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sábado, 16 de abril de 2016

PERIOSTITIS TIBIAL


Se define como 
periostitis tibial la inflamación del periostio de la tibia. El periostio es la membrana externa que recubre los huesos, es un tejido que envuelve los vasos sanguíneos y los nervios y por ello es un tejido con gran sensibilidad.
El periostio de la tibia recibe la inserción y está en contacto directo con los siguientes músculos de la pierna: gemelos, sóleo, tibial posterior, tibial anterior y músculos flexores de los dedos. Cada contracción de estos músculos, a través de la relación que tienen a través de su tendón de inserción con el periostio, ejerce, sobre éste, una fuerza proporcional a la intensidad y la duración de la carrera.
La acumulación de estos impactos en el periostio puede llagar a provocar su inflamación. Cuando se inflama se ve comprometida la llegada de riego sanguíneo y de la señal nerviosa. Se denomina también tibia dolorosa o tibia rugosa y en inglés “shin splint”.

SÍNTOMAS

El principal síntoma es el dolor en la cara interna de la tibia, entre la rodilla y el tobillo. Es un dolor que comienza durante la carrera en forma de pinchazo y/o quemazón y que cada vez va a más hasta que se detiene el ejercicio. Es un dolor gradual. Con el reposo cesa el dolor. Es habitual el dolor por la noche con el simple roce de la sábana.
A la palpación pueden encontrase como “bolitas” inflamadas a lo largo de la tibia (Rosario perióstico).
La periostitis es más común en corredores cuesta arriba, en superficies irregulares y duras. También en corredores de fondo y medio fondo.

CAUSAS

  • Esta lesión aparece generalmente al cambiar de calzado o de terreno de entrenamiento a uno algo más duro que el habitual.
  • Se presenta en aquello corredores que realizan demasiada carga en inversión (supinación) o eversión (pronación) o sobre el arco medial del pie. Una pisada incorrecta provoca un mal reparto de la carga que se transmite desde el pie hasta la pelvis con cada paso que se da. Es más frecuente en pisadas con exceso de pronación.
  • Puede influir el cambio de ritmo e intensidad en el entrenamiento.

PREVENCIÓN

  • Evitar terrenos duros.
  • Incrementar la intensidad y el volumen del entrenamiento de forma progresiva.
  • Hacer estiramientos (sobre todo gemelo y soleo).
  • Valoración de la pisada y biomecánica del pie por sí¬ fuera necesario corregirlo por un especialista.
  • Fortalecimiento del músculo tibial anterior.
  • Aplicación de frío ante cualquier molestia y consultar con su especialista.
Cuando aparece la periostitis tibial se producirá dolor mientras se realiza el ejercicio y es posible que un tiempo después pero luego desaparece. Si no se realiza un tratamiento adecuado el dolor aparecerá con un mínimo esfuerzo de la pierna como subir escaleras o caminar.

TRATAMIENTO

Cuando aparezcan los primeros síntomas en conveniente parar el ejercicio y aplicar hielo de manera inmediata. Posteriormente acudir a un fisioterapeuta o médico especialista para tratar la lesión cuanto antes mejor. Es importante seguir el reposo recomendado pudiendo mantener la actividad física pedaleando sin mover el tobillo.
Elena Alonso

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