A menudo vienen a nuestra mente muchas actividades o acciones que nos gustaría emprender o cambiar en nuestra vida, sin embargo, muchas veces se ven truncadas porque nos atacan nuestros malos hábitos o falta de acciones y decisiones positivas para llevarlas a cabo.
Como bien sabemos, un hábito es un comportamiento que repetimos una y otra vez hasta que llega a hacerse automáticamente. Los hábitos los adquirimos, no nacemos con ellos; para formar un hábito debes repetirlo al menos por 21 días, sin embargo se recomienda que logres realizarlo por 30 días, para estar seguros que has afianzado el cambio que deseas adquirir.
Me gustaría preguntarte si tienes algún hábito que te gustaría cambiar. Muchas personas mencionan el deseo de abandonar un "mal hábito" o quizás adquirir uno nuevo.
Pero, ¿cómo abandonar un comportamiento afianzado por años?, incluso puede ser que ya lo hayas intentado y no lo hayas logrado, pero tengo una buena noticia existen tres pasos indispensables para lograr cambiar estos malos hábitos:
- Compromiso: la convicción de que realmente deseas cambiar o iniciar un hábito.
- Fuerza de voluntad: tu fortaleza interna para cumplir con tu compromiso planteado.
- Motivación: celebrar desde que decidiste generar un cambio en tu vida y cada mejora por mínima que parezca.
Nadie dice que dejar un "mal hábito" sea fácil, más si llevas varios años practicándolo, sin embargo cuando tomamos la decisión de cambiarlo es porque no nos ha traído consecuencias favorables, sino al contrario nos está incomodando, obstaculizando o simplemente ya no nos gusta más.
Regularmente los "malos hábitos" nos detienen a cumplir con nuestras metas y sueños, nos conformarnos y nos hacen irresponsables para alcanzar lo que anhelamos, ya que hacen que nos acomodemos y vivamos a medias.
Cuando experimentamos cambios, suele suceder que mostremos algún tipo de resistencia interna para lograrlo, las más comunes son:
- Miedo: nos sentimos tan cómodos en esa zona de confort que enfrentar lo desconocido, plantearnos un nuevo reto, vivir de una forma diferente, puede generar miedo.
- Indecisión: es más fácil dejarte guiar, que saber qué camino deseas tomar en tu vida.
Estos dos aspectos, simplemente serán una piedra de tropiezo, pero si realmente tienes el deseo de hacer cambios en tu vida, corre el riesgo, no tengas miedo y persigue aquellos anhelos que has dejado olvidados por temores.
Ahora te comparto algunos tips para plantearte nuevos hábitos:
- Proponerte un cambio: es importante que reconozcas cuál es el mal hábito que deseas cambiar, luego debes replantear cuál es el cambio. Te recomiendo que te enfoques en un hábito a la vez. Cuando tengas claro cuál es el cambio que deseas, ese será el fin en mente por los siguientes 30 días.
- Plan de acción: es indispensable que elabores una planificación que será tu apoyo, plasmando metas pequeñas que te ayudarán para modificar tu hábito, incluso puedes incluir alguna simbología de celebración de tus avances.
- Cuidado con la rutina: seguramente aquel mal hábito puede aparecer en los primeros días de tu nueva rutina, es recomendable que busques enfocarte en una actividad diferente que favorezca tu cambio y alejarte de aquello que ya reconoces que no deja nada positivo en tu vida.
- Comparte tus logros: puedes compartir el planteamiento de tu cambio con aquella persona de mucha confianza, que sabes que te apoyará, de esta forma, cuando te sientas débil o cansado, puedes acudir a ella para recordarte tu propósito y motivarte.
- Recaer: esto es de lo más normal, recuerda que antes que nada somos seres humanos y nos equivocamos, así que puede ser que sufras un momento de debilidad, pero no te sientas mal, este proceso debes aceptar que no es fácil, pero tampoco imposible, así que vuelve a intentarlo, no te rindas.
Enfócate con determinación, pasión y corazón a cada cosa que hagas y disfruta tanto los avances, como el aprendizaje que te dejará cada caída, pero no olvides que eres capaz de enfrentar hasta los más profundos de tus miedos, solo es cuestión que DECIDAS hacerlo.
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