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martes, 3 de marzo de 2015

ARTRITIS Y EJERCICIO FÍSICO, RECOMENDABLE O PELIGROSO

artritis y ejercicioLas investigaciones en los últimos años han añadido una gran cantidad de ventajas a la lista de beneficios producidos por la práctica regular de actividad física, también para patologías o enfermedades comunes en la sociedad. Entre ellas se encuentra la artritis que afecta principalmente a mujeres entre 40 y 50 años de edad aunque todo el mundo está bajo riesgo de sufrirla. Ante la pregunta que titula este artículo podríamos afirmar rotundamente que el ejercicio sí es compatible con la artritis en sus distintas manifestaciones, aunque siempre con unas pautas como sucede con el deporte en hipertensos o en diabéticos. Vayamos un poco más allá.
En primer lugar definamos qué es la artritis. Se trata de un conjunto de síntomas producidos por una inflamación en las distintas articulaciones del cuerpo, más concretamente en la membrana sinovial de la propia articulación que permite el movimiento en los diferentes ejes. Podemos encontrar más de 100 tipos de artritis con un denominador común en la mayoría de ellas, y es que el ejercicio será beneficioso para quien la sufra.
Antes de saber por qué es recomendable la actividad en personas que la padecen, vayamos a las causas relacionadas con el ámbito deportivo. Muchas de las pruebas exigen poner al límite al organismo, un extremo que perjudica tanto como el contrario (la vida sedentaria) Maratones, Iron Man, carreras de obstáculos de larga duración… Aunque queramos, y debamos, dar lo máximo de nosotros siempre hay que andar con cuidado por las consecuencias negativas que se pueden derivar.
Las causas por las cuales los médicos, fisioterapeutas y profesionales del ejercicio recomiendan el deporte para la artritis pueden resumirse en los siguientes puntos:
artritis
  • Refuerza el sistema esquelético.
  • Retarda la degeneración ósea.
  • Fortalece los músculos encargados de proteger las articulaciones adyacentes.
  • Mayor rango de movimiento.
  • Control de peso para que las articulaciones no se vean perjudicadas.
La pauta que mejor definirá el tipo de entrenamiento que realices es saber escuchar a tu cuerpo. Si padeces artritis nunca llegues a un umbral de dolor que estimarás según tu experiencia y tu nivel de artritis. Recuerda que con el entrenamiento estamos ganando adaptaciones y que nos costará llegar a ellas, pero debemos parar en el momento en que nuestra percepción asimile negativamente el ejercicio o la carga llevada a práctica.
Si no se ha podido prevenir esta enfermedad inflamatoria lo mejor es aplicar un tratamiento cuanto antes compuesto por un equipo multidisciplinar entre los cuales se encuentre un entrenador que prescriba el ejercicio de forma correcta. El deporte puede ayudarte, y mucho, para tu artritis.
Javier F. López

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