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martes, 4 de junio de 2013

MEDICINA: EL MAR

 

La ventaja de estar en la orilla del mar en vez de en un balneario de talasoterapia en casa o en la ciudad, es que te beneficias de los efectos conjuntos de sol, agua, arena, aire, etc. a la hora de mejorar tu salud.

Sol
El astro rey es el responsable de la vida sobre el planeta. Ejerce un efecto estimulante, aumenta la energía, nos pone morenos y favorece la síntesis de vitamina D. Además disminuye el apetito, tiene un efecto antibiótico y estimulante de las defensas y favorece el optimismo. Claro que no debemos olvidar sus efectos negativos, por lo que se deben tomar baños de mar y sol con fotoprotección adecuada, procurando evitar el sol entre las 12:00 y las 16:00, que es cuando más daña la piel.   Aires de mar
El mar no es sólo agua en movimiento, el aire que forma la brisa marina de las playas presenta unas condiciones muy especiales. Esa sensación de felicidad y tranquilidad que te invade cuando das un paseo por la playa se produce por la presencia de iones negativos que se generan con el oleaje continuo del mar.
Estos tienen un efecto relajante y antidepresivo, promueven la liberación del neurotransmisor serotonina que provoca la sensación de bienestar. A 100 m del mar llegan a contabilizarse 50.000 iones negativos en el aire por metro cúbico, mientras en las ciudades no suele pasar de 500. El agua y las sustancias salinas en suspensión crean un microclima húmedo con gotitas de agua y oligoelementos en suspensión que se pueden absorber a nivel pulmonar, como el yodo. Cuanto más agitado está el mar, mayor es el número de micropartículas en suspensión.
El ozono natural también es producido por el mar, actúa como purificador del aire por sus virtudes antisépticas.   Sales minerales y minerales
En el agua de mar se encuentran disueltos una gran cantidad de minerales y oligoelementos. El más abundante es el sodio, que da el sabor salado al agua y se encarga del control del reparto del agua en las células en la bomba de sodio/potasio que se ocupa de expulsar el sodio hacia el exterior. El sodio también es necesario para la conducción del impulso nervioso, haciendo posibles las contracciones musculares. Por esta razón el agua de mar es uno de los mejores tratamientos para recuperar los músculos y para rehidratarse adecuadamente después de un esfuerzo intenso, pues en 100 ml de sudor se pueden llegar a perder entre 75 y 250 mg de sodio. También abunda el potasio, que interviene junto al sodio y regula la cantidad de agua en las células. Otros elementos son el calcio, magnesio, azufre, silicio y yodo.   Arena
Un simple paseo descalzo por la orilla de la playa actúa como una sesión de masaje en los pies, las pequeñas partículas de la arena blanda actúan como una almohadilla natural que promueve el movimiento correcto del pie (talón-punta) y actúan como exfoliante natural en la planta de los pies. Si la playa es de piedras redondeadas, el paseo es más incómodo pero también es un sistema más efectivo al estimular con más intensidad la circulación sanguínea.   Altitud: nivel del mar
Si los deportistas suben a entrenar en altitud para aumentar el hematocrito, en el mar los efectos no son nada desdeñables: a nivel del mar disminuye la presión sanguínea y la tensión arterial, aumenta el número de glóbulos blancos responsables de la defensa, el nivel de hierro y se regulan los niveles hormonales, pues el sol favorece la producción de testosterona, hormona que favorece el crecimiento muscular. También hay que tener en cuenta que baja la tensión arterial y eso te puede hacer sentir con menos ganas de ejercitarte, efecto al que te sueles adaptar en unos días.   Humedad y temperatura
La elevada humedad que existe en las zonas cercanas al mar favorece la respiración y facilita el intercambio de gases en los pulmones. Además el agua ejerce un efecto termo-regulador, pues enfría rápidamente un cuerpo calentado por el sol durante el día, o calienta un cuerpo frío por la noche.

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