En mi experiencia como entrenador personal en varios gimnasios, me doy cuenta del esfuerzo que supone, para mucha gente que acaba de empezar, mantener la rutina del entrenamiento. Bien porque van al gimnasio por recomendación médica, o bien porque no se sienten cómodos con su cuerpo, empiezan a acudir al gimnasio “obligados”.
Incluso bajo esa obligación se suele empezar con ilusión las primeras semanas pero, pasadas 2-3 semanas cualquier evento que surja en tu vida va a ser la mejor excusa para no ir ese día al gimnasio.
Que tengo que llevar el coche al talle, pues hoy no entreno, que hoy tengo que recoger a los niños del cole, pues hoy no entreno….
Vamos a ver unos pequeños trucos para hacer de tu entrenamiento un elemento más de tu vida cotidiana como comer o ir a trabajar.
Poco a poco:
Es muy importante que no empieces a entrenar a la máxima intensidad, y menos si nunca has entrenado entes. Te cansarás antes de tiempo, y al día siguiente te sentirás arrepentido de haber comenzado a entrenar poniendo como excusa que no estás preparado para sufrir de esa manera.
Tienes que pensar que los primeros días son de adaptación para tu cuerpo. Que para que éste se adapte tiene que ir entrando en rutina poco a poco, sin excesos.
Aunque quieras empezar a entrenar los 7 días de la semana para notar los efectos cuanto antes, debes empezar yendo al gimnasio 2 ó 3 días para ir acostubrándote.
Actividad con buen ojo:
Si has decidido empezar con clases colectivas, infórmate bien en qué consiste cada una. El fallo de mucha gente es que se mete en la primera que ve o la que coincide con su hora de llegad al gimnasio. Si no le gusta, suele generalizar y pensar que las clases colectivas no son lo suyo.
Pregunta a tu monitor cuál es la clase que más se adapta a ti y a tu perfil de entrenamiento.
Si por el contrario optas por la sala de pesas y máquina, estamos un poco en lo mismo. No te lances a hacer lo que veas hacer a los demás. Habla con el monitor, explícale por qué te has apuntado al gimnasio, y el te diseñará una rutina adaptada a ti.
Rutinas con doble filo:
Las rutinas de ejercicios que te hace el monitor del gimnasio están muy bien porque te despreocupas de lo que tienes que hacer cuando llegues al gimnasio y sabes que lo que haces es lo correcto para ti. Pero por otro lado….cuánto duran esas tablas?
Hay gimnasios en los que te hace una tabla cuando empiezas y a los 4 años sigues con ella. Bueno, eso si llegas a los 4 años porque pasado dos meses, si sigues haciendo la misma rutina el cuerpo se va a acostumbrar y te vas a aburrir de hacer siempre lo mismo.
Por esa razón pide a tu monitor que te modifique la rutina cada 5 ó 6 semanas con nuevos ejercicios que puedan suponer un reto para ti.
Paciencia:
Tú quieres resultados, y los vas a tener. Tanto el trabajo de fuerza como el de pérdida de peso no tienen resultados de la noche a la mañana. Entrena duro, come bien, y no pasará mucho tiempo hasta que notes los cambios. Si te obsesionas con la báscula, no estarás prestando la atención adecuada a tu entrenamiento y querrás hacerlo todo deprisa y corriendo.
Usa la báscula SÓLO una vez a la semana, el mismo día, a la misma hora. El resto de la semana céntrate en tu entrenamiento.
Cuando entrenes piensa en cómo te sientes, en lo que estás logrando, y en cómo te sientes después. Olvídate de si ganas o pierdes peso. El ejercicio también es divertido!
Rutina:
Como su nombre indica, el ejercicio tiene que convertirse en una rutina. En tu vida diaria dormirás, comerás, irás a trabajar, y acudirás al gimnasio.
ÁLVARO PEDROCHE
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