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jueves, 14 de marzo de 2013

EJERCICIOS PARA DORMIR MEJOR

  Hacer ejercicio no solo nos sirve para ponernos en forma o para sentirnos y vernos bien, también nos ayuda a dormir mejor, por eso hoy vamos a contaros cinco prácticas deportivas con las que conseguir un buen descanso.


Al menos dos horas antes de ir a la cama

Cada ejercicio tiene su momento. Algunos consiguen que liberemos estrés y que por la noche lleguemos a la cama relajados y preparados para dormir, pero si son muy estimulantes debemos tener cuidado de practicarlos como mínimo dos horas antes de acostarnos, ya que el aumento de la frecuencia cardiaca y el sentirnos más activos, puede llevarnos al efecto contrario.
Entre ellos tenemos:
Salir a correr.
El ejercicio aeróbico moderado es uno de los más indicados para disfrutar de un buen sueño y salir a correr es una opción asequible que también nos servirá para mejorar nuestra salud cardiovascular, respirar mejor y quemar calorías. Otra de sus ventajas (si lo habéis probado ya os habréis dado cuenta), es que se libera mucho estrés.
Correr al aire libre, escuchando nuestra música favorita, resulta relajante y revitalizante a la vez. Al finalizar un buen baño y como nuevos, seguro que por la noche notamos la diferencia.

Natación
Efectos similares se consiguen también con la natación, que además nos permite aguantar más tiempo haciendo ejercicio sin notar tanto el esfuerzo dentro del agua, algo que sirve de ayuda a los que se han decidido a abandonar la vida sedentaria recientemente.
Pocos deportes resultan tan relajantes, desde que nos sumergimos en la piscina, hasta que abandonamos el recinto recién duchados, con el cuerpo deseando que llegue la hora de descansar en la mayoría de las ocasiones.

Caminar a diario
Independientemente de si realizamos otros ejercicios o no, salir a caminar a diario es una de las mejores formas de asegurarnos un sueño reparador por la noche. Podemos ir alternando el ritmo y variar la ruta para que resulte más entretenido, o incluso mejor todavía buscar algún amigo o grupo de personas con las que compartir el paseo.
Treinta minutos al día serán suficientes para notar mejoras físicas y psíquicas, nuestro cuerpo lo agradecerá y la rutina establecida contribuirá a vivir más relajados y descansar mejor.

Respiración profunda para un buen descanso

Con técnicas como el Pilates o el Yoga basadas en la respiración profunda conseguiremos olvidarnos de las preocupaciones del día y entrar en un estado de calma ideal para lograr un sueño reconfortante.
Aunque sean prácticas mucho más tranquilas, también es recomendable dejar un margen de unas dos horas desde su realización hasta el momento de ir a la cama, pero tenemos algunos ejercicios específicos que podemos hacer justo antes de dormir, con los que relajarnos al máximo.
Pilates desde la cama
Hay un ejercicio de Pilates muy suave para liberar tensiones que podemos reservar para practicar todas las noches antes de dormir. Solo tenemos que acostarnos boca arriba, flexionar las rodillas de forma que queden alienadas con las caderas y unir las manos por debajo de las mismas mientras contraemos ligeramente el estómago.
En esta postura expiramos mientras bajamos la rodilla derecha hasta el pecho e inspiramos repitiendo el mismo movimiento con la otra pierna, siempre despacio y con suavidad. Unas diez repeticiones serán suficientes para relajar la musculación y la mente.
Yoga: postura del muerto
La postura del muerto también conocida como Shavasana es la posición con la que se suelen finalizar las sesiones de Yoga, pero por sus efectos tranquilizadores también nos puede servir para dejar atrás todo el estrés del día e introducirnos en un sueño de lo más placentero.
Su nombre ya nos da una idea de como nos tenemos que colocar, boca arriba con los brazos extendidos, las piernas separadas dejando que los pies caigan abiertos de forma natural y las palmas de las manos hacia arriba. Estando así comenzamos a respirar despacio y profundamente, pero sin forzar, con los ojos cerrados y sintiendo que cada vez nos vamos hundiendo más y más en la cama, mientras todo el cuerpo se va destensando.
Una vez te acostumbras lo que resulta difícil es no dormirse antes de haber repetido unas diez respiraciones, si a eso le añadimos una media de unas dos horas y media de ejercicios como los que hemos comentado a la semana, en poco tiempo seguro que notamos como mejora la calidad de nuestro sueño y con él también nuestro rendimiento diario.

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