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jueves, 5 de diciembre de 2013
CÓMO PREPARAR TU PRIMER VIAJE DE ESQUÍ.
Si vas a realizar tu primer viaje de esquí, o si ya eres un experto y piensas que lo sabes todo, no te vendrá mal recordar algunos consejos básicos.
El primer consejo es ponerse en forma. Si está aprendiendo a esquiar, puede ser difícil y requiere mucho esfuerzo físico, así que conseguir que tus músculos y articulaciones estén listos para la dura actividad que supone calzarte las botas, subir a un remonte con unas pesadas e incómodas tablas y tratar de mantener el equilibrio sobre una superficie demasiado deslizante.
Estar en forma te ayudará a mejorar más rápido y a evitar lesiones simples. El ejercicio cardiovascular es la clave, pero, ¿quién tiene tiempo para calzarse las zapatillas de correr durante todo el año o al menos seis semanas antes de ir a la montaña? Pues la verdad es que no muchos disponemos de ese tiempo. Lo que sí puedes hacer es al menos unos días antes trabajar los músculos de las piernas haciendo sentadillas (en casa o en el gimnasio) que te ayudará a mantenerte de pie más tiempo.
Y ahora centrémonos en la maleta, en lo que se llama "material blando": la ropa. No te vistas con ropa demasiado gruesa. Una chaqueta de esquí pesada y muy gruesa está muy bien ante las bajas temperaturas, pero al mediodía, cuando el sol se refleja en la nieve, las temperaturas pueden ser un poco calurosas, además de muy incómodas para moverte con libertad. Trata de vestirse con varias capas que te ayudarán a regular la temperatura. La prendas modernas de fibra, polares o técnicas te preparan para un buen aislamiento y son impermeables y ligeras. Las chaquetas 3 en 1 son también una gran opción. En muchos grandes almacenes son bastante baratas. La cualidad principal de los pantalones es que abriguen y que sean resistentes e impermeables porque vas a pasar mucho tiempo sobre la nieve.
Las pequeñas prendas, a las que a veces no damos importancia, mal elegidas pueden llegar a arruinarte un día de esquí. Calcetines demasiado gruesos o demasiado finos te pueden provocar ampollas o no tener los pies fríos. Guantes que se empapan y no aislan del frío: los guantes térmicos con un buen agarre y resistentes al agua no sólo ayudarán a mantener las manos calientes, sino también a sujetar los esquís y a mejorar su técnica. Gorro/a para mantener la cabeza caliente o casco (que se puede alquilar en muchas estaciones) si prefieres evitar accidentes, el buffer para cubrirte la garganta y a veces las orejas si sopla mucho el viento.
Y luego entramos en los detalles, que también son muy importantes. Gafas, tanto de sol como de vestisca. El reflejo de la nieve brillante directamente en lo ojos puede dañar tus retinas por lo que no escatimes en unas buenas gafas. Una exposición continuada o intermitente sin gafas a la nieve y el sol tiene efectos acumulativos en la córnea y suele ser origen de lesiones oculares que pueden aparecer en un futuro próximo. Hay que tener en cuenta que hasta los 12 años la pigmentación de los ojos no se ha completado. De ahí la importancia de que los niños lleven siempre gafas. Está muy extendida entre los esquiadores
la lamentable costumbre de prescindir de las gafas a primeras horas del día o en los días nublados, sin tener en cuenta que los rayos ultravioleta son particularmente virulentos en las estaciones de esquí. Su intensidad aumenta un 7% cada 500 metros.
Crema solar y protector labial, dos complementos imprescindibles. El prescindir de la crema solar no es sinónimo de ponerte más moreno, sino de quemarte y dañar la piel. Y debersproteger los labios del frio y de los rayos UVA.
Y por último, aunque vas a la nieve no te olvides del bañador (deportivo más que veraniego) para disfrutar del Spa, del balneario o de las piscinas y saunas al aire libre. Una experiencia inolvidable.
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