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martes, 4 de junio de 2013

POTENCIA SOBRE LA ARENA

 

Puede que no exista un ejercicio de propiocepción más sano y natural que andar por la arena de la playa. Pero, ¿quieres potenciar todo tu cuerpo haciendo un gimnasio de la costa?

Las opciones son múltiples. Existen tantas formas de correr por la playa como se te ocurran. Eso sí, vigila tus tobillos y rodillas para evitar lesiones provocadas por el terreno irregular, así como los objetos que puedan causarte alguna herida en la planta del pie. Cúbrete con un buen protector solar y… ¡a correr!

  • Trotar por la arena:  La dificultad es mayor, exige un esfuerzo especial y los músculos de tus piernas trabajarán con mucha intensidad. Hacerlo con precaución fortalecerá tus tobillos para evitar o curar posibles esguinces.
  • Correr por la orilla:  La dureza de este terreno es mayor, aunque engañosa (sobre todo cuando incrementamos la velocidad). Las ventajas son múltiples (brisa marina, más ritmo, menos calor…), los inconvenientes son los objetos que podemos pisar y la pendiente lateral que castigará nuestras piernas siempre con la misma inclinación.
  • Con el agua por los tobillos:  La superficie es algo más blanda y el agua ejerce fuerza en sentido contrario a nuestras piernas. Perfecto para calentar o hacer unas series cortas.
  • Con el agua por las rodilla:  La dificultad es aún mayor porque el esfuerzo requerido empieza a ser importante. Esta modalidad fortalece tríceps y cuádriceps, y aporta importantes contribuciones a nuestra técnica de carrera.
  • Con el agua por la cintura:  Ya nos adentramos en el terreno del Aquarunning. Trabajará toda la musculatura de tu cuerpo, casi sin excepción. Las piernas se enfrentarán con la intensa resistencia que el agua impone.
  • Con el agua al cuello:  Mar adentro ya es Aquarunning puro y duro. Son muchos atletas los que practican esta modalidad para no perder forma, al mismo tiempo que evitan o se recuperan de cualquier lesión.

No es bueno abusar. Sí es bueno recuperar sensaciones. Hemos de pensar que los cientos de miles de profesionales que, cada año, se dedican a estudiar lel comportamiento biomecánico de nuestra pisada, no lo hacen por aburrimiento. La amortiguación, la estabilidad, el impulso y la protección que ofrecen nuestras zapatillas de running existen para evitar que nos lesionemos. El impacto que recibe un pie desnudo es brutal y no es bueno mantenerlo durante demasiado tiempo. Sin embargo, te aconsejamos un pequeño trote por la orilla para recuperar sensaciones y sentir cómo funciona realmente tu cuerpo cuando corres. Eso sí, ten cuidado con las conchitas y las piedras de la orilla...

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