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martes, 4 de septiembre de 2012

LA CONCENTRACIÓN

En muchas ocasiones hemos oído a nuestros entrenadores, preparadores deportivos o profesores de deporte, frases como “no pierdas la concentración”, “mantén la atención, no te distraigas”, “deja de pensar en otra cosa y céntrate en lo que estamos haciendo”, etc . Todas estas frases se refieren a un mismo tema, la concentración y la atención a la hora de practicar una actividad deportiva, estemos realizando un deporte de alta competición o estemos aprendiendo un paso de aeróbic para mantenernos en forma. La concentración, por tanto, es un aspecto importante a tener en cuenta, no sólo en el momento de la competición, sino en la fase de aprendizaje y entrenamiento. Siendo cierto que oímos frases como las anteriormente descritas, más cierto es que en muchos casos ni entrenador ni deportista saben exactamente a que se refieren, ni cómo deben actuar en ese momento donde alguien les alerta sobre la pérdida de concentración. Esto es debido a que en muchas ocasiones damos por hecho que sabemos y podemos controlar la concentración de forma innata.
Pero debemos tener en cuenta que el grado de capacidad de relajación, concentración o motivación no es innato. Son aspectos que debemos conocer, trabajar y entrenar. En el artículo de este mes vamos a abordar la importancia de la concentración y la atención a la hora de obtener un buen rendimiento, así como algunas técnicas para trabajarla y controlarla.

Definimos la concentración como la capacidad de dirigir la atención a un solo objeto. Acto de abstraerse de todo estímulo parásito que altere la atención al objeto. La atención es el proceso a través del cuál seleccionamos algún estímulo de nuestro ambiente, es decir, nos centramos en un estímulo de entre todos los que hay a nuestro alrededor e ignoramos todos los demás. Solemos prestar atención a aquello que nos interesa, ya sea por las propias características del estímulo (tamaño, color, forma, movimiento…) o por nuestras propias motivaciones. Así pues, la atención y el interés están íntimamente relacionados, al igual que la atención y la concentración.

El trabajo de la concentración está basado en aprender a focalizar nuestra atención en los estímulos relevantes y dejar a un lado los estímulos irrelevantes. Así en deportes que se caracterizan fundamentalmente por la correcta posición, como es el tiro con arco, la focalización de la atención va dirigida fundamentalmente a la postura, la sujeción del arma y la acción de disparo.Todos estos aspectos pueden ser trabajados, entrenados y controlados por el deportista. Para ello el entrenador debe conocer las diferentes técnicas de trabajo de estos y las capacidades atencionales de cada uno de sus deportistas.

En primer lugar, para trabajar la atención, es conveniente conocer y evaluar el nivel de atención que posee el deportista, el tipo de concentración que requiere para la práctica de su deporte y conocer como focaliza su atención. Para ello existen diferentes técnicas, a modo de ejemplo, podemos nombrar el cuestionario presentado por el Consejo Superior de Deportes en el cual se realiza la evaluación de diferentes variables psicológicas para deportes individuales, entre las que se encuentra el control atencional y la capacidad de visualización, es decir, el nivel de concentración del deportista.

Nideffer propone una clasificación de la concentración que se basa en dos dimensiones: la amplitud y la dirección. La amplitud hace referencia a la cantidad de información a la que atiende una persona en un momento dado y la dirección que consiste en dirigir la atención hacia dentro o hacia fuera del deportista.Combinando estas dos dimensiones, obtenemos cuatro estilos diferentes de concentración. Cada situación deportiva requiere un tipo o estilo de concentración, pero en algunos deportes se combinan en función del momento en el que nos encontremos de ejecución varios etilos. Por ello, el deportista debe conocer las diferentes técnicas.

Si conseguimos detectar a través de la evaluación el estilo atencional del deportista, y este conoce las diferentes técnicas, el trabajo del entrenador consistirá en adaptar a las diferentes fases de la actividad deportiva, la técnica atencional que más se adecue al estilo atencional del deportista. De forma que pueda obtener el mejor rendimiento del deportista en cada momento de la ejecución de la actividad deportiva.Controlar la atención y mantener los niveles de concentración es relativamente sencillo dentro de una situación controlada, en donde los estímulos externos prácticamente son inexistentes y el nivel de presión es bajo.

Numerosas investigaciones muestran que existe una relación inversa entre el nivel de ansiedad o estrés y el grado de atención. En esos momentos donde hay mucha presión o estrés, las respuestas fisiológica que damos como sudoración, tasa cardiaca, tensión muscular, etc, deterioran nuestra atención. Cuando la situación de estrés produce un bloqueo mental al deportista, el cual se ve incapaz de volver al nivel atencional requerido para la correcta ejecución de la actividad deportiva, sólo el psicólogo deportivo o el entrenador pueden hacer que vuelva una situación de control. Pero lo importante es evitar que se produzca esta pérdida de control atencional por parte de nuestro deportista, ya que en ocasiones será difícil o imposible recuperarlo. Con un programa adecuado de entrenamiento psicológico, podemos ayudarle a obtener estrategias para reducir la frecuencia y la intensidad de los bloqueos atencionales y conseguir dominarlos y controlarlos, de forma que no interfieran en su rendimiento deportivo.

Como hemos dicho anteriormente, lo primero a la hora de entrenar la concentración es evaluar el nivel atencional del deportista, de manera que conozcamos sus puntos débiles y sus puntos fuertes. Asimismo, tenemos que tener muy presente la actividad física que va a realizar y las destrezas necesarias para la ejecución de dicha actividad y conocer donde debemos dirigir y focalizar la atención. La aplicación personalizada a cada deportista y a su deporte, corresponde al psicólogo deportivo, que junto con el entrenador deberá enseñarle a conocer los diferentes estilos atencionales y a qué estímulo debe dirigir su atención, así como controlar sus respuestas de estrés.

Técnicas tales como, trabajar la concentración en la respiración, focalizar figuras geométricas, ensayo de experiencias de competición imaginada, ensayos mentales, escuchas dicotómicas o expansión de la conciencia, son algunas de las técnicas que existen a la hora de trabajar antes de la competición los niveles atencionales e intentar así obtener mayores rendimientos en la realización de la actividad deportiva.

Para poder preparar a sus deportistas, es importante que el entrenador conozca por medio de un especialista del entrenamiento psicológico todas las técnicas anteriormente nombradas, así como las diferentes técnicas de evaluación que le permitan conocer el estilo atencional de cada uno de ellos.

Un deportista preparado psicológicamente sabrá reconducir su atención, manteniendo unos altos niveles de concentración y así, dirigir su atención a una correcta ejecución consiguiendo, dentro de sus posibilidades, el máximo nivel de actuación.

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