Los especialistas advierten de que realizar una carrera popular sin entrenamiento adecuado ni revisión médica previa puede entrañar riesgos para la salud
- Autor:CLARA BASSI
Las carreras populares, triatlones o maratones cada vez congregan a más participantes que se apuntan a correr en estos eventos deportivos, más si están organizados por una buena causa. Pero correr solo un día, sin un control médico previo y sin una preparación física adecuada, puede resultar peligroso para el corazón, sobre todo de quienes superan los 35 o 40 años, edades a partir de las que aumenta el riesgo cardiovascular. A continuación se detallan qué medidas hay que tener en cuenta al hacer deporte aficionado para prevenir al máximo los riesgos para la salud y el corazón.
El 75% de las personas que practican deporte dicen hacerlo por su cuenta y solo el 19% afirman realizarlo como integrantes de un club, asociación, organización o federación, según datos de la última encuesta de hábitos deportivos en España, de 2010, realizada por el Consejo Superior de Deportes y el Centro de Investigaciones Sociológicas.
Aunque el hábito de practicar ejercicio es saludable, las cosas cambian cuando se lleva a cabo por libre y sin control. Nuevos datos lo evidencian: menos del 2% de las personas que se someten a un examen médico-deportivo de forma voluntaria corresponden a este perfil de deportistas aficionados o por libre, según la actividad de la Unidad de Medicina Deportiva (UME) del Hospital de San Rafael, de Barcelona. El 98% son deportistas federados y, entre ellos, casi todos, futbolistas que deben pasar de manera obligatoria por estas pruebas. Estas cifras ponen de manifiesto que la mayoría de la población que practica deporte por su cuenta lo hace desprotegida, sin saber si el ejercicio físico entraña algún riesgo para su salud y su corazón.
Esta es una práctica habitual en los participantes de carreras deportivas, triatlones y maratones, que salen a correr por una causa justa. Para muchos, es la excusa perfecta para reconciliarse con el ejercicio físico y piensan que podrán hacerlo fácilmente porque a los 20 años eran buenos en algún deporte. Sin embargo, la forma física se pierde y volver a practicar ejercicio de repente, solo por un día, después de mucho tiempo (a veces años) de inactividad, sin una revisión médico-deportiva y una buena preparación física previas, entraña riesgos de diversa consideración para la salud.
Ahora bien, ¿cada cuánto y dónde debe llevarse a cabo esta evaluación médico-deportiva? En referencia a la periodicidad, las federaciones fijan los límites para los deportistas federados, pero para los aficionados que van por libre no hay una norma fija. Bosch aconseja realizar una consulta antes de empezar a practicar deporte y después una revisión entre cada dos y cinco años(nunca más allá de los cinco años). Asimismo, si una persona nota más fatiga que antes o que le cuesta respirar, también es conveniente que no espere dos años más, para la siguiente revisión, sino que acuda antes.
En cuanto a dónde desarrollar estos exámenes médico-deportivos, "las personas con la formación más adecuada para llevarlos a cabo son los profesionales de Medicina del Deporte, por lo que sería bueno que los gimnasios, que realizan muchas de estas evaluaciones, se vinculasen a las Unidades de Medicina del Deporte. Lo idóneo es que las personas que requieran estas evaluaciones se dirijan a una de estas unidades", informa Bosch.
Esta revisión médico-deportiva incluye la elaboración de la historia clínica del deportista profesional o aficionado, en la que se recoge si tiene algún riesgo conocido para la salud o antecedentes familiares (de riesgo cardiaco, hipertensión, etcétera); una evaluación del estado básico del individuo (talla, peso, etc.), así como una primera valoración de su sistema osteomuscular (musculatura y flexibilidad); y un electrocardiograma de reposo, avalado por la Federación Española de Medicina del Deporte, que aporta información sobre cómo está el corazón.
Además, según la situación de partida, se pueden añadir una espirometría, para valorar la situación de los pulmones, y un electrocardiograma de esfuerzo, consistente en colocar electrodos por distintos puntos del cuerpo (brazos y extremidades) para ver cómo responde el corazón mientras la persona se mueve sobre un andador mecánico o una bicicleta estática.
Aunque el hábito de practicar ejercicio es saludable, las cosas cambian cuando se lleva a cabo por libre y sin control. Nuevos datos lo evidencian: menos del 2% de las personas que se someten a un examen médico-deportivo de forma voluntaria corresponden a este perfil de deportistas aficionados o por libre, según la actividad de la Unidad de Medicina Deportiva (UME) del Hospital de San Rafael, de Barcelona. El 98% son deportistas federados y, entre ellos, casi todos, futbolistas que deben pasar de manera obligatoria por estas pruebas. Estas cifras ponen de manifiesto que la mayoría de la población que practica deporte por su cuenta lo hace desprotegida, sin saber si el ejercicio físico entraña algún riesgo para su salud y su corazón.
Esta es una práctica habitual en los participantes de carreras deportivas, triatlones y maratones, que salen a correr por una causa justa. Para muchos, es la excusa perfecta para reconciliarse con el ejercicio físico y piensan que podrán hacerlo fácilmente porque a los 20 años eran buenos en algún deporte. Sin embargo, la forma física se pierde y volver a practicar ejercicio de repente, solo por un día, después de mucho tiempo (a veces años) de inactividad, sin una revisión médico-deportiva y una buena preparación física previas, entraña riesgos de diversa consideración para la salud.
Riesgos para la salud en competiciones populares
En estas competiciones, los corredores amateurs pueden sufrir desde lesiones y desmayos sin importancia hasta arritmias y otros episodios de gravedad e, incluso, morir. Por esta razón, "siempre que se vaya a realizar una actividad deportiva nueva e intensa, como salir a correr por cuenta propia, una carrera popular, un triatlón o un partido de fútbol en un 'día de costillada', es necesario someterse a una evaluación médico-deportiva previa, sobre todo si la persona es un adulto que tiene entre 35 y 40 años", advierte Joan Bosch, médico especialista de la Unidad de Medicina Deportiva (UME) del Hospital de San Rafael, de Barcelona.Los corredores amateurs pueden sufrir lesiones, desmayos e, incluso, arritmias y morirEsto se debe a que las personas que superan los 35 años y las que tienen más de dos factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión arterial, colesterol elevado, diabetes, tabaquismo, obesidad o sedentarismo, entre otros, tienen más riesgo cardiovascular durante el ejercicio físico o las siguientes horas. Así, entre el 74% y el 94% de las muertes súbitas de deportistas profesionales y aficionados ocurren durante las 24 horas posteriores a la práctica deportiva, según datos de la UME del Hospital de San Rafael.
Revisión médico-deportiva y entrenamiento previos
A tenor de los riesgos que supone el deporte sin control, "el mensaje que hay que difundir es, 'antes de hacerlo, piénsalo': además de la revisión médico-deportiva, hay que entrenarse y es posible que, en ciertos casos, incluso haga falta un preparador. Hay que ejercitarse cada semana, dos o tres veces, y el entrenamiento previo a cualquier actividad de intensidad media debe iniciarse al menos dos meses antes. Y, cuanto más tiempo se prepare uno, mejor", puntualiza Bosch.Ahora bien, ¿cada cuánto y dónde debe llevarse a cabo esta evaluación médico-deportiva? En referencia a la periodicidad, las federaciones fijan los límites para los deportistas federados, pero para los aficionados que van por libre no hay una norma fija. Bosch aconseja realizar una consulta antes de empezar a practicar deporte y después una revisión entre cada dos y cinco años(nunca más allá de los cinco años). Asimismo, si una persona nota más fatiga que antes o que le cuesta respirar, también es conveniente que no espere dos años más, para la siguiente revisión, sino que acuda antes.
En cuanto a dónde desarrollar estos exámenes médico-deportivos, "las personas con la formación más adecuada para llevarlos a cabo son los profesionales de Medicina del Deporte, por lo que sería bueno que los gimnasios, que realizan muchas de estas evaluaciones, se vinculasen a las Unidades de Medicina del Deporte. Lo idóneo es que las personas que requieran estas evaluaciones se dirijan a una de estas unidades", informa Bosch.
Esta revisión médico-deportiva incluye la elaboración de la historia clínica del deportista profesional o aficionado, en la que se recoge si tiene algún riesgo conocido para la salud o antecedentes familiares (de riesgo cardiaco, hipertensión, etcétera); una evaluación del estado básico del individuo (talla, peso, etc.), así como una primera valoración de su sistema osteomuscular (musculatura y flexibilidad); y un electrocardiograma de reposo, avalado por la Federación Española de Medicina del Deporte, que aporta información sobre cómo está el corazón.
Además, según la situación de partida, se pueden añadir una espirometría, para valorar la situación de los pulmones, y un electrocardiograma de esfuerzo, consistente en colocar electrodos por distintos puntos del cuerpo (brazos y extremidades) para ver cómo responde el corazón mientras la persona se mueve sobre un andador mecánico o una bicicleta estática.
Utilidad de las revisiones predeportivas
Someterse a una revisión de salud en una Unidad de Medicina Deportiva puede ayudar tanto a mejorar la salud como el rendimiento físico. Según la UME del Hospital de San Rafael, con estas revisiones, se puede conseguir lo siguiente:
- Preservar la seguridad de la práctica deportiva.
- Detectar enfermedades o alteraciones físicas que conviertan realizar ejercicio físico en un riesgo para la salud en general (o del corazón en particular).
- Identificar patologías que limiten la práctica deportiva.
- Satisfacer los requerimientos legales para hacer deporte.
- Plantear una estrategia terapéutica y/o de rehabilitación para patologías.
- Prevenir lesiones músculo-esqueléticas como una patología de pies o trastornos de la marcha.
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