Un estudio realizado por Radio Salil y el Centro de Alto
Rendimiento de Sant Cugat te da las claves para mantener tu rendimiento.
Es probable que alguna vez la hayas sufrido, si sueles hacer deporte con frecuencia y a una cierta intensidad. La percepción de fatiga aparece después de la actividad realizada como un mecanismo de defensa.
Pero no te equivoques: una cosa es la fatiga muscular y otra es el cansancio, que sí es necesario para progresar. Si un deportista cree que su nivel de fatiga es acorde a la intensidad de sus entrenamientos y acepta que para mejorar su rendimiento es necesario tener esas sensaciones de cansancio, la alteración psicológica que se genera es mínima. Pero, si durante un tiempo prolongado cree que es excesivo, puede tener consecuencias negativas en su rendimiento.
"Sufro fatiga muscular cada día" explica Joel González Bonilla, Medalla de Oro de Taekwondo en Londres 2012, "nosotros no paramos nunca de entrenar, hay que aprender a autorregularse y hacer una planificación de los entrenamientos. El músculo tienen que estar al 100%, por eso es necesario llegar a la fatiga, para mejorar y avanzar, si no te cansas, no mejoras".
Según un estudio elaborado por Radio Salil en colaboración con el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, los dos hechos que más contribuyen a que aparezca la fatiga muscular durante el ejercicio físico son:
- la disminución de la ingesta de hidratos de carbono almacenados en forma de glucógeno en el organismo
- la deshidratación por la pérdida, a través del sudor, de agua y electrolitos.
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