Muchas veces se ha discutido si el ejercicio en ayunas es beneficioso o perjudicial para la salud, pero podemos encontrar tantas posturas favorables como posturas en contra, por lo que vamos a describirte algunos pro y contras para que puedas decidir qué te conviene.
Si bien no hay un impedimento grave para que te pongas a hacer ejercicio físico a la mañana antes de desayunar, existe una serie de circunstancias que condicionan esto.
Si no tienes costumbre de practicar ejercicio o si no estás acostumbrado a ejercitar sin comer antes, es posible que tu cuerpo al recurrir a sus reservas para realizar la quema de reservas de grasa, entre en descompensación y te sientas mal o incluso te desmayes.
Cuando hablamos de ejercitar en ayunas, nos referimos a ocho o diez horas máximo de ayuno, pasado este lapso, el cuerpo ya comienza a quemar sus reservas naturalmente.
Si bien es cierto que se queman más grasas por la mañana en ayunas, también es cierto que si estamos en ayunas, además de la grasa se queman azúcares, con el peligro de entrar en hipoglucemia. Además de esto, el organismo puede recurrir a la quema de la grasa presente en la masa muscular para suplir la falta de nutrientes, con lo que estaríamos entrando en un catabolismo muscular.
Otro elemento importante a tener en cuenta es que el desayuno se realizaría luego del ejercicio, con lo que se recuperaría la grasa quemada y todavía a riesgo de recuperar mayor porcentaje de grasa que la perdida, si el desayuno excede a lo perdido.
Como podemos ver, el ejercicio en ayunas nos permitiría perder grasa corporal, pero no nos sirve para ganar masa muscular, puesto que la pérdida de peso se hace a costa de la musculatura.
Podemos concluir que tal vez no sea tan buena idea ejercitar en ayunas, dependiendo del entrenamiento que se busque y del estado físico del deportista. Pero debemos tener siempre en cuenta que existe un riesgo para la salud que tal vez no compense los beneficios que la pérdida de peso nos brinda.
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