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domingo, 2 de septiembre de 2012

LA PRIMERA PAREJA, EL PRIMER AMOR.

La adolescencia

La primera pareja, el primer amor. La adolescencia es un periodo de descubrimiento en el que se experimentan nuevos sentimientos y sensaciones intensas. En la que empiezan a preocuparnos aspectos que antes no contemplábamos como por ejemplo el atractivo físico o la capacidad para ser aceptado como pareja.
 
La primera pareja
Durante la adolescencia experimentamos cambios hormonales que harán que vivamos la sexualidad y la atracción sexual de forma muy distinta a como lo hacíamos en la infancia. Empezaremos además a crear vínculos más estrechos en nuestro entorno, más allá del núcleo familiar. Estos dos hechos determinarán el inicio de las relaciones de pareja. Comenzamos a preocuparnos por aspectos que hasta el momento nos habían pasado inadvertidos como puede ser el atractivo físico, el atractivo sexual o la capacidad para ser aceptado como pareja.
 
El primer amor
Antoine de Saint-Exupery, autor de El Principito, decía que al primer amor se le quiere más pero a los otros se les quiere mejor. Si bien es cierto que el primer amor se vive con intensidad y esa 'magia' especial, también es verdad que la inexperiencia puede llevarnos a cometer errores durante este primer enamoramiento.
Son frecuentes en esta etapa los amores llevados en silencio, amores no correspondidos, amores obsesivos o poco realistas e incluso destructivos.
Es fácil que el primer amor se "sufra" en lugar de que se disfrute. Son pocos los adolescentes que logran que este primer amor se convierta en una verdadera relación de pareja y se mantenga a lo largo del tiempo.
En ocasiones todavía no tenemos muy claro lo que queremos ni tan siquiera cómo somos y los frecuentes cambios de humor propios de la etapa adolescente hacen que la relación pueda sufrir altibajos. En cualquier caso, si el primer amor no llega a buen puerto hay que tener claro que ahí no se acaba la vida.
 
La primera relación sexual
Es un hecho que la sociedad actual da una gran importancia a esta primera relación y la capacidad que tiene de condicionar nuestra vida sexual futura. Por este motivo es muy importante que el adolescente no se vea empujado a tener una primera relación sexual sólo por la presión del grupo, por una preocupación excesiva sobre la opinión que sobre él o ella tengan sus amigos o compañeros.
La decisión de iniciar las relaciones sexuales ha de ser un acto voluntario y responsable.
Es frecuente además que la primera relación tenga lugar en unas condiciones particulares que no suelen ser las más adecuadas. Rapidez, incomodidad, miedos o inseguridad hacen en ocasiones que esta primera experiencia no resulte del todo satisfactoria. No hay que preocuparse. Sólo si los problemas persisten pasado un tiempo, hay que consultar con un especialista que determinará si existe realmente un trastorno que requiera tratamiento.
 
¿Qué precauciones se han de tomar?
La sexualidad irresponsable puede comportar graves consecuencias: un embarazo no deseado o una enfermedad de transmisión sexual. Por ello es importante que nos informemos bien sobre los métodos anticonceptivos de que disponemos así como la forma de evitar la transmisión de enfermedades sexuales antes de mantener relaciones sexuales.
En ocasiones los adolescentes se sienten invulnerables hacia este tipo de problemas y puede llevar a una actitud irresponsable: "a mí no va a pasarme". Debemos ser conscientes que si no tomamos las precauciones debidas estaremos expuestos a estos riesgos que pueden llegar a condicionar gravemente nuestro futuro.
Es importante por lo tanto tomar precauciones y estar bien informados y asesorados.
 
Anticoncepción: Métodos y dónde informarse
Existen numerosos métodos anticonceptivos que podemos escoger, siempre asesorados por un profesional: preservativo, DIU, diafragma o esponja vaginal con espermicida, anticonceptivos hormonales, etc. El preservativo tiene la ventaja de que además de ser un método anticonceptivo, protege de las enfermedades de transmisión sexual.
Los anticonceptivos hormonales más conocidos son los anticonceptivos orales (la "píldora") a la que han seguido anticonceptivos inyectables, parches y, últimamente, el anillo vaginal. Es un anillo de plástico flexible, que se inserta fácilmente dentro de la vagina. Allí permanece durante 3 semanas liberando una dosis de hormonas muy baja. No precisa recordar la toma cada día, por lo que resulta discreto y cómodo.
El coito interrumpido puede alterar la sexualidad y no es seguro como anticonceptivo. La vasectomía o la ligadura de trompas deben considerarse, hoy por hoy, métodos de difícil reversibilidad por lo que no se recomiendan en la adolescencia.
El tratamiento postcoital o "píldora del día después" no es, en sentido estricto, un método anticonceptivo, sino un método de urgencia para evitar un embarazo no deseado. Debe ser prescrito por personal sanitario y, en ningún caso, debe constituir un recurso habitual.
Es importante que antes de tomar la decisión consultemos a un profesional, quien, en función de nuestras necesidades y hábitos sexuales, nos indicará cuál es el método anticonceptivo que más nos conviene. La información sobre anticoncepción no debe ser proporcionada sólo por amigos o familiares.
Para recibir esta información o asesoramiento podemos acudir al Centro de Salud o Centro de Planificación Familiar que nos corresponda. Algunas comunidades tienen programas específicos para jóvenes.
 
El embarazo en la adolescencia
El embarazo puede ser una experiencia maravillosa cuando se desea y nos encontramos preparados para ello o convertirse en una difícil experiencia cuando se trata de un embarazo no deseado en una adolescente.
Las adolescentes deben saber que la posibilidad de un embarazo existe desde el inicio de la vida fértil de una mujer -desde la primera regla o, a veces, incluso un poco antes. Para evitar un embarazo no deseado no es necesario reprimir la sexualidad, pero sí prepararse y responsabilizarse de ella.

Enfermedades de transmisión sexual
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) están causadas por microorganismos que se transmiten mediante las relaciones sexuales, aunque no de forma exclusiva.
Las principales vías de contagio son las mucosas de los genitales, la boca y el ano, por lo que el riesgo existe ante cualquier tipo de relación coital, tanto vaginal como oral o anal.
Las principales ETS son la sífilis, gonorrea, herpes, gardnerella, tricomonas, ladillas, hepatitis B, papiloma, clamidias y SIDA.

Los síntomas son muy variables según cada enfermedad. Pueden incluir picor, escozor al orinar, erupciones en los genitales o inflamación de los ganglios de la ingle.
Algunos síntomas no son detectables al inicio, por lo que la infección puede extenderse a otras partes del organismo mientras la persona infectada sigue propagando la enfermedad sin ser consciente de ello.
Es fundamental efectuar un tratamiento lo antes posible, para evitar secuelas que pueden ser permanentes. En la actualidad no todas las ETS tienen cura pero para aquellas que no la tienen al menos se pueden calmar los síntomas.
Si se diagnostica una ETS es importante avisar a la pareja o parejas con quienes se haya mantenido contacto sexual últimamente y recomendarles que acudan al médico, aunque no tengan síntomas.
La mejor manera de evitar las ETS es prevenirlas usando preservativo y cuidando las prácticas de riesgo. Ante cualquier duda, se puede acudir al médico de atención primaria, a especialistas en ginecología, dermatología o urología o a un Centro de Planificación Familiar.
Falsos mitos, curiosidades e informaciones sobre sexualidad y anticoncepción.
Un mito sexual es una idea errónea o no del todo cierta acerca del sexo, que se ha extendido en la sociedad y que se da por cierta sin ser puesta a prueba. Algunas de ellas pueden llegar incluso a condicionar nuestra vivencia de la sexualidad.
Cualquier creencia que nos haga sentir mal, fuera de la normalidad, culpables o inseguras respecto a cualquier faceta de nuestra sexualidad, conviene que sea consultada con un profesional.
La sexualidad es para disfrutarla, no para que se convierta en un examen o en una carga más de nuestra vida.

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