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sábado, 1 de marzo de 2014

LESIONES DE RIESGO POR DEPORTES DE INVIERNO


La práctica del esquí requiere del seguimiento de unas pautas de conducta adecuadas para minimizar el riesgo de lesiones y accidentes
  • Por MONTSE ARBOIX
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Imagen: hayley nyeholt
Con la llegada de la nieve, son muchos los esquiadores que se lanzan a practicar deportes de invierno sin pensárselo dos veces. Esto hace que la mayoría lo haga sin las medidas de prevención adecuadas para evitar lesiones secundarias. Muchos de ellos, además, no se encuentran en las mejores condiciones para realizar este tipo de ejercicio, en el que la condición física, además de la técnica, son imprescindibles para una práctica segura. Para evitar los efectos adversos derivados de estos deportes, los especialistas en traumatología instan a seguir una serie de recomendaciones.
Nadie duda de que entre los deportes invernales con mayor número de seguidores se encuentra el esquí, practicado por más de 200 millones de personas en todo el mundo. Con la caída de las primeras nieves muchos seguidores se lanzan a las pistas de esquí, muchas veces sin la condición física adecuada ni la mínima técnicarecomendada. La consecuencia de tales imprudencias son lesiones que en algunos casos pueden resultar de gravedad. Los expertos aseguran que la probabilidad de lesión, en el caso del esquí, es de 2,6 a 3,9 lesiones en 1.000 esquiadores al día. Entre las más frecuentes destacan las de la columna vertebral aunque, aseguran, el porcentaje de sufrir una lesión grave es relativamente bajo.

Cada modalidad, su lesión

El esquí alpino, el más practicado, requiere una buena condición física y técnica. En el esquí de fondo, en cambio, la técnica que se necesita no es tan exigente pero es preciso una gran resistencia aeróbica por el esfuerzo que supone. Por este motivo su práctica reviste menos riesgo de lesión. El snowboard, la modalidad que goza de mayor popularidad entre los más jóvenes, demanda también gran preparación física y técnica. Su práctica está relacionada con mayor riesgo de lesión, más que en el esquí alpino, y de más gravedad, como pueden ser luxaciones y fracturas.
Las lesiones, en cualquier tipo de modalidad, se deben en general a caídas o colisiones, provocadas, sobre todo, por la falta de técnica o la inexperiencia: más de la mitad de los accidentes que acaban en lesión (55%) se producen durante los primeros siete días de aprendizaje. De igual manera, el exceso de confianza y las imprudencias están asociadas a mayor número de accidentes, igual que una deficiente preparación física.

Tipo de lesiones

Las lesiones más graves se concentran en cerca del 60% en las extremidades inferiores, sobre todo en la rodilla, la parte del organismo que más trabaja y que más presión soporta; el 20% inciden en las manos, el 10% son traumatismos craneoencefálicos y el resto suelen ser lesiones de columna y quemaduras.
Las lesiones más frecuentes por caídas se dan en brazos y hombros y los más propensos a sufrirlas son los practicantes de snowboard. De entre todos los practicantes, cabe destacar que los niños se llevan la palma en este tipo de lesiones, con un 79% de los casos. Otra de las lesiones comunes, entre un 7% y un 10%, es el esguince del dedo pulgar y rotura de los ligamentos, que suele estar provocado por caer encima del puño cerrado sujetando el bastón.
Una buena técnica y aprender a caer de la forma menos lesiva pueden evitar hasta el 80% de las lesiones en el aparato locomotor
La fractura de muñeca (fractura de Colle o de escafoides) del practicante de snowboard es una de las lesiones principales entre este colectivo, sobre todo en los principiantes. El motivo principal es que es la zona de apoyo que se utiliza para amortiguar las caídas, y suele hacerse con toda la extremidad en extensión y apoyando la mano con la muñeca también extendida. Los especialistas, como medida de prevención, aconsejan utilizar protectores de muñeca y para los que se inician recomiendan ir con la mano empuñada y al caer apoyar el puño en vez de la mano.
Asimismo, señalan que es imprescindible aprender a caer sin colocar la mano, sino poner la extremidad hacia dentro y dejarse caer apoyando el brazo y el hombro como si se quisiera rodar. Insisten en que es importante aprender a caer para evitar golpes fuertes. A pesar de todo, las extremidades inferiores se llevan la peor parte. Son frecuentes las fracturas de las tuberosidades del astrágalo -hueso corto del pie- en el snowboard y el esguince o rotura de ligamentos de la rodilla junto con las fracturas de tibia en la modalidad alpina.

Recomendaciones

Para practicar cualquier deporte de montaña con la mayor seguridad hay que tener en cuenta ciertas consideraciones:
  • Antes de empezar a practicar esquí es conveniente realizar un buen desayuno -que incluya lácteos, cereales y fruta- para evitar una pérdida de concentración y de fuerza. Hay que tener en cuenta las comidas y llevar algún alimento -tipo barrita energética o frutos secos- que ayude a reponer energía.
  • La Sociedad Española de Traumatología del Deporte, SETRADE, insiste en que uno de los errores más frecuentes es ponerse a practicar esquí sin un calentamiento previo. El calentamiento será progresivo e incluirá ejercicios de flexibilidad articular. Asimismo, hay que procurar no ir a la máxima intensidad al principio; el esfuerzo hay que incrementarlo de forma progresiva a la vez que se calientan las articulaciones en las primeras bajadas. Una de las medidas básicas es la buena condición física, por lo que resulta indispensable una preparación física a lo largo de todo el año, insistiendo en aquellas articulaciones más implicadas en el deporte blanco (piernas, brazos y columna vertebral).
  • Otro de los errores comunes es iniciarse en la práctica de cualquier deporte en la nieve sin nociones previas y sin instructor. Los últimos datos disponibles señalan que una buena técnica y una serie de normas para evitar caídas, así como para aprender a caer de la forma menos lesiva, pueden evitar hasta el 80% de las lesiones en el aparato locomotor. Las cifras también indican que la mitad de los accidentes se dan entre los principiantes con un 48% y los expertos en un 31%.
  • Cuando notemos los primeros síntomas de cansancio hay que abandonar la actividad; las lesiones a última hora del día o en "la última bajada" son más frecuentes, y están directamente relacionadas con la fatiga provocada por el exceso de actividad física o por falta de sueño.
  • Tampoco hay que dejar de vigilar los movimientos de los otros esquiadores para evitar colisiones. Es muy importante el uso del casco, sobre todo en los niños y, precisamente en ellos, asegurarse de que llevan las botas bien cerradas y sujetas para evitar esguinces de tobillo.
  • Disponer del material adecuado en buen estado, con las fijaciones bien reguladas son otras de las recomendaciones que lanzan los especialistas de SETRADE.
  • Es primordial, asimismo, la utilización de filtros solares adecuados y gafas con pantalla de rayos UVA para evitar quemaduras en piel y córneas. La radiación ultravioleta aumenta con la altura e incrementa el reflejo de la luz en la nieve que, junto con el hielo, reflejan más del 85% de la radiación que reciben. La fotoftalmia, o oftalmia de la nieve, es una afectación parecida a la conjuntivitis producida por el efecto de los rayos ultravioletas que se traduce en síntomas como la sensación de cuerpos extraños en el ojo, fotofobia, lagrimeo y enrojecimiento de la conjuntiva.

CON CASCO

Imagen: Neil Rickards
En los últimos años se ha incrementado la práctica del esquí, lo que supone mucha más gente en las pistas y, fruto de los avances tecnológicos en este ámbito, se ha logrado aumentar la velocidad de los esquís. De la misma manera, también se ha incrementado el número de accidentes graves en la montaña. Durante el periodo que va de enero de 2004 a enero de 2008 se contabilizaron 20 fallecimientos de esquiadores por accidente. Las lesiones en la cabeza son la razón más frecuente de ingreso hospitalario, además de la causa más común de muerte en la práctica del snowboard y esquí. Por este motivo, los especialistas insisten en la necesidad de usar el casco de protección.
Dos de los mejores estudios al respecto, uno realizado conjuntamente por investigadores canadienses y estadounidenses publicado en la revista "Epidemilogy" (2008) y otro por especialistas escandinavos y publicado en "Journal of the American Medical Association " (2006), demuestran que disminuyen en un 60% el riesgo de sufrir un traumatismo craneoencefálico (TCE), además de lesiones en cara y cuello, cifra nada desdeñable.
Aunque de momento su uso aún no está muy extendido en España, en algunas pistas como las de Sierra Nevada se impone a los trabajadores su utilización cuando se encuentran en las pistas. A pesar de que los esquiadores suelen excusarse con razones poco convincentes, como que son incómodos, dan calor, no tienen el hábito o que no permiten oír bien, la verdad es que las últimas innovaciones resuelven todos estos inconvenientes y su diseño asegura el máximo confort y protección con materiales ligeros y resistentes sin menospreciar aspectos de última moda.

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