La libertad de movimientos que nos conceden las mancuernas respecto a la barra larga nos permite realizar movimientos con los que se puede alejar el peso de la articulación del hombro lo suficiente como para formar grandes brazos de palanca, como ocurre por ejemplo en todas las variantes de apertura de hombro y pectoral con los brazos estirados, lo que nos ayuda a entrenar la musculatura deltoidea.
Pero es muy importante que estos ejercicios se realicen con pesos muy livianos para evitar sobrecargas en la articulación del hombro que pueden derivar en lesiones con lenta recuperación.
Por otro lado, el trabajo aislado de cada lado del cuerpo estimula el desarrollo equilibrado de ambos lados del cuerpo, ya que cada brazo tiene que mover su peso independientemente por lo que ambos lados deben hacer el mismo esfuerzo.
Sin embargo, la barra larga permite la colaboración de ambos lados del cuerpo en el movimiento, por lo que el lado más débil siempre puede encontrar ayuda en el lado fuerte para realizar el movimiento, lo que hace que el lado fuerte siga siendo más fuerte mientras que el lado débil se acomode, cediendo parte de su trabajo al lado fuerte.
El trabajo independiente de cada brazo también nos dá la posibilidad de realizar movimientos diferentes cada lado del cuerpo. Esto nos permite hacer ejercicios con un solo lado del cuerpo mientras que el otro permanece pasivo, para así compensar la diferencia de trabajo entre cada lado del cuerpo, aunque esta es una práctica difícil de regular.
A parte de poder realizar un trabajo distinto con cada lado del cuerpo, con lo que a parte de estimular el trabajo de coordinación, nos permite realizar un entrenamiento de la musculatura estabilizadora en su afán de canalizar la tensión de los esfuerzos para que no nos hagan daño.
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