Una de las dietas más populares de este año ha sido La dieta de los dos días (Temas de Hoy), diseñada por la doctora Michelle Harvie y el profesor Tony Howell. Su autores trabajan en el Centro Génesis para la Prevención del  Cáncer de Mama, que forma parte del sistema nacional de salud británico, y elaboraron la dieta como parte de un programa de prevención de la enfermedad, ya que el peso es uno de los factores de riesgo principales para contraer ésta.
No debe confundirse esta dieta con el régimen 5:2, considerado por muchos una dieta milagro, que empuja a sus seguidores a ayunar casi por completo durante dos días para comer lo que se quiera el resto de la semana. La dieta de Harvie y Howell, aunque parte de un principio similar, es mucho menos radical. La dieta de los dos días supone restringir la ingesta de proteínas; e ingerir grasas saludables, fruta y verduras durante dos días consecutivos cada semana. Durante los cinco días restantes, consumes una dieta equilibrada de estilo mediterráneo.
Dado que para seguir esta dieta debemos cuidar nuestra alimentación para los cinco días “no restringidos” el libro da una serie de consejos para no salirnos del tiesto cuando vamos a comer fuera, que es cuando más posibilidades tenemos de arruinar el régimen. Aunque los consejos están pensados para esta dieta, sirven en realidad para cualquiera, pues sencillamente nos ayudarán a no comer en exceso cuando estamos fuera de casa.
1. Infórmate
Las comidas fuera de casa normalmente son más copiosas y más ricas en calorías que las comidas en casa y a menudo contienen grandes cantidades de grasa oculta. Sin embargo, cada vez hay más restaurantes y establecimientos de comida para llevar que informan a sus clientes del contenido calórico de sus alimentos, con el fin de ayudarlos a escoger las opciones más sanas. Por tanto, debes utilizar esta información si está disponible.
2. Evita los menús y, por supuesto, los bufés
Trata de evitar los menús de precio fijo, ya que podrías acabar comiendo más platos y calorías de los que necesitas o deseas sólo porque están incluidos en el precio. De igual manera, debes evitar los restaurantes del tipo “todo lo que puedas comer”, ya que la tentación de llenar el plato, sólo porque puedes, posiblemente sea demasiado fuerte.
3. No vayas a comer fuera en ayunas
No pases hambre durante todo el día antes de salir a comer, ya que podrías comer en exceso cuando acabes sentado delante del plato.
4. Comparte
Reparte los menús con tus acompañantes, para que así no caigas en la tentación de comer en exceso.
5. Elige bien
Pide tal vez sólo dos entrantes en lugar de un entrante y un plato principal y ten cuidado con las salsas, que suelen tener muchas calorías. Si tienes dudas pide que te las sirvan aparte.
6. Sé exigente
No tengas miedo de pedir exactamente lo que quieres, solicitando que se adapte el menú. Muchos restaurantes estarán encantados de hacerlo. No tengas miedo de preguntar cómo se cocina la comida, si no está claro en el menú. Muchos camareros estarán encantados de explicarte los detalles.
7. No piques antes de comer
Ten cuidado de no picar demasiado antes de que te sirven la comida, como pan impregnado en aceite de oliva, patatas fritas, pan de pita o crackers de gambas, ya que añaden muchas calorías adicionales.
8. Más agua, menos vino
Bebe mucha agua y menos vino. El agua normal de grifo te ahorrará dinero en la cuenta, además de mantener a raya la cifra de calorías.
9. Evita siempre estos ingredientes y preparaciones
Las siguientes palabras y frases significan que se han añadido una cantidad adicional de grasa y de calorías: à la crème, augratin, rebozado, Béarnaise, bechamel, beurreblanc, empanado, mantequilla, crujiente, salsa de queso, cordonbleu, a la crema, en croûte, escalope, hojaldrado, florentino, frito, hollandaise, meunière, Milanese, revuelto, Parmigiani, rico, sauté, tempura.