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martes, 10 de julio de 2012

TIPOS DE BEBIDAS DEPORTIVAS


Son condiciones óptimas para la práctica deportiva una temperatura en torno a los 17-20 grados centígrados y una humedad ambiental por debajo del 60 por ciento. Sin embargo, muchos programas de entrenamiento o competición se desarrollan en condiciones muy distantes de las óptimas, por lo que el organismo se ve forzado a transpirar gran cantidad de sudor tiene como función equilibrar la temperatura corporal, para rebajar su temperatura interna y poder seguir realizando el esfuerzo. Pero el sudor contiene además de agua sales minerales disueltas de vital importancia, fundamentalmente sodio, potasio y cloro, magnesio y cinc. Resulta evidente que el empleo de una bebida que contenga estas sales minerales disueltas será beneficiosa para mejorar el rendimiento deportivo.

La cantidad y tipo de líquido que el deportista necesita tomar para compensar dicha pérdida de agua y electrolitos depende de la duración e intensidad del ejercicio y también de las condiciones climatológicas (temperatura y humedad relativa).

Las bebidas deportivas tienen componentes comunes: agua, hidratos de carbono simples (glucosa, fructosa, glucosa) o complejos (polímeros de glucosa, maltodextrinas) y electrolitos (sodio, potasio, cloro, fósforo, magnesio y calcio). Algunas marcas incluyen vitaminas y aditivos colorantes, aromatizantes y edulcorantes. La diferencia entre unas y otras estriba principalmente en el grado de concentración de sus componentes. Por ello, además de las bebidas hipertónicas, existen distintos tipos de bebidas:

Las bebidas hipotónicas.

Presentan una concentración de solutos (sustancias disueltas en el líquido) inferior a la del plasma sanguíneo, es decir, están menos concentradas que el plasma. En estas bebidas la concentración de partículas por unidad de volumen es inferior a la del plasma sanguíneo (menor presión osmótica). El agua es el mejor ejemplo de bebida hipotónica, salvo las muy ricas en sales. En general, tras ejercicios moderados que duran menos de una hora no es necesario un aporte extra de electrolitos; es suficiente beber simplemente agua antes, durante y después del ejercicio para conseguir una adecuada hidratación. El agua, en combinación con una dieta equilibrada, ya proporciona al organismo la hidratación suficiente y los niveles necesarios de electrolitos.

Las bebidas isotónicas.

Poseen una concentración de solutos igual a la del plasma. Este tipo de bebidas contiene azúcares y electrolitos a la misma presión osmótica que la sangre (330 miliosmoles/litro). Cuando dos soluciones tienen la misma presión se dice que son isosmóticas o isotónicas. Por esta razón, el líquido sale del estómago, pasa al intestino donde es absorbido y de ahí va al torrente sanguíneo sin dificultad, lo que favorece la rápida y óptima asimilación de sus componentes. Si el ejercicio es intenso, el ambiente es caluroso o se suda mucho, tomar una bebida isotónica ayuda a reponer líquidos, electrolitos (sobre todo sodio y cloro) y energía (glucosa), perdidos durante el esfuerzo.

Ayuda a retrasar la fatiga, evitar lesiones por calor (calambres y síncope), mejorar el rendimiento y acelerar la recuperación. Las bebidas isotónicas sirven también para acelerar la recuperación en caso de diarrea, ya que al ser su composición similar al suero oral, que se vende en farmacias, y por su agradable sabor suelen ser mejor toleradas. Pueden convertirse en la mejor forma de beber líquidos para quienes son reticentes a beber agua sola, como niños y ancianos.

Estas bebidas tienen una composición especialmente proyectada para reponer fácilmente el agua, las sales minerales y otras sustancias perdidas durante la realización de ejercicio.

Las bebidas comerciales, además de agua contienen cantidades variables de sal (cloruro sódico), potasio, pequeñas cantidades de magnesio, calcio y glúcidos simples (dextrosa, sacarosa, glucosa o fructosa) y complejos (almidón y maltodextrinas). Se ha demostrado que las bebidas isotónicas con maltodextrinas al 10%, son mejores que las que emplean en la misma proporción otros azúcares como la glucosa, la sacarosa o sucrosa o bien polímeros de glucosa, en este último caso al 20%. Las bebidas que emplean maltodextrinas se digieren mejor, tienen menor osmolaridad que las que incluyen glucosa (de alta osmolaridad, arrastra agua a su paso por el instestino, lo que puede provocar diarrea acuosa) y proporcionan menor sensación de saciedad al ser menos dulces, lo que permite sumunistrar más cantidad de líquido y asegurar una adecuada hidratación del deportista.

El contenido en azúcares suele rondar los 60-70 gramos por litro, la mitad aproximadamente que los refrescos. La ventaja de este tipo de preparados es la reposición rápida de los electrolitos perdidos. La temperatura óptima para ingerir este tipo de bebidas es entre los 9 y los 15 grados centígrados.

No todas las marcas comerciales son iguales y algunas presentan inconvenientes tales como la adicción de edulcorantes químicos, entre ellos el aspartame, que tiene la capacidad de aumentar la sed.

La gran novedad que presentan algunas de estas bebidas está en su baja osmolaridad (baja concentración de partículas: sales minerales, glucosa... en una solución líquida) y en la forma química en que se encuentran sus sales minerales, respetando las normas europeas sobre hidratación deportiva.

El potasio y el magnesio están en forma de aspartato, innovación a nivel mundial en la introducción de este tipo de sales en una bebida energética.

Su fundamento científico es el siguiente: son muchas las observaciones que demuestran que en el músculo estriado humano (de contracción voluntaria) existe un mecanismo activo de transporte de un aminoácido (componente más simple de las proteínas) denominado ácido glutámico y que este aminoácido puede controlar el metabolismo de la proteína muscular, favoreciendo el anabolismo, es decir la síntesis y construcción de músculo.

El ácido glutámico se obtiene por complejas reacciones metabólicas a partir del ácido aspártico, por lo que administrando aspartato potásico y aspartato magnésico, se aporta simultáneamente potasio, magnesio y ácido aspártico que se convertirá en el interior de nuestro organismo en el buscado ácido glutámico. De esta manera, se frenará en parte la pérdida de proteína del tejido muscular originada por el entrenamiento y/o la competición profesional. A la vez, esta forma de administrar potasio, hace que éste no sea tan irritante para la mucosa del estómago como el tradicional cloruro potásico, empleado por numerosas marcas comerciales de bebidas energéticas.

Otra de las novedades que presentan algunas marcas comerciales de bebidas isotónicas es que emplean en su formulación el zinc. Numerosos estudios analíticos del sudor demuestran una importante pérdida de este mineral durante la práctica deportiva intensa, por lo que debe ser repuesto a la mayor brevedad.

Las bebidas hipertónicas.

Poseen una concentración de solutos superior a la del plasma.

La cantidad y tipo de bebida necesaria depende de la duración e intensidad del ejercicio y de las condiciones climatológicas

Las bebidas diseñadas particularmente para la práctica de ejercicio físico poseen unos componentes en común; agua, hidratos de carbono y electrolitos (sodio, potasio, fósforo y cloro). Las bebidas hipertónicas presentan una elevada concentración de sustancias disueltas en el líquido, en concreto su concentración es superior al 10%. Debido a esta característica, el organismo libera agua para diluir este líquido ingerido hasta que llegue a ser isotónico, es decir, de igual concentración que el plasma.

A consecuencia de la secreción orgánica de agua, el deportista puede sufrir problemas gastrointestinales como diarrea y vómitos, lo que favorecería la deshidratación con graves resultados. Por tanto, las bebidas hipertónicas no están aconsejadas en situaciones en las que hace mucho calor o el deportista suda en exceso.

Cuando la pérdida de sudor no es alta y, por tanto, no es necesario tomar muchos líquidos, pero se ha de aportar energía en forma de hidratos de carbono, las bebidas hipertónicas sí son una opción apropiada. Si en esta situación, en vez de tomar una bebida hipertónica, el deportista se decanta por una isotónica o una hipotónica (de concentración inferior al 6%, como el agua), no recibe la cantidad suficiente de hidratos de carbono y corre el riesgo de sufrir una pájara.

Por ello, las situaciones en las que se recomienda la ingesta de bebidas hipertónicas son aquellas en las que se lleva a cabo un ejercicio prolongado a bajas temperaturas, no se suda en exceso, y no es necesario un aporte excesivo de líquido, pero sí de hidratos de carbono que compensen el gasto de energía.

Las bebidas estimulantes

Las llamadas bebidas energéticas, mezclas embotelladas o enlatadas que contienen cafeína, extractos de plantas, azúcar y otras sustancias, están alcanzando altos niveles de ventas entre jóvenes y adultos. Todas ellas tienen en común el contenido de cafeína, teína u otros alcaloides con propiedades estimulantes.

Hay quien las consume para «mantenerse despierto». También está muy extendida, entre los estudiantes, la costumbre de ingerirlas en época de exámenes para «concentrarse mejor». Incluso algunos deportistas aseguran que estas bebidas incrementan su rendimiento. Sin embargo, los expertos no las consideran tan inofensivas como aseguran sus fabricantes.

La bebida energizante se define como «una bebida utilizada para proveer alto nivel de energía proveniente de los carbohidratos (también grasas y proteínas) al cuerpo. Esta bebida no intenta compensar la pérdida de agua y minerales debido a la actividad física». Sin embargo, el término de energía utilizado en el nombre y descripción de algunos productos que actualmente están en el mercado se refiere a cierto efecto farmacológico de algunas sustancias activas y no a la provisión de calorías de los nutrientes. Esto puede crear confusión dentro de los consumidores.

A falta de más investigaciones, se aconseja moderar el consumo de bebidas energéticas, no mezclarlas con alcohol y beber agua para evitar la deshidratación

La cafeína es una sustancia sólida, amarga y soluble. Contrario a la creencia popular, la cafeína no sólo se encuentra en el café, sino que muchos otros productos la contienen, como los refrescos de cola, el té, el mate, el chocolate y el guaraná, de manera que este componente es muy accesible.

A dosis moderadas, la cafeína produce efectos agradables en el organismo. Es un tónico cardiovascular, lo que conduce a un pulso más amplio y fuerte y a un aumento temporal de la tensión arterial, actúa sobre el sistema nervioso, por lo que facilita el trabajo intelectual y la actividad muscular. Estos efectos se pueden considerar como beneficiosos, pero fácilmente se pueden convertir en perturbaciones importantes (ansiedad, excitación, insomnio, delirio, alucinaciones y temblores) cuando su consumo aumenta notablemente.

En aquellos individuos menos acostumbrados a la cafeína (aquellos que no toman café, té, refrescos de cola, etc.), tiene lugar un incremento del ritmo metabólico y respiratorio en reposo, así como del nivel en plasma de ácidos grasos libres tanto en reposo como en ejercicio; por el contrario estos efectos quedan reducidos al mínimo en los sujetos que toman cafeína con regularidad. El principal mecanismo de la acción de la cafeína que se produce tras ingerir unas tazas de café está relacionado con el antagonismo de la cafeína respecto de los receptores de adenosina. La cafeína también incrementa la producción de catecolaminas en plasma que permiten al cuerpo adaptarse a la tensión originada por el ejercicio físico. La producción de catecolaminas probablemente resulte, a su vez, en una mayor disponibilidad de los ácidos grasos libres como substratos musculares durante el ejercicio, de forma que preserva el glucógeno. La cafeína puede aumentar la capacidad de contracción del músculo, no tiene efectos ergogénicos en el ejercicio intenso de poca duración, pero puede retardar el agotamiento. La cafeína también mejora el rendimiento y la resistencia durante una actividad prolongada de media-fuerte intensidad .

La cafeína no constituye el único motivo de preocupación. Algunos investigadores están inquietos por la aparición de nuevas bebidas con sustancias estimulantes como ginseng, guaraná, taurina o efedrina. No hay que olvidar que la mezcla de cafeína con esta última puede provocar problemas cardiovasculares. Conviene también tener en cuenta que algunos productos con estas características poseen una elevada cantidad de taurina (un aminoácido), cuyos efectos a largo plazo no han sido estudiados hasta el momento.

Por otra parte, frente a quienes sostienen que estos productos no son nocivos si el cuerpo está bien hidratado, no faltan voces que afirman que la combinación de estas bebidas con el alcohol es un cóctel explosivo de efectos retardados para el organismo, dado que supone mezclar estimulantes con depresores del sistema nervioso

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