El tabaco es la principal causa de muerte posible de prevenir del mundo occidental, siendo responsable de más de dos millones de muertes cada año en todo el mundo; el 50% de las muertes de sujetos entre 35 y 65 años es atribuible al tabaco. En España, el 35,7% de la población es fumadora. Las muertes atribuibles al tabaco son del 14% y dentro de los cánceres que se producen en la población se calcula que el tabaco es responsable directo de al menos un 40%.
En definitiva, cada año mueren 17.000 españoles por causa directa del tabaco y enferman muchos más. Los cigarrillos contienen más de 4.000 elementos químicos, y al menos 400 sustancias con claro efecto carcinógeno. Mientras el fumador aspira, el cigarrillo arde a 700 grados centígrados en la punta y a unos 60 grados en su interior. Este calor descompone el tabaco, que produce numerosos venenos. Mientras un cigarrillo se quema, se van concentrando los residuos al final del mismo.
Los productos del cigarrillo más dañinos para la salud son el alquitrán (que provoca cáncer de pulmón), el monóxido de carbono y la nicotina (enfermedades cardiovasculares), así como ciertos componentes del gas y partículas que favorecen la aparición de enfermedades pulmonares como la enfermedad crónica por obstrucción al flujo aéreo o EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). La intensidad de los efectos no sólo depende del número de cigarrillos, sino también de cómo han sido elaborados (con o sin filtro), y de la preparación previa del tabaco. Paradójicamente, el 'humo accesorio' que sale de un cigarrillo entre calada y calada conlleva mayores riesgos que el humo directamente inhalado.
Existen muchísimas razones relacionadas con la salud para dejar el tabaco, no sólo desde el punto de vista del propio fumador, sino también para proteger y no perjudicar a quienes están a su alrededor. El tabaco determina cuánto vas a vivir.
La investigación ha demostrado que el tabaco reduce el promedio de la expectativas de vida entre siete y ocho años. Un interesante cálculo pretende que, en promedio, cada cigarrillo reduce la vida del fumador entre siete y once minutos.
Los no fumadores y ex-fumadores pueden esperar una vida más larga y saludable que la de los fumadores.
La ley antitabaco
La ley aprobada en enero de 2006 en España limita seriamente el consumo de tabaco en lugares públicos, obligando a bares y restaurantes a confinar a los fumadores en zonas específicas. Aunque determinadas comunidades autónomas han emitido sus propias normas, a veces menos restrictivas que la estatal, esto constituye un primer paso hacia la erradicación del tabaco en la vida pública en España.
¿Quiere saber más?Consulte nuestra sección 'Los pulmones' y encontrará artículos de interés.
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La enfermedad cardiovascular debida a la arterioesclerosis es la principal causa de muerte originada por el tabaco, aumentando 1,7 veces las probabilidades de muerte aquella que tiene ya de por sí la persona no fumadora
Aterosclerosis es el término empleado para describir el "ensuciamiento" progresivo de las arterias con material graso, haciéndolas más estrechas, rígidas y obstruyéndolas finalmente, con el consiguiente infarto en el tejido que depende del vaso obstruido para su adecuado riego sanguíneo. Puede presentarse de varias formas, según cómo se afecten los vasos sanguíneos, y todas ellas son más comunes en los fumadores.
La trombosis coronaria es una obstrucción del flujo de sangre en las arterias que nutren en concreto el corazón. Nueve de cada diez sujetos que requieren una operación de bypass coronario (operación en la que con un trocito de vena se construye un puente de conducción en la arteria atascada desde la zona anterior a la obstrucción hasta la zona posterior a la misma) son fumadores o ex-fumadores.
Los vasos cerebrales también pueden bloquearse, lo cual puede conducir al colapso, el infarto cerebral y la parálisis. Si se afectan las arterias del riñón, acontece la hipertensión arterial o el fallo renal. La obstrucción del riego en las piernas puede llevar a la gangrena y la amputación.
Cuando un paciente deja de fumar, mejoran sus posibilidades de supervivencia. Un estudio en Suecia mostraba que las posibilidades de supervivencia en pacientes con aterosclerosis en las piernas era mayor si dejaban de fumar, y el riesgo de morir a causa de esta enfermedad se reducía aproximadamente desde el 40% hasta el 5%.
Cáncer y enfermedad pulmonar
El riesgo de contraer cáncer es por lo general mayor para fumadores que para no fumadores en una proporción de 2,24. Esto es particularmente cierto en el caso del cáncer de pulmón, cáncer de garganta y cáncer de boca, que casi nunca afectan a no fumadores.
Si el tabaco desapareciese se produciría al menos un 40% de reducción en la incidencia general de cáncer.
Algunos tipos de cáncer son muy particularmente favorecidos por el tabaco como el cáncer de pulmón, labio, lengua, mucosa de la boca, faringe, laringe, y vejiga. El 85% de todos los casos de cáncer de pulmón se relacionan con el tabaco, y un fumador tiene 12 veces más probabilidades de desarrollar un cáncer de pulmón que un no fumador. Si un fumador lo deja, le llevará aproximadamente 15 años antes de que su riesgo de padecer un cáncer de pulmón se iguale con el de un no fumador. Sin embargo siempre existe un beneficio claro por dejar de fumar ya desde el primer día.
Hay otros tipos de cáncer que son también más frecuentes entre fumadores que no fumadores.
Éstos son:
El 94,5% de los fumadores de un paquete diario tiene enfisema si se examinan los pulmones tras su muerte, y más del 90% de los no fumadores tienen poco o no tienen nada. El pulmón enfermo del fumador (EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica) comienza típicamente cuando la persona tiene entre 35-45 años de edad. A esa edad, la función pulmonar comienza a decaer incluso en no fumadores. En los fumadores más vulnerables al efecto nocivo del tabaco, la tasa de pérdida de la función pulmonar puede ser tres veces superior a la habitual.
A medida que decae la función pulmonar, comienza la falta de aire con el ejercicio. Al principio, el pulmón del fumador sólo ocasiona tos y expectoración, que son los síntomas típicos de la bronquitis. A medida que progresa el cuadro, la persona siente la falta de aire al subir escaleras, al ascender por una cuesta o incluso al caminar. Los problemas severos a corto plazo precisarán muchas veces frecuentes períodos de hospitalización. La última etapa es una muerte muy angustiosa debida a la irremisible y progresivamente mayor insuficiencia respiratoria. Demasiada gente muere cada año a causa de esta enfermedad que, en el ochenta por ciento de los casos, es causada por el tabaco.
Dejar de fumar en cualquier momento reduce las tasas de deterioro de la capacidad pulmonar y pospone la incapacidad e invalidez. Las medidas contra el tabaco son muy importantes a la hora de prevenir el pulmón de fumador y otros efectos adversos provocados por el tabaco.
Resulta difícil para muchos adictos al tabaco plantearse abandonarlo. Los tratamientos sustitutivos de nicotina en forma de chicles, parches transdérmicos o pulverizadores nasales ayudan a algunas personas a dejarlo con éxito pero no son una panacea. El bupropión es un fármaco antidepresivo de reciente aparición que puede resultar muy eficaz a la hora de calmar el ansia de volver a fumar.
También es necesario cambiar otros hábitos del comportamiento y utilizar terapias alternativas (como la hipnosis, acupuntura y tratamientos láser); pero no existe un método perfecto para los fumadores que están intentando abandonar su adicción. La evidencia indica claramente que los fumadores deberían fijar una fecha para dejar de fumar, y luego poner todo su empeño en dejarlo completamente a partir de entonces; tratamientos adicionales como los anteriormente reseñados proporcionan un claro apoyo a esta estrategia.
Otros riesgos para la salud causados por el tabaco
La nicotina y otras sustancias de los cigarrillos hacen aumentar la cantidad de colesterol en sangre, lo cual puede causar que las arterias se ocluyan con un tejido graso denominado ateroma (ver la sección de enfermedades principales, aterosclerosis, más arriba). La hipertensión arterial, que se relaciona con los infartos de corazón y accidentes vasculares cerebrales. El tabaco causa un gusto ácido en la boca y contribuye al desarrollo de la úlcera gastroduodenal. Las parejas que fuman tienen más posibilidades de padecer problemas de fertilidad que las parejas que no son fumadoras. Los fumadores tienen por lo general un 25% más días de enfermedad por año que los no fumadores. El tabaco también afecta al aspecto e imagen corporales: los fumadores tienen piel más gruesa y más áspera.
Los bebés que nacen de madres fumadora:
Tienen el doble de posibilidades de nacer prematuramente y con bajo peso (por debajo de 2,5 Kg.). Tienen un peso al nacer como media 200 gr. inferior al de los recién nacidos de madres no fumadoras. Tienen órganos más pequeños como media que los bebés nacidos de no fumadoras. Esto es particularmente evidente en el caso de los pulmones de un recién nacido, que no funcionan como los pulmones de un bebé cuya madre no fuma. Tienen el doble de posibilidades de morir de muerte súbita del recién nacido. Parece existir una correlación directa entre la muerte súbita del recién nacido y el hecho de que los padres fumen. Se ponen enfermos mucho más a menudo que los hijos de no fumadores. Adquieren enfermedades dolorosas como la inflamación del oído medio y bronquitis asmática más frecuentemente en la infancia temprana. Pueden desarrollar una adicción a la nicotina a partir del tabaco que la madre fuma antes de que ellos nazcan. Tienen más probabilidades de convertirse en fumadores. Tienen mayor riesgo de desarrollar cuadros alérgicos. Los bebés expuestos al fumar pasivo cada día si uno o ambos padres fuman, tienen el doble de riesgos de adquirir asma y bronquitis asmática.
La salud en general mejora: el cansancio, la menor tolerancia al esfuerzo y los dolores de cabeza están claramente relacionados con el tabaco. Mejoran los sentidos del gusto y el olfato. El corazón estará menos tenso y trabajará más eficazmente. Aumentará la confianza en usted mismo, sabiendo que ha logrado vencer un viejo hábito que le acorta la esperanza de vida y le perjudica seriamente.
Fumar pasivamente (recibiendo el humo mientras otras personas fuman) irrita los ojos, la nariz y el pecho, y puede causar dolor de cabeza. Los niños expuestos como fumadores pasivos tienen más probabilidades de desarrollar alergias y asma, mientras que aquellos con menos de dos años de edad incrementan su riesgo de padecer infecciones respiratorias severas y muerte súbita. Se han detectado también pequeñas disminuciones de la función pulmonar en niños, aunque es bastante difícil interpretar los múltiples estudios existentes. En adultos, parece existir un pequeño incremento del riesgo de cáncer de pulmón, y podría también haber un mayor riesgo de accidentes cardiovasculares, pero las pruebas de aumento del riesgo de enfermedad cardiaca no son aún concluyentes.
Dr. Carl J. Brandt, Director Médico Internacional y Cofundador de NetDoctor; Dr. Gavin Petrie, especialista en Medicina Respiratoria
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