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lunes, 2 de junio de 2014

TÉCNICA BÁSICA DE ESCALADA

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Escalar puede ser una actividad súmamente divertida, incluye mucho ejercicio físico, potencia, resistencia muscular, así como técnica y mucho trabajo mental. A todo esto le podemos incluir una pequeña dosis de riesgo que hacen de este deporte aún más divertido, apasionante, y retador. Sin embargo, para manejar este riesgo y hacer del deporte algo más seguro debemos siempre seguir metodologías claras para escalar seguros y minimizar la posibilidad de lesiones o accidentes. 
 
Para escalar necesitamos tener el equipo necesario como arnés, zapatos de escalar (gatos),  cuerda, e instrucción acerca del uso de este equipo. Todo empieza por tener un arnés de seguridad, mejor si es uno diseñado para la escalada deportiva. Es imprescindible el revisar que este bien puesto, sea cómodo y esté bien ajustado. La forma correcta de revisar que esté bien ajustado es cuando el arnés está arriba de las caderas del escalador y las correas están
lo suficientemente apretadas para que no se salga si es jalado para abajo. El arnés es un elemento de carácter personal y debemos  saber cómo funcionan sus correas de ajuste. Antes de escalar, revisamos que nuestro arnés esté bien puesto y también el de nuestro compañero.
Como en todo deporte, la organización es clave para un mejor desempeño. En la escalda tenemos que llevar equipo adecuado que a veces puede ser bultoso y pesado. La forma más organizada para ordenar este equipo es en los porta materiales del arnés del escalador. En su mayoría, los mosquetones tienen una parte recta y una parte curva, la forma correcta para que se ordenen bien y no se enreden es colgarlos con la parte recta hacia el cuerpo del escalador.
Así mismo, podemos colgar nuestro elemento asegurador como un Grigri o una placa.
Una vez revisado el arnés y clipeado el equipo necesario podemos ponernos los zapatos de escalar. Es muy importante que nuestros zapatos nos queden bien y sean lo suficientemente ajustados para que el escalador se sienta seguro al pisar en terreno vertical, y lo suficientemente cómodos para poder progresar sin dolor ni sufrimiento.
En muchos casos en la escalada, especialmente cuando hacemos Boulder, debemos hacer movimientos dinámicos para progresar. Un movimiento dinámico es dar un salto para alcanzar presas superiores. Antes de dar el salto debemos enfocarnos bien en el movimiento a realizar, y tener los pies sólidos pues los pies nos darán el impulso para llegar a la presa que apuntemos. Antes de saltar debemos contraer los músculos abdominales lo más posible pues nos ayudarán a mantenernos pegados a la pared y no dejar que nuestras piernas nos saquen de la vía al tener nuestro cuerpo colgado en péndulo. A penas alcancemos la presa debemos posicionar los pies en la pared lo antes posible para optimizar la energía y seguir progresando.
El nudo más común que se utiliza para la escalda es el ocho doble. Es imprescindible el tener instrucción básica de un escalador con experiencia sobre nudos de escalada antes de hacer el nudo por nuestra cuenta.
La cuerda empieza por hacer un nudo 8 simple, y pasarlos por los dos puntos centrales de nuestro arnés. La cuerda NO debe ir a un solo punto ni al anillo que une los dos puntos centrales del arnés. El nudo se completa al ser un ocho cosido, el cual se apretará mas mientras más se jale, dando 100% de seguridad al escalador de poder confiar en la cuerda.
La cuerda es un elemento indispensable para escalar vías, tanto en El Muro como en la roca natural. La cuerda debe ser tratada con cuidado para su duración y siempre debemos revisar su estado pues es la que nos permite hacer de la escalada un deporte y no una actividad con consecuencias letales. Antes de escalar debemos ordenar bien la cuerda para que pueda fluir bien y que no se formen nudos que puedan causar atascamientos o grandes molestias, además
de ser peligrosos. Para ordenar la cuerda podemos hacer anillos con nuestros brazos y colgarlos en nuestros hombros. Después podemos retirarla y ponerla en el piso ordenadamente para empezar a escalar.
Dentro de la escalada como tal existen muchas técnicas que pueden ayudar al escalador a superar pasos difíciles, subir de grados de dificultad, ser más eficiente y sobretodo  divertirse más. Cuando se progresa en travesías, una técnica eficiente y conservadora de energía es el cruzar tanto las piernas como los brazos para progresar. Esto pude resultar más fácil que “rebotar” las manos o los pies para progresar horizontalmente. Al cruzar los brazos podemos también entrenar estabilidad, balance y fuerza.
 
Cuando escalamos en pendientes extraplomadas debemos recordar conservar la energía lo más posible pues en las vías generalmente  largas y en pendientes de este tipo nos cansaremos y nuestros músculos se desgastarán rápido. Para descansar en estas pendientes lo mejor es estirar los brazos completamente para relajar los músculos del brazo y utilizar la fuerza de la espalda. Mientras descansamos, un brazo podemos sacudir y relajar el otro, coger magnesio y concentrarnos en los pasos siguientes. Lo mismo podemos hacer con el brazo opuesto.
Cuando se escala pendientes verticales o extraplomadas, mas de 90 grados, es muy importante el parase bien para poder minimizar el gasto de energía en los brazos. La forma óptima para parase en pendientes es poner las piernas en forma de triangulo, así distribuyendo el peso del escalador lo más equitativamente posible.
Cuando nos agarremos de presas que no sean lo suficientemente grandes para nuestras manos sino  que nuestros dedos hagan toda la función, podemos hacerlo de dos formas. La primera forma es en elongación la cual ayuda al escalador a relajar los músculos antebrazos y sostenerse. Sin embargo, para progresar, o cuando necesitamos más potencia y fuerza de agarre en las presas, las podemos coger en contracción. La contracción es más segura pero requiere de más fuerza. Ojo, no debemos forzar nuestros dedos en contracción pues podemos causar lesiones. Si sentimos dolor, es mejor descansar por el día o escalar cosas de menos uso de fuerza.
Por Felipe Proaño

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