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miércoles, 19 de noviembre de 2014

FRECUENCIA CARDÍACA DE REPOSO Y EJERCICIO FÍSICO


Con el paso del tiempo seguimos analizando parámetros fisiológicos de nuestras deportistas.
Tras un periodo de ejercicio físico correctamente prescrito y de manera individualizada (mínimo 8 semanas) se producen una serie de cambios fisiológicos positivos a nivel cardiovascular (corazón), osteomuscular (hueso y músculo) y respiratorio, que además de mejorar la salud, lo hará con el rendimiento deportivo. (Boraita, 2008). En este caso nos centraremos  en los cambios cardiovasculares, concretamente en la Frecuencia Cardíaca de Reposo con el ejercicio.
¿Qué es la Frecuencia cardíaca de reposo (FCr)? Es un parámetro informativo que nos indica la el esfuerzo que realiza el corazón para satisfacer las demandas del cuerpo en estado de reposo o relajación.  Se puede medir fácilmente en la arteria radial del brazo (muñeca), o con un pulsómetro en estado de reposo absoluto y la unidad de medida son las pulsaciones.

pulsaciones reposo
¿A qué se debe esta bajada de la FCr con el entrenamiento?
La bajada de pulsaciones por el ejercicio físico nos indica que estamos consiguiendo un corazón más fuerte y grande, capaz de distribuir más cantidad de sangre por unidad de tiempo. Gracias a esto, se obtiene una mayor capacidad para responder a un esfuerzo retrasando la fatiga. Además en relajación, su trabajo será mucho menor ahorrando energía.
Otra causa por la que se reduce la FCr es por una mejora de la circulación sanguínea (mejor retorno venoso, evitando estrías). Esto supone un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como hipertensión, colesterol, isquemia  incluso infarto de miocardio. Se debe a una mejor capilarización de músculos, corazón y pulmones.
También con el entrenamiento, la frecuencia ventilatoria máxima y el volumen corriente aumenta y se traduce en una mayor capacidad para proporcionar oxígeno a nuestro organismo con menor esfuerzo. Con unos pulmones más fuertes y sanos, el corazón no tendrá que latir tan rápido para satisfacer las necesidades de nuestro organismo y su actividad será menor.

Además de estas causas, existen otras más específicas que no nombramos por su difícil explicación fisiológica.
Estos datos indican que vamos por el buen camino y no hacen nada más que animarnos a seguir trabajando así.

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