cuerpo humano es sometido a un sobreentrenamiento permanente, durante un
período relativamente largo. Se trata de modificaciones en las que predomina un
corazón adaptado un exceso de actividad física, principalmente en atletas de
competición.
¿Por qué debemos conocer este cambio fisiológico?
Porque la modificación del corazón para responder adecuadamente a un exceso de ejercicio se debe diferenciar de los cambios que sufre ese órgano en los procesos patológicos.
¿Quién se ocupa de establecer esta diferencia?
Es el cardiólogo clínico quien debe establecer el diagnóstico diferencial, pues se puede confundir un corazón de atleta con un corazón patológicamente aumentado de tamaño por cualquier anomalía hipertensiva, valvular, miocárdica o sistémica. El aumento de tamaño del corazón de un atleta es un estado que le permite al deportista entrenado realizar un mayor trabajo, con relación al que no practica un deporte de alta competición.
En el año 1899 el médico sueco Henschem fue el primero en describir esta situación, luego de evaluar a los atletas de los primeros juegos olímpicos de la época moderna, en 1896, Grecia. Con el advenimiento de la radiografía y el electrocardiograma empezó a estudiarse mejor la condición denominada “corazón de atleta”. Pero fue con el ecocardiografía que se evaluó más profundamente esta situación donde predomina un agrandamiento de todas las cavidades cardíacas y de los grandes vasos, con la finalidad de aumentar el bombeo de sangre hacia una estructura esquelética en alta demanda de oxígeno y nutrientes.
¿Son iguales los corazones crecidos, tanto los de atletas como los de las personas enfermas del corazón?
En lo absoluto. El corazón de un atleta crece fisiológicamente por un exceso de demanda corporal, sobre un lecho vascular dilatado, de baja resistencia. Las paredes del corazón de atleta se hipertrofian ñaumentan de grosor-, al unísono de un aumento de volumen de las cavidades, es decir, el índice masa/volumen permanece inalterado. El corazón asume forma globosa. En realidad el aumento cardíaco está relacionado con el desarrollo corporal.
No ocurre lo mismo en el caso, por ejemplo, de un corazón hipertrófico de una persona hipertensa. El corazón aumenta de tamaño sobre un lecho vascular de alta resistencia, en constricción, no dilatado como en el caso de los atletas. El corazón toma una forma cónica truncada, no globulosa. Además, estos corazones, si no hay una terapia eficaz, decaen en su capacidad sistólica o de bombeo.
¿Es igual la condición en todos los atletas?
No. Los atletas aeróbicos, como los corredores, ciclistas, nadadores, futbolistas, desarrollan el corazón de atletas más fácilmente que los atletas estáticos o isométricos, como los levantadores de pesas y luchadores.
¿Les crea problemas a los atletas un corazón grande?
No, pero deben tener precaución a la hora del retiro como atleta, cuando ya abandonan un deporte de competición. Un corazón “acostumbrado” a la actividad física competitiva se debe “desentrenar” paulatinamente.
Dr. Ernesto Diaz Alvarez.
Cardiologo-Ecocardiografista.
¿Por qué debemos conocer este cambio fisiológico?
Porque la modificación del corazón para responder adecuadamente a un exceso de ejercicio se debe diferenciar de los cambios que sufre ese órgano en los procesos patológicos.
¿Quién se ocupa de establecer esta diferencia?
Es el cardiólogo clínico quien debe establecer el diagnóstico diferencial, pues se puede confundir un corazón de atleta con un corazón patológicamente aumentado de tamaño por cualquier anomalía hipertensiva, valvular, miocárdica o sistémica. El aumento de tamaño del corazón de un atleta es un estado que le permite al deportista entrenado realizar un mayor trabajo, con relación al que no practica un deporte de alta competición.
En el año 1899 el médico sueco Henschem fue el primero en describir esta situación, luego de evaluar a los atletas de los primeros juegos olímpicos de la época moderna, en 1896, Grecia. Con el advenimiento de la radiografía y el electrocardiograma empezó a estudiarse mejor la condición denominada “corazón de atleta”. Pero fue con el ecocardiografía que se evaluó más profundamente esta situación donde predomina un agrandamiento de todas las cavidades cardíacas y de los grandes vasos, con la finalidad de aumentar el bombeo de sangre hacia una estructura esquelética en alta demanda de oxígeno y nutrientes.
¿Son iguales los corazones crecidos, tanto los de atletas como los de las personas enfermas del corazón?
En lo absoluto. El corazón de un atleta crece fisiológicamente por un exceso de demanda corporal, sobre un lecho vascular dilatado, de baja resistencia. Las paredes del corazón de atleta se hipertrofian ñaumentan de grosor-, al unísono de un aumento de volumen de las cavidades, es decir, el índice masa/volumen permanece inalterado. El corazón asume forma globosa. En realidad el aumento cardíaco está relacionado con el desarrollo corporal.
No ocurre lo mismo en el caso, por ejemplo, de un corazón hipertrófico de una persona hipertensa. El corazón aumenta de tamaño sobre un lecho vascular de alta resistencia, en constricción, no dilatado como en el caso de los atletas. El corazón toma una forma cónica truncada, no globulosa. Además, estos corazones, si no hay una terapia eficaz, decaen en su capacidad sistólica o de bombeo.
¿Es igual la condición en todos los atletas?
No. Los atletas aeróbicos, como los corredores, ciclistas, nadadores, futbolistas, desarrollan el corazón de atletas más fácilmente que los atletas estáticos o isométricos, como los levantadores de pesas y luchadores.
¿Les crea problemas a los atletas un corazón grande?
No, pero deben tener precaución a la hora del retiro como atleta, cuando ya abandonan un deporte de competición. Un corazón “acostumbrado” a la actividad física competitiva se debe “desentrenar” paulatinamente.
Dr. Ernesto Diaz Alvarez.
Cardiologo-Ecocardiografista.
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