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martes, 22 de abril de 2014

EL EXCESO DE EJERCICIO ES TÓXICO

Todos sabemos que la actividad física puede tener grandes beneficios. La práctica regular de algún deporte indudablemente nos ayuda a mantenernos saludables, y es un método muy utilizado por algunas personas para mantener o reducir el peso. En el mito de esta semana, aclararemos si llevar el ejercicio al extremo tiene beneficios aún mayores y más rápidos, o, por el contrario, puede pasarnos factura en el futuro.
Cuando hablamos de ejercicio físico, debemos tener en cuenta que entra en juego un factor único de cada uno de nosotros, nuestro cuerpo. Esto quiere decir que no todos reaccionamos de la misma manera ante una determinada exigencia, y lo que para cierta persona (teniendo además en cuenta su edad) es un ejercicio moderado, para otra puede ser un exceso en toda regla. Cuando la actividad física pasa por entrenamientos largos y duros todos los días (especialmente a partir de edades que rondan los 35 años) se corre el peligro de sufrir problemas fisiológicos, por lo que es necesario adaptar las sesiones de ejercicio para no sufrir consecuencias negativas más adelante.
La tremenda tensión que supone llevar al límite al cuerpo durante periodos prolongados acaba perjudicando antes o después, y con ello me refiero tanto a dolencias en articulaciones y otros problemas más o menos visibles, como a una reacción “tóxica” que puede llegar a afectar a los órganos internos. Se han dado casos en los que el exceso de ejercicio de alta intensidad alteraba parámetrosque suelen estar relacionados con ataques al corazón, o degradación muscular extrema, que se revelaban durante análisis de sangre cuyos resultados volvían a la normalidad tras un adecuado periodo de descanso.
La clave para obtener los máximos beneficios posibles del ejercicio físico, sin dañar nuestro cuerpo, esadaptar el entrenamiento tanto a nuestros objetivos como a nuestras posibilidades. Tal vez una persona joven, de unos 30 años, no note hoy mismo las consecuencias de los excesos, pero esto no quiere decir que con el paso del tiempo tampoco vaya a hacerlo. Alguna gente se acostumbra acompensar grandes ingestas calóricas (comiendo mucho) con duras sesiones para quemar lo máximo posible y mantener el peso, pero ya hemos visto que este tipo de medida, que lleva al cuerpo al límite, puede acabar siendo perjudicial.
Hábitos recomendables de cara a establecer un programa de ejercicio es controlar el V02 máximo, que es la cantidad máxima de oxígeno por unidad de tiempo que puede utilizar nuestro cuerpo durante el esfuerzo. Esto nos ayudará a ser más eficientes a la hora de entrenar, conociendo así nuestra capacidad aeróbica, hecho que permite dosificar correctamente los esfuerzos de alta intensidad.

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